Perspectivas: Iguanas, torturadas por un huevo que vale $300 | El Nuevo Siglo
PARA OBTENER unos 30 huevos, se maltrata una iguana, animal que si se salva, no puede volver a reproducirse.
/Corpamag
Sábado, 19 de Marzo de 2022
Redacción Nacional

A pesar de su impresionante rapidez de reacción, de ser grandes observadoras y de camuflarse con facilidad, las iguanas no escapan a su mayor depredador, el hombre, que las somete a torturas inimaginables solo para extraerles sus huevos.

La época en que este reptil de color verde sufre su mayor pesadilla es entre diciembre y marzo, meses en los que está en plena reproducción.

A ello se suma la llegada de la Cuaresma, días en los que, por aquella creencia de que no se deben comer carnes rojas, se incrementa el consumo de los huevos de iguana en algunas zonas del país.

Es por esta razón que entidades como la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) adelantan campañas de educación para propiciar que los pobladores las cuiden y entiendan que no es cierto que comer sus huevos es un afrodisiaco o un inmunizante.

El biólogo Daniel Cubillos es el encargado de ir de municipio en municipio, acompañado por la Policía Ambiental, adelantando operativos para decomisar los huevos de iguana, adelantar campañas de prevención y rescatar animales que son abandonados en deplorables condiciones, luego de abrirlos para extraerles su matriz.

En Colombia no se tiene un registro de cuántos de estos reptiles existen, no hay zoocriaderos y solo se sabe que habitan en zonas tropicales, especialmente de América Central y Suramérica, aunque también se pueden encontrar en algunos lugares de La Florida, en Estados Unidos.

Este lagarto de gran porte, que llega incluso a medir hasta 2 metros, en el país se registra en todos los departamentos. Es un animal robusto, con extremidades bien desarrolladas, que habita una gran variedad de climas y hábitats, que van desde los bordes de mangles, cerca de cuerpos de agua y también zonas áridas y rocosas.

Es una especie diurna y su dieta se compone de una gran variedad de material vegetal. Son usadas en su mayoría como fuente de proteína, tanto su carne como sus huevos; sus crías son comercializadas, legal e ilegalmente.

Torturadas

Quién lo iba a creer, pero esa bolita, similar a una pelota de ping pong, es la causa de las torturas a que son sometidas miles de iguanas, casi a diario, durante los meses de fertilidad.

Su valor en el mercado ilegal es de entre 300 y 600 pesos y el daño que se hace a la especie y a los ecosistemas es incalculable.

En promedio una iguana, que alcanza su madurez a los 16 meses, puede llegar a poner hasta 30 huevos.

En Colombia, y especialmente en el departamento del Magdalena, los decomisos de huevos son por bultos. Ello representa que centenares o miles de animales fueron torturados y, si sobreviven, es mucho lo que padecen.

De acuerdo con el biólogo de Corpamag, Daniel Cubillos, para poderle extraer los huevos, las iguanas sufren mucho porque para sujetarlas las agarran de las patas y generalmente se las parten y luego “las abren con un bisturí”.

Como si fuera poco, “las rellenan de hojas o piedras, las cosen con naylon y las abandonan. Si la comunidad las encuentra y da avisos a la Corporación, nosotros vamos, las rescatamos, las tratamos y muchas veces las salvamos. El problema es que, como les sacan la matriz, ya no vuelven a reproducirse”.

“Actualmente nuestro departamento tiene una fuerte presión sobre todo por el consumo de huevo. No aprovechan todo el recurso”, señala.

Y es que la carne no es tan apetecida como la de las tortugas hicoteas, aunque “a veces hacen empanadas de iguana”.

Recuerda Cubillos que la situación actual es de “preocupación menor, pero con sus poblaciones naturales decreciendo” y, para completar, no hay un estudio que permita conocer la densidad de la población.

Con la población

“Lo que comentan es que en Semana Santa por creencia no consumen carnes rojas y las cambian por este tipo de carnes, o en el caso de las iguanas, por sus huevos”, dice el biólogo Cubillos.

Es por ello que una de sus tareas es “comunicar a las personas la cadena de sufrimiento del animal, no solo porque pierde sus huevos, sino por el maltrato que padece. Hay que sensibilizar a la comunidad”.

“Comenzamos desde noviembre mediante las diferentes redes sociales u otros medios de comunicación, dándoles a conocer la importancia de esta especie. Hacemos jornadas de prevención en los colegios y usamos un disfraz de iguana para llegar mejor con esta información. Son entre 16 y 30 jornadas al año”, señala Cubillos.

Indica que “esta es una especie del bosque seco, es herbívora, come las hojas de los bosques maduros y ayuda a controlarlos. Por ser una especie que produce muchos huevos sirve de alimento para otras especies. Es muy importante conservarla para nuestro departamento”.

“Además, las heces son abono para la tierra, ayudan a que el bosque sea más fértil”, agregó el biólogo de Corpamag.

Explica que “lo que hemos encontrado con la Policía Ambiental, son grandes cantidades de huevos, sabemos que se han sacrificado hasta 500 para llenar un solo costal, los huevos nos dan una idea de cuántos individuos se han tenido que sacrificar para obtenerlos”.

El corredor vial de Barranquilla a Santa Marta es en el que más se comercializan huevos de iguana, “pero es en la zona bananera o la Ciénaga Grande del Magdalena donde más se consiguen las iguanas, sobre todo en la época de reproducción”.


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Las iguanas por lo general son individuos solitarios, pero en los meses de desove se juntan, lo que facilita el accionar de sus depredadores.

“Es muy importante la articulación para poder llegar a muchas más personas para dar a conocer la problemática que sufre el animal cuando es cazado. Trabajamos con toda la fauna para enseñar el daño que se hace, pero las personas se escudan en el desconocimiento de la ley que prohíbe su caza o el consumo de los huevos y en el caso de las hicoteas su carne, pero hay amonestaciones o sanciones que imponen la Corporación o la Policía Ambiental”, recuerda Cubillos.

Decreciendo

Desde hace aproximadamente dos décadas que las poblaciones de iguana han empezado a decrecer y hasta han desaparecido en algunas áreas.

Esto, dicen los expertos, se debe a que el bosque del cual depende se está acabando, además del hecho de que el hombre no se ha acostumbrado a pensar en que la iguana necesita reproducirse, es decir, que por cada ejemplar cazado o cada huevo que se le extrae por venderlo entre 300 y 600 pesos las priva de tener crías considerables para así hacer un uso sostenible de la especie.

“Debido a que su hábitat natural ha ido desapareciendo, las iguanas han perdido gran parte de las plantas que comen y han tenido que variar su dieta, derivándola hacia alimentos que no les son propios, como consumir otros animales”, dice el experto.

Otro aspecto a tener en cuenta es que dos semanas antes de que la hembra inicie el período de reproducción cesa su alimentación y no retomará la ingesta de alimento hasta terminada esta fase. A pesar de ello, continúa bebiendo agua.

Las crías de iguana tardan en nacer entre 50 y 100 días desde que los huevos son enterrados por la hembra. Pero si las siguen cazando, quebrándoles las patas y extirpándoles la matriz, “su supervivencia estará amenazada y pronto pasarán a engrosar la lista de especies en peligro o en vía de extinción”.

PARA OBTENER unos 30 huevos, se maltrata una iguana, animal que, si se salva, no puede volver a reproducirse./Corpamag

DANIEL CUBILLOS, disfrazado de iguana, va de municipio en municipio enseñando la importancia de esta especie./Corpamag