¿Tiene futuro tribunal para juzgar a Putin por crimen de agresión? | El Nuevo Siglo
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Jueves, 19 de Enero de 2023
Redacción internacional con AFP

PENSAR con el deseo. Así puede resumirse la intención de gran parte de la comunidad internacional de, algún día, sentar en el banquillo de los acusados al presidente ruso Vladimir Putin por la invasión militar a Ucrania, que apresta a entrar en su doceavo mes.

De plantear meses atrás la posibilidad de que tanto el jefe del Kremlin como su cúpula militar fueran sometidos a la justicia internacional por crímenes de guerra por las fosas comunes con presuntamente cientos de cadáveres en una región ucraniana y también porque supuestamente los rusos bombardearon tanto un hospital materno como un refugio de niños, se plantea ahora la creación de un tribunal especial para juzgarlos por “crimen de agresión”.

La propuesta, que lanzada por la Comisión Europea y posteriormente impulsada por  Alemania, acaba de recibir el beneplácito del Parlamento Europeo quedará en un ‘saludo a la bandera’, porque si bien hay un cerrado espaldarazo del colectivo comunitario y que lo tendría también del líder de la coalición occidental contra el Kremlin en esta guerra (Estados Unidos), el mismo no tiene carácter vinculante y, en el caso de que lo fuera, seguramente carecería de los ‘dientes’ para capturar y/o hacer cumplir sus resoluciones, tal cual ocurre desde hace ya dos décadas con la Corte Penal Internacional (CPI).

Vale recordar que este tribunal permanente, con vocación universal, de carácter complementario respecto a las jurisdicciones nacionales, que comenzó a operar el 1 de julio del 2002 luego de su creación por el Estatuto de Roma que, aunque adoptado cinco años atrás no fue ratificado por todos los países del mundo.

Tiene como objetivo juzgar a los individuos presuntamente responsables de haber cometido los crímenes más graves contra la humanidad (genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra), pero no ha podido cumplir su función en la mayoría de los casos por no tener las herramientas para ello. Baste citar como ejemplo la orden de arresto que sustentada en siete cargos emitió contra el exdictador de Sudán, Omar al Bashir, que no se ha cumplido.

Con la guerra en el corazón de Europa acercándose a su doceavo mes (inició el 24 de febrero), sin viso alguno de solución -por el contrario, con real amenaza de escalar ante la entrega de potente armamento y blindados para Ucrania- y el evidente fracaso diplomático, se agita esta propuesta de un tribunal internacional para ‘crímenes de agresión’ que se convertirá en otro frente de tensión con el Kremlin.

Sin embargo, como reseñamos anteriormente no iría más lejos, tanto por los antecedentes de poca efectividad de tribunales especiales como porque ningún gobierno se la jugaría por un abierto enfrentamiento con la potencia rusa, además de la oposición de la CPI. Y, en el posible caso de darse, tardaría años tanto su implementación.

Como se sabe, la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya, tiene jurisdicción únicamente sobre crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en Ucrania y no sobre los ahora denominados "crímenes de agresión". Además, Rusia ni Ucrania son signatarios del Tratado de Roma, que estableció esa corte.

Pero la comunidad internacional preocupada por esta guerra de desgaste, su alto costo de vidas, destrucción, impacto económico global y violaciones a los derechos humanos, aprobó este jueves la creación del tribunal internacional especial para juzgar “el crimen de agresión” de Rusia contra Ucrania, pero no es una resolución vinculante.

Durante la sesión plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) recibió 472 votos a favor, 19 en contra y 33 abstenciones. Menciona la "necesidad urgente" de que la Unión Europea (UE) presione para que se establezca esta nueva corte.

Esta instancia tendría por responsabilidad "enjuiciar el crimen de agresión contra Ucrania cometido por los líderes políticos y militares de la Federación Rusa y sus aliados", de acuerdo con el documento.

"La creación de dicho tribunal llenaría un gran vacío en los acuerdos institucionales actuales para la justicia penal internacional", menciona le resolución.

"Los criminales de guerra deben ser llevados ante la justicia", sostuvo la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, en twitter, en consonancia con lo explicado por su homóloga de la Comisión Europea -brazo ejecutivo de la UE-, Ursula von der Leyen, quien en noviembre lanzó la idea de este tribunal.


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Carrera de obstáculos

En el caso de que se viabilizara la creación de este tribunal especial internacional, el camino para llegar a su implementación se vislumbra largo, lleno de obstáculos y sin garantías de que sea efectivo.

La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, una de las impulsoras de la iniciativa aseguró que esa nueva corte pondría fin a una "laguna importante" en la legislación internacional.

Pero el primer tropiezo que tendría el mismo es que si bien la CPI investiga crímenes de guerra y contra la humanidad en Ucrania, gracias a que Kiev aceptó su jurisdicción, ni ese país ni el invasor Rusia son signatarios del Estatuto de Roma el que contempla que se puede indagar el crimen de agresión, pero solo en los países miembros.

Así las cosas, la alternativa sería pasar por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, posibilidad de antemano fallida ya que Rusia -miembro permanente-, vetaría semejante intento.

Baerbock propuso por ello "un nuevo formato" de corte con sede en La Haya, y que debería crearse en un futuro próximo.

La corte extraería su jurisdicción de la ley penal ucraniana, pero contaría con jueces y fiscales internacionales y financiación extranjera, según el planteamiento de la ministra alemana.

Al mismo tiempo, la ministra alemana propuso cambiar las reglas de la CPI a largo plazo, para que pueda perseguir el crimen de agresión también entre países no miembros.

Se explicó que el tribunal especial apuntaría, en caso de crearse, a los dirigentes políticos y militares de Rusia por ordenar y supervisar la invasión de Ucrania. Igualmente que la CPI podría incriminar a soldados y comandantes rusos que tuvieron responsabilidades en el terreno, aunque Baerbock destacó “hay que evitar que los líderes rusos sean inmunes”.

Según ella, el crimen de agresión, que según el Estatuto de Roma incluye la invasión, la ocupación militar y el bombardeo de un territorio ajeno, es "el crimen original que permitió todos los demás crímenes".

Otro obstáculo es, sin duda alguna, el apoyo internacional a esta eventual nueva corte. Aunque recibió el mayoritario aval en el Parlamento Europeo este jueves y a finales del año anterior Países Bajos se ofreció a albergarla, en el resto del mundo no todos parecen tan entusiastas.

"Algunos critican que una vía así demostraría que nos preocupamos por una guerra en particular porque sucede en Europa. Comparto esa observación, por eso me parece importante que hablemos con socios de otras regiones" del planeta, reconoció Baerbock.

El problema principal, no obstante, sería llevar a los sospechosos principales ante la justicia.

Rusia ha avisado de que cualquier tribunal sobre la guerra de Ucrania le parecería ilegítimo, y que se negaría a extraditar a sospechosos.

Ucrania a su vez podría extraditar a ciudadanos rusos que haya capturado, pero los dirigentes quedarían a salvo presumiblemente.

"A menos que haya un cambio de régimen en Rusia, Putin y otros líderes de alto nivel tendrían que abandonar Rusia para verse sujetos a detención", sostuvo Cecily Rose, profesora asistente de derecho internacional en la Universidad de Leiden.

Por su parte, el fiscal de la CPI, Karim Khan, que se entrevistó con Baerbock a comienzos de semana, se opone al planteado nuevo tribunal, y urgió a la comunidad internacional a centrarse en apoyar su propia investigación.

Baerbock opinó que es fundamental seguir apoyando a la CPI, y argumentó que la creación de un nuevo tribunal no minará la actividad de la institución ya existente.

Como se ve, la creación del tribunal para ‘crímenes por agresión’ para que el presidente ruso Vladimir Putin comparezca ante la justicia internacional en La Haya es pensar con el deseo y tiene poco chance de convertirse en realidad.