Praderas marinas liberan metano décadas después de morir | El Nuevo Siglo
LOS LECHOS de pastos marinos son muy comunes y cubren un total de alrededor de 600 000 kilómetros cuadrados en todo el mundo, aproximadamente el tamaño de Francia.
/HYDRA MARINE SCIENCES GMBH
Jueves, 17 de Febrero de 2022
Redacción Medio Ambiente

Investigadores del Instituto Max Planck de Microbiología Marina han comprobado que las praderas marinas siguen liberando metano incluso décadas después de su muerte.

Las praderas marinas desempeñan un importante papel en el ciclo del carbono marino y en nuestro clima. Por un lado, secuestran el dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan bajo tierra; por otro, emiten el potente gas de efecto invernadero metano.

Cubren las regiones costeras poco profundas de los mares templados y tropicales de todo el mundo y constituyen la base de un ecosistema esencial que alberga numerosos animales, entre ellos especies amenazadas de tortugas marinas, caballitos de mar y peces. También protegen las costas de la erosión y retienen millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera cada año.

Pero las praderas marinas también emiten gases de efecto invernadero, especialmente metano, que tiene un efecto mucho más fuerte en nuestro clima que el dióxido de carbono.

La investigadora Sina Schorn y sus colegas del Instituto Max Planck de Microbiología Marina y de Hydra Marine Sciences investigaron primero de qué se forma el metano en las praderas marinas. Las praderas marinas, como muchas plantas terrestres, forman grandes depósitos de turba bajo la superficie del sedimento. Publican resultados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Se sabe que las turbas terrestres liberan grandes cantidades de metano por la descomposición de la materia orgánica. Por ello, los investigadores esperaban que los mecanismos de producción de metano fueran similares en las praderas marinas. Sin embargo: El caso fue el contrario. “Aquí experimentamos nuestra primera sorpresa”, recuerda en un comunicado Schorn, autora principal del estudio.

“En los sedimentos de las praderas marinas, el metano se forma únicamente a partir de una clase de compuestos orgánicos -explica Schorn-. Estos compuestos, llamados metilados, son producidos por la propia planta de la pradera marina. Unos microorganismos especializados, las arqueas metanogénicas, convierten entonces estos compuestos en metano".

Los compuestos incluyen, entre otros, la betaína, un compuesto que ayuda a las hierbas marinas a hacer frente a los cambios de salinidad del agua de mar. Como las arqueas metanogénicas pueden utilizar estos compuestos directamente, la producción de metano en las praderas marinas es muy eficiente y robusta frente a las tensiones ambientales.

Además, a diferencia de en tierra firme, la liberación de metano en la columna de agua es muy rápida. En primer lugar, el tejido vegetal actúa como una pajita, ayudando a que el gas salga del fondo marino al agua.

Como los pastos marinos sólo crecen en aguas poco profundas, los microorganismos pelágicos tienen pocas oportunidades de consumir el metano antes de que acabe en la atmósfera. Además, el agua de mar que fluye a través de las arenas en las que crecen estas praderas marinas, “lava” rápidamente el metano del sedimento.

Como parte de su estudio, los investigadores de Bremen tomaron muestras de una pradera marina muerta. “Aquí nos encontramos con otra sorpresa -destaca Jana Milucka, autora principal del estudio y directora del Grupo de Investigación de Gases de Efecto Invernadero del Instituto Max Planck de Microbiología Marina-. Las tasas de producción de metano eran similares a las de la pradera marina intacta”.

Obviamente, el metano se sigue formando en los sedimentos de las praderas marinas muertas. “Creemos que la razón de esta producción continua de metano es que los compuestos metilados persisten en el tejido vegetal durante mucho tiempo”, explica Milucka. Incluso pudieron detectarse en tejidos vegetales que habían muerto hace más de dos décadas.

“Actualmente, estamos asistiendo a una mortandad de praderas marinas en todo el mundo que tiene un efecto devastador en los ecosistemas costeros. Nuestros resultados advierten que, mientras que tras la muerte de la planta el dióxido de carbono de la atmósfera deja de ser secuestrado y almacenado en el sedimento como 'carbono azul', el metano puede seguir liberándose”, subraya Milucka.

El trabajo refuerza la importancia de las praderas marinas para nuestro clima y subraya la necesidad de comprender mejor y conservar estos ecosistemas. Las praderas marinas son hábitats cercanos a la costa, y las regiones costeras son las más afectadas por los cambios antropogénicos. “Tenemos que entender cómo funciona el ecosistema de las praderas marinas para determinar el impacto del cambio global en curso sobre él”, resalta Schorn.

Ahora los investigadores del Instituto Max Planck de Microbiología Marina tienen previsto ampliar sus mediciones a otras regiones y a otras especies de praderas marinas y estudiar con más detalle los microorganismos que intervienen en la producción de metano, ya que son sorprendentemente diversos y están muy poco estudiados.