¿A qué se debe la inédita caída demográfica en China? | El Nuevo Siglo
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Martes, 17 de Enero de 2023
Redacción internacional con AFP

DESDE hace más de un siglo, China se hizo al título del país más poblado del mundo y ante los crecientes retos que ello representaba impuso, hace 45 años, impuso la política del hijo único. Con el pasar de los años, no sólo vio envejecer su población, afectando sus proyecciones económicas, sino que hizo que muchas parejas optaran por no tener descendencia.

Ante las imprevistas consecuencias, el gobierno ya presidido por Xi Jinping, acabó con esa cuestionada política en 2015, autorizando a las parejas a tener hasta tres hijos. Pero por múltiples razones, desde la situación económica hasta la falta de tiempo por las exigencias laborales para cuidarlos, la tasa de natalidad entró en un fuerte descenso llegando a que, por primera vez en 60 años, la población del gigante asiático disminuyera el año pasado y abriendo el paso a que India se convierta, este año, en el más poblado del mundo.

Sin lograr un aumento sostenido de los nacimientos pese a los incentivos económicos gubernamentales, crece la preocupación tanto por el futuro del crecimiento económico como por la presión que ello ejerce sobre las finanzas públicas y el sostenimiento de los cada vez más adultos mayores y longevos.

"Para fines de 2022, la población nacional fue de 1.411,75 millones", informó este lunes la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) de Pekín, precisando que se trata de "un decrecimiento de 0,85 millones desde fines de 2021".

Precisó que el número de nacimientos fue de 9,56 millones y se registraron 10,41 millones de fallecimientos.

La tasa de natalidad del país ha caído a niveles históricos debido al envejecimiento de la población, un declive acelerado que, según analistas, podría afectar el crecimiento económico y presionar las finanzas públicas.

La última vez que disminuyó la población en China fue en 1960, cuando el país enfrentó la peor hambruna de su historia moderna, causada por la política agrícola de Mao Zedong llamada el “Gran Salto Adelante”.

Y lo que ´trasnocha’ a las autoridades chinas es que nada hace prever que el declive demográfico se detenga. Por el contrario, la tendencia es a que aumente, máxime porque las parejas se acostumbraron a familias pequeñas.

"¿Quién se atreve todavía a tener hijos? La tasa de desempleo es elevada (entre los jóvenes), el covid destruyó todo", dijo un hombre de unos 30 años de Shanghái.

Expertos en el tema como Zhiwei Zhang, de Pinpoint Asset management, sostiene que "La población seguramente seguirá bajando en los próximos años…China no podrá depender del dividendo demográfico como impulsor estructural del crecimiento económico sino del aumento de la productividad, que es impulsada por las políticas gubernamentales".

Para Xiujian Peng, investigadora de Universidad de Victoria, Australia, el gobierno chino debe encontrar políticas efectivas para promover la natalidad, de lo contrario esta situación “tendrá un impacto profundo en la economía del presente a los años 2100".

El demógrafo independiente He Yafu también apunta al "declive en el número de mujeres en edad fértil, que cayó en cinco millones por año entre 2016 y 2021", como consecuencia del envejecimiento de la población.

Un estudio de la Academia de las Ciencias Sociales de Shanghái, la población china podría declinar 1,1% como promedio anual y según esas proyecciones, el gigante asiático podría tener menos de 587 millones de habitantes para el año 2100, menos de la mitad actual.

La noticia del declive poblacional fue rápidamente tendencia en las redes sociales chinas, con algunas personas expresando temor por el futuro del país.

"Sin niños, el Estado y la nación no tienen futuro", escribió un usuario de la red social Weibo, una versión china de Twitter.

"Tener niños es una responsabilidad social", señaló un conocido "influencer" patriótico en Weibo.

Ante estas cifras, muchas autoridades locales lanzaron medidas para motivar a las parejas a tener hijos.

Por ejemplo, la megaciudad sureña de Shenzhen ofrece un bono de natalidad y una asignación mensual hasta que el niño cumple tres años.

Una pareja que tiene su primer bebé recibe automáticamente 3.000 yuanes (444 dólares), y la cifra sube a 10.000 yuanes (1.480 dólares) si se trata del tercer hijo.

La ciudad oriental de Jinan comenzó el 1 de enero a pagar una asignación mensual de 600 yuanes para las parejas que tengan un segundo hijo.



Justificaciones

La dificultad para conciliar las exigencias del trabajo con una buena educación para los hijos, en una sociedad ultracompetitiva y con escasa ayuda del Estado, explica en buena medida la declinante natalidad en China, el país más poblado del mundo.

Quienes ya tienen hijos explican que si no tienen más es por la dificultad de combinar las exigencias de un mercado laboral muy exigente con la ambición de dar a la prole el mejor futuro.

"Para muchos hogares es extremadamente difícil educar a un niño, y ni siquiera eso lo manejan muy bien", dice Wenjing, una bloguera de cerca de 40 años, para quien las ayudas del gobierno son "insustanciales".

"Muchas familias sufrieron financieramente con la pandemia. Y en esas circunstancias tan duras, mucha gente decidió no tener más hijos", sostiene.

Las ciudades más grandes, como Pekín y Shanghái, han extendido el permiso de maternidad hasta 158 días, y el año pasado las autoridades sanitarias dieron instrucciones que requieren a los gobiernos locales facilitar guarderías, eso sí de pago.

Sin embargo, sigue habiendo obstáculos, como la ausencia de espacios para amamantar en la mayoría de lugares de trabajo, y la imposibilidad para las mujeres no casadas de congelar sus óvulos.

Una plaza en una guardería privada puede costar entre 5.000 yuanes (740 dólares) y 20.000 yuanes (USD 2.950) al mes en Pekín, según el Asia Society Policy Institute.

Muchos jóvenes urbanos viven además lejos de sus familias en el sentido extendido, lo que les priva de una ayuda esencial por parte de tíos o abuelos.

Para Nancy, una madre pekinesa de algo más de 30 años que trabaja en el sector del comercio electrónico, conciliar el trabajo y la atención a su hijo es una tarea hercúlea.

"No consigo compaginar…Si quieres darle el pecho al niño, básicamente tienes que dejar de trabajar. Pero con nuestra situación, no podemos permitírnoslo".

También influyen las expectativas sociales sobre cómo educar a la prole. "Si tienes estándares más bajos, probablemente no estés tan casada. Pero aquí la mayoría de la gente educa a sus hijos de manera meticulosa", añade Nancy.

"Y si insistes en salir del trabajo a las cinco de la tarde para cuidar a tu hijo, se te dará menos trabajo y te verás adelantada por tus compañeros", agrega, al tiempo que destaca que quienes pueden, buscan el apoyo familiar para el cuidado y la crianza de los niños.

Ejemplo de ello el testimonio de Ivy Meng, también treintañera: “a mi hijo pequeño lo educaron principalmente sus abuelos" durante la pandemia, cuando las escuelas estuvieron cerradas y, un tiempo después permaneció con ellos porque como su marido trabajaban tiempo completo.

A la hora de elegir entre trabajar y pasar tiempo con su niño durante la semana, como Ivy, millones de chinas eligieron lo primero.