La región del Chocó es una de las zonas con mayor biodiversidad en el mundo y específicamente el área del Darién norte, propuesta para que sea declarada como Reserva de Biósfera, proceso en el que desde hace un año se empezó a trabajar en firme.
El lugar es de vital trascendencia para la migración de varias especies como las aves, delfines, tortugas y ballenas.
A ello se suma que es un área que incluye poblaciones con características culturales especiales como las afro e indígenas y que desarrollan procesos sociales en pro de la sostenibilidad ambiental.
La Reserva de Biósfera es un área representativa de uno o más ecosistemas no alterados por la acción del ser humano o que requieran ser preservados y restaurados, en donde habitan especies representativas de la biodiversidad nacional o mundial, entre las que se incluyen las que son consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción y hacen parte del Programa sobre el Hombre y la Biósfera que la Unesco creó en 1971 para impulsar el desarrollo sostenible en el planeta.
Al frente del trabajo para lograr que la zona del Darién norte sea declarada como Reserva de Biósfera, está el director de la Corporación Autónoma Regional del Chocó (Codechocó), Arnold Rincón López, respaldado por el equipo núcleo de la entidad, integrado por el coordinador de la regional Urabá, Germán Córdoba Machado; la bióloga contratista, Kary Sánchez Minota; el ecólogo contratista, Daivan Valoyes Rivas, y la ingeniera teleinformática contratista, Yina Cuesta Martínez.
“A la fecha, nos encontramos culminando la etapa de construcción del documento de nominación, el cual debe enviarse al Ministerio de Medio Ambiente, y a su vez adelantando gestiones de apoyos a los distintos intervinientes locales, nacionales e institucionales”, cuenta el ecólogo Valoyes Rivas.
Explica que las características de esta zona del Darién norte chocoano son las de “una ecorregión que presenta una gran riqueza étnica y cultural. A su vez integra un paisaje de ecosistemas marinos, costeros y cenagosos inmerso en un bosque tropical, los cuales han representado una fuente de vida”.
“Con la declaratoria de esta reserva se pretende impulsar el desarrollo sostenible de la región, la cual presenta una alta biodiversidad y una localización estratégica ya que hace parte del corredor biológico del Darién que conecta al norte de América con el sur”, señala.
El área
El área que se busca sea declarada como Reserva de Biósfera comprende “3.208 km2 aproximadamente, entre el área continental y marino costera. La zona abarca la totalidad de los municipios de Acandí y Unguía y del área marina que se circunscribe a la Unidad Ambiental Costera del Darién (UAC-Darién) bajo la jurisdicción de Codechocó y Parques Nacionales Naturales (PNN)”, indica.
De acuerdo con Valoyes Rivas, el área cuenta con un destacado número de especies de flora y fauna de gran importancia ecológica, con características endémicas, nativas, sombrilla y migratorias, entre las cuales se destacan la tortuga caná (Dermochelys coriácea), tortuga carey (Eretmochelys imbricata), manatí del Caribe (Trichechus manatus), jaguar Panthera onca, el Choibá Dipteryx oleífera, caoba Swietinia macrophylla, roble Quercus humboldtii, entre otras.
Le puede interesar: Perspectivas. “La delincuencia primero apuñala y después roba”
Pero, ¿qué tanto cuida la comunidad esta reserva? “Las dinámicas socioeconómicas de las comunidades afrocolombianas e indígenas que habitan en el territorio desde la ancestralidad realizan un aprovechamiento de la naturaleza, generando un impacto bajo, siendo este el reflejo de su compromiso con los ecosistemas y procesos ecológicos locales”, dice.
Valoyes Rivas prefiere no hablar de enemigos del área; asegura, en cambio, que “es fundamental resaltar la importancia de la educación ambiental, empoderar a los intervinientes sobre la riqueza del Darién norte chocoano para Colombia y para el mundo”.
Reconoce que desde la Corporación y con la puesta en marcha de los planes de manejo de los Distritos Regionales de Manejo Integrado Playona, Loma La Caleta y Lago Azul Los Manatíes, la construcción y actualización del PEGAR Institucional, las acciones de PNN de Colombia con el Santuario de Fauna Acandí Playón y Playona y los intervinientes locales desde los consejos comunitarios mayores afrocolombianos y resguardos indígenas, aunamos esfuerzos humanos, técnicos y económicos con miras a salvaguardar los recursos de la zona”.
Especies en peligro
La declaratoria de Reserva de Biósfera facilitaría la labor para proteger especies que se encuentran en peligro, peligro crítico, situación vulnerable o casi amenazada, como es el caso de la tortuga caná (Dermochelys coriácea), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), el manatí del Caribe (Trichechus manatus), el jaguar Panthera onca, el pavón Crax rubra, el choibá Dipteryx oleífera, la caoba Swietinia macrophylla, el roble Quercus humboldtii, el chanul Huminiastrum procerum o el cativo Prioria copaifera.
Además, ayudaría a la realización de “acciones de restauración, rehabilitación y recuperación de las áreas afectadas por actividades antrópicas; la implementación de esquemas de pago por servicios ambientales y bonos RRED+; iniciativas de transformación de los procesos productivos (silvopastoriles, ganadería sostenible y cultivos agroecológicos); la creación de infraestructuras y actividades encaminadas a promover las diferentes líneas del turismo y medidas de conservación de especies encaminadas al desarrollo sostenible; mejorar y potenciar los emprendimientos y negocios verdes de la zona y proyectos encaminados a mejorar la seguridad alimentaria”, manifestó Valoyes Rivas.
De ser declarada por la Unesco como Reserva de Biósfera, la del Darién norte chocoano sería la sexta de este tipo en el país. Las primeras cinco están ubicadas en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la más conocida: Seaflowers; la de El Tuparro; la de la Sierra Nevada de Santa Marta; la Ciénaga Grande de Santa Marta y la del Cinturón Andino (que incluye tres parques nacionales).
“Estamos comprometidos con el desarrollo sostenible de la región. Actualmente Codechocó avanza y participa en procesos para la declaratoria de dos reservas de Biósfera para el departamento, la primera se ubicaría en el Pacífico, impulsada por el Instituto de Investigaciones del Pacífico IIAP, de la cual ya se tiene un avance significativo, debido a que ya fue presentada a la Unesco, para que esta instancia declare una Reserva de Biósfera en el municipio de Nuquí, que incluye área del DRMI Golfo de Tribugá-Cabo Corrientes”, precisó el director de la Corporación, Arnold Alexander Rincón López.
Ahora, agregó, “estamos realizando las acciones pertinentes, para la construcción del formato de nominación, que permita priorizar la declaratoria de una reserva en el Darién Chocoano, lo cual entraría a fortalecer la estrategia de conservación del territorio, ya que estamos abarcando desde la declaratoria de AP, reservas naturales de sociedad civil y otras acciones que nos permitirán de manera global avanzar a la consolidación de un territorio más sostenible y que brinde oportunidades para las comunidades”.