Por Tomás Prieto-Castro*
Especial para El Nuevo Siglo
Terminan las Fallas en Valencia con la “Nit de la Cremà” y tras arder durante horas los monumentos de cartón y madera en un acto que para muchos es una catarsis colectiva en una ciudad iluminada por el fuego, España se despierta en la víspera de su sexta moción de censura a un Gobierno tocado y que saldrá también muy quemado de esta interpelación parlamentaria.
Esta moción, que se debatirá y votará entre este martes y miércoles es histórica en la democracia española, por cuanto el candidato a la presidencia del Gobierno propuesto no es el líder del grupo parlamentario que la ha promovido, sino que es un intelectual independiente de enorme autoridad moral en España: el economista Ramón Tamames. Todas las anteriores mociones de censura, que no es otra cosa que la exigencia de responsabilidad política al Gobierno con la que se busca tumbarlo, fueron propuestas por partidos de la oposición, incluyendo en las mismas como candidato a la presidencia del Gobierno al líder de dicho partido político.
En este caso, y cumpliendo con las previsiones constitucionales, el grupo parlamentario VOX, representado en el Congreso de los Diputados con 52 de los 350 escaños que componen la Cámara Baja, formula su segunda moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. En la primera de ellas, en octubre de 2020 y tras las primeras oleadas de la pandemia del covid-19, propuso como candidato a la presidencia del Gobierno a Santiago Abascal, líder de dicho partido, fracasando y recibiendo incluso el voto en contra del principal partido de la oposición, lo que para muchos significó el inicio de la caída de Pablo Casado, cuya defenestración como líder del Partido Popular tuvo lugar justo hace un año.
Dos años y medio después de esa moción, y consciente de su debilidad si el candidato propuesto hubiese sido el mismo, VOX propone al profesor Ramón Tamames que, paradójicamente, militó en el Partido Comunista de España durante los últimos años del franquismo y participó en la fundación de Izquierda Unida, otro partido de izquierdas que actualmente integra Podemos, socio de gobierno de Pedro Sánchez. El propio candidato ya manifestó que compartía el estupor, pero como ya decía Aristóteles al inicio de la “Ética a Nicómaco”, aunque fuera amigo de los defensores de las ideas, era más amigo de la verdad. Y la verdad es que la situación social en España dista mucho de la actual representación parlamentaria surgida en unas elecciones generales celebradas hace ya casi cuatro años, con el mandato a punto de caducar y con el gobierno y sus socios a la greña, y empelazgados.
Ciertamente, la estrategia de VOX, partido considerado como el situado más a la derecha del espectro político español, no podía ser mejor, logrando acaparar toda la atención mediática en los últimos meses, a las puertas de los comicios autonómicos y municipales que se celebrarán el próximo 28 de mayo. La elección de un candidato independiente de la talla del catedrático Tamames, reputado economista, autor de la “Estructura económica de España”, libro de referencia para el análisis de la economía española desde hace más de medio siglo que acumula ya veintiséis ediciones, diputado constituyente, firmante de la Constitución Española, artífice de los Pactos de la Moncloa, teniente de Alcalde de la ciudad de Madrid, miembro del Club de Roma, Cátedra Jean Monnet de la Unión Europea, doctor honoris causa por múltiples universidades tanto en España como en Iberoamérica, pasando por Pekín, miembro de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, fecundo autor de decenas de libros, y un largo etcétera, no ha dejado indiferente a nadie.
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Símbolo de reconciliación
Al candidato se le ha venido reprochando su edad, 89 años, y su pasado comunista. Lo primero representa una enorme bajeza con la que algunos pretenden hurtar del debate político y social a nuestros mayores, de cuyas fuentes de conocimiento y experiencia deberíamos todos aprender y sentirnos orgullosos y respetuosos, máxime en un país con más de diez millones de personas mayores de 65 años, que representan una quinta parte de la población española. Y lo segundo es desconocer que Ramón Tamames es hijo del consenso y de la transición a la democracia, símbolo de la reconciliación nacional, que estuvo encarcelado por defender sus ideas. Ideas que, ahora, más de medio siglo después sigue defendiendo con vehemencia y tesón, alertando de la deriva autocrática del gobierno de Pedro Sánchez, y de muchas otras cosas que podremos escuchar en el discurso que dirija a la nación. Y es que, como recientemente publicaba el afamado ensayista hispano-británico Tom Burns Marañón, “cuando abunda tanto infantilismo y pensamiento desordenado, Tamames sobresale porque tiene una idea juiciosa de lo que ha sido, es y puede ser este viejo país. Falta le hace a España asumir relatos adultos. Tamames es de los contados tesoros nacionales capaces de transmitirlos.”
La presencia del candidato Tamames esta semana en el hemiciclo, símbolo de la soberanía nacional, pasará a la historia de la democracia española, por ser la primera vez en la que alguien ajeno a cualquier partido político y que ni tan siquiera es diputado, encabeza una moción de censura y presenta un programa de gobierno alternativo. Según todos los pronósticos, Ramón Tamames no será investido presidente del Gobierno este próximo miércoles, pero su discurso, que será un pliego de cargos contra el actual gobierno, deberá ser escuchado con atención y respeto, y sus propuestas deberían ser asumidas por la oposición para incluirlas en sus programas electorales que inundarán la agenda política de España durante todo el año 2023, en el que se renovarán los Ayuntamientos, las Comunidades Autónomas y el Poder Legislativo, con la elección de un nuevo Presidente del Gobierno.
El gobierno de Pedro Sánchez y sus socios, cada vez más desunidos, se defienden alegando que la moción responde al plan oculto de la derecha en España, alegando que el Partido Popular y VOX son lo mismo y que pactarán en todos aquellos territorios en los que sumen en las próximas elecciones. Sin embargo, el Partido Popular ya ha manifestado que se abstendrá en la votación, impidiendo que la moción pueda prosperar, o que al menos los síes casi igualen a los noes, lo que llama poderosamente la atención por la incoherencia en que se está sumiendo el principal partido de la oposición al que está moción le ha cogido con el pie cambiado; pues parte de la premisa de que el gobierno de Sánchez es censurable pero no participa en dicha censura.
Asimismo, lleva meses pidiendo elecciones anticipadas por lo insostenible de la situación, pero no participa en la censura al gobierno, cuyo desenlace sería, precisamente, la convocatoria de elecciones inmediatas por parte del candidato en el caso de ser investido Presidente.
Pase lo que pase en el Congreso de los Diputados, no cabe duda de que gran parte de la población española clama por un cambio que, aunque quizás no llegue esta semana, quedará inspirado por el discurso del candidato Tamames que supondrá también para muchos, como los fuegos de Valencia, una potente catarsis individual y colectiva que puede alumbrar el inmediato devenir político de España.
*Abogado con despacho profesional en Madrid e inversor en Colombia.