Perspectiva. Enfermedad de tejido, el ‘covid’ en arrecifes | El Nuevo Siglo
NACOR BOLAÑOS está al frente de la recuperación de los corales del archipiélago de San Andrés.
/Alfonso Ortiz
Sábado, 5 de Agosto de 2023
Redacción Medio Ambiente

Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más diversos y biológicamente complejos del mundo. Un cuarto de la vida marina depende de ellos para obtener alimentos y refugio.

Para quienes exploran el mar, la belleza de los corales es inigualable pero, como todo, estos no están exentos de sufrir enfermedades.

A las preocupaciones que acompañaban a los expertos se sumó una más en 2014: la enfermedad de la pérdida de tejido del coral, la cual fue detectada por primera vez en la región de Florida. Esta se ha propagado causando daños significativos a los arrecifes de coral y a Colombia llegó en 2022.

“La enfermedad de pérdida de tejido (SCTLD es la sigla por su nombre en inglés (Stony Coral Tissue Loss Disease) es actualmente la principal amenaza a la que están sometidos los arrecifes del Caribe. La preocupación por parte de científicos, ambientalistas y entidades a cargo del manejo de los ecosistemas marino-costeros se basa en que la SCTLD afecta a más de 34 especies diferentes de corales, la mayoría de ellos importantes constructores de arrecifes coralinos, lo que incrementa el deterioro de estos ecosistemas, que desde la década de los 80 vienen presentando cambios que afectan la capacidad de prestar los servicios ecosistémicos”, explica el biólogo marino Nacor Bolaños Cubillos.

Añade que “la enfermedad de la pérdida de tejido de coral se caracteriza por el rápido daño que causa, lo que resulta en lesiones blancas en el esqueleto del coral. Estas lesiones pueden expandirse rápidamente y afectar grandes áreas de coral en poco tiempo. La causa exacta de esta enfermedad aún no se comprende completamente, pero se cree que está relacionada con patógenos bacterianos”.

Bolaños, coordinador de Áreas Protegidas de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), dice que “desde la noticia de la aparición de una nueva enfermedad en los corales en Florida, Estados Unidos, en 2014 y su rápida dispersión por los países del Gran Caribe, sabíamos que era cuestión de tiempo para que nos llegara (similar a lo que ocurrió con el invasor pez león) y por ello iniciamos varias acciones, incluyendo la de monitoreo preventivo y posterior al primer registro de la enfermedad coralina para Colombia. Luego vinieron más acciones de educación, investigación, monitoreo y seguimiento”.



“La SCTLD fue observada y reportada por primera vez para Colombia, por biólogos de Coralina en Serranilla y Bajo Nuevo (límite norte de Colombia) el 13 de abril de 2022, en el marco de la expedición científica de National Geographic en su fase por el departamento archipiélago. Posteriormente también fue reportada para Serrana y Quitasueño por parte de Invemar, luego de la revisión de fotografías de monitoreo tomadas en el marco de la Expedición Seaflower Plus desarrollada en noviembre de 2021 en esas latitudes. A inicios de septiembre de 2022 se registró en la isla de San Andrés, por parte de biólogos marinos que desarrollaban labores cotidianas de buceo en esta isla. El 26 de septiembre de 2022 fue registrada en Cayo Bolívar, en el marco de la Expedición Científica Seaflower, y el 28 de septiembre de 2022 fue registrada en la isla de Providencia por biólogos y técnicos de la Corporación Centro de Excelencia en Ciencias Marinas (CEMarin), quienes realizan un trabajo conjunto con el Parque Nacional Natural Mc Bean Lagoon”, señala Nacor.

Acciones

Además de hacer los reportes internacionales y nacionales, se iniciaron los acercamientos con expertos en el manejo de la enfermedad en busca de ayuda, pues el tratamiento es complejo y costoso, por lo que paralelamente comenzaron las gestiones y procesos de formulación de proyectos en busca de recursos internacionales y nacionales para su manejo, logrando hasta el momento algunos avances importantes.

“En abril de 2022 se hizo el reporte internacional formal sobre la presencia de SCTLD en Serranilla y Bajo Nuevo y se iniciaron los contactos con expertos para el manejo de esa enfermedad”, indica el biólogo.

Añade que “a nivel nacional se hizo el reporte y con apoyo y liderazgo del Ministerio de Ambiente, las autoridades autónomas regionales y Parques Nacionales a nivel de país se dieron algunas directrices construidas de manera participativa, para el manejo preventivo o de contención de la enfermedad en todo el país”.

Además, “se recibió apoyo internacional de expertos en SCTLD, en diferentes niveles y organizaciones, y con apoyo de Coralina, Sirap Caribe y Ministerio de Ambiente se desarrolló un taller de acciones estratégicas para hacer frente a retos actuales como enfermedades coralinas (ejemplo SCTLD) y cambio climático, en el que participaron múltiples expertos internacionales que retroalimentaron a las autoridades colombianas”.

Asimismo, Coralina suscribió un memorando de entendimiento con Perry Institute for Marine Science de Bahamas y con ello se logró traer varias veces de manera presencial a la doctora Valeria Pizarro, quien adelantó algunas capacitaciones sobre el tratamiento de la enfermedad.

“Con apoyo de voluntarios y el liderazgo de ONG locales (como Blue Indigo) se logró la primera compra de un antibiótico específico para tratar la enfermedad (que es el que se usa en varios países) y se vienen haciendo monitoreos de seguimiento”, afirma Nacor.

Sin embargo, pese a todos estos y otros avances, “el panorama para las áreas coralinas de nuestro país y la de los países vecinos no es alentador. Pero los esfuerzos deben continuar y reforzarse”.

Manifiesta que “de acuerdo con el más reciente monitoreo de SCTLD realizado en la plataforma coralina de isla de San Andrés, desarrollado durante la tercera y la cuarta semanas de julio de 2023, con apoyo de la experta internacional en la enfermedad (la doctora Valeria Pizarro, de Perry Institute for Marine Science de Bahamas), la enfermedad se ha expandido rápidamente por toda la isla de San Andrés, lo cual es muy preocupante para todos”.

La inquietud aumenta porque “los expertos internacionales prevén que, dadas las afectaciones en las áreas coralinas por SCTLD, la ‘recuperación’ puede llevar décadas y por la magnitud de la nueva enfermedad tal vez no se logre recuperar totalmente ese ecosistema coralino, que será afectado significativamente”.

“Dado que las afectaciones en los corales por culpa de la SCTLD trascienden lo ambiental, pues afectan directamente los servicios ecosistémicos que nos proporcionan los corales, se afectan de manera directa e indirectamente los temas de protección costera, turismo y provisión de alimento, entre otros, por lo cual, además de las autoridades ambientales, este tema nos involucra a todos”, asevera.

Señala que “cuando hablamos en términos del ecosistema de arrecifes coralinos, aún no hay recuperación por lo cual desde 2014 los diferentes países afectados han venido avanzando en los posibles tratamientos de contención de la enfermedad y las investigaciones continúan”.