Perspectiva. Guerra al 'tranq', epidemia que tiene ‘zombie’ a EU | El Nuevo Siglo
AFP
Sábado, 24 de Junio de 2023
Agence France Presse

DEPENDIENTE de los opioides desde hace años, Martín ha visto al mortal y adictivo fentanilo reemplazar a la heroína en Nueva York. Ahora quiere evitar caer en una nueva droga que carcome los tejidos y provoque heridas profundas en la piel: el "tranq", la última preocupación en Estados Unidos.

"Te vienen los tejidos", dice este hombre de 45 años a la AFP durante una visita al centro St. Ann's Corner of Harm Reduction, una asociación de ayuda a los drogadictos que opera desde la década de 1990 en el Bronx.

Sus cicatrices en brazos y piernas probablemente han consumido xilacina sin saberlo, un potente sedante y analgésico para animales, conocido popularmente también como "droga zombie".

Considerado por la Casa Blanca como una "amenaza emergente" en el país, se obtiene fácilmente por internet.

A menudo contiene fentanilo, el opioide sintético 50 veces más potente que la heroína y principal causante de la muerte de 110.000 personas por sobredosis en 2022 en el país. Un récord.

Según datos de los Centros de Control para la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el número de sobredosis mortales que contenían xilacina pasó de 260 en 2018 a 3.480 en 2021.

Aunque Filadelfia figura como el epicentro de la "droga zombie", en Nueva York el 19% de las sobredosis por opioides -419 muertes en 2021-, contenían este compuesto, según datos oficiales.

Como el fentanilo es un opioide con efectos de corta duración, la hipótesis "es que se agrega xilacina para prolongar sus efectos", explica Courtney McKnight, profesora adjunta de epidemiología clínica en la Universidad de Nueva York.

Además de las heridas en la piel, la abstinencia o "el mono", provocan "fuertes" crisis de ansiedad, agrega.

Martín trata de evitar este cóctel que "te deja KO" durante horas.

Amputación

En las salidas con su camioneta por las calles del Bronx para aportar material sanitario, realizar pruebas para la detección del fentanilo, entregar alimentos o simplemente dar consejos y palabras reconfortantes a las personas en extrema dificultad, el personal sanitario de St. Ann's ha constatado el número creciente de personas con las terribles heridas que provocan esta sustancia.

"La gente dice que empiezan a aparecer pequeños hematomas o manchas negras y después es como si los tejidos murieran en la zona afectada", explica Jazmyna Fanini, enfermera del centro.

Fanini muestra una foto que tomó a un paciente en la calle. Su piel presenta múltiples heridas, que pueden llegar "hasta el hueso".

"A veces hay que amputar o hacer un injerto de piel", agrega.

Estados Unidos sufre una crisis sanitaria por la epidemia de los opioides.

En St. Ann's, el visitante se topa con un árbol de papel pegado en una pared, que va añadiendo hojas a medida que una persona muere por sobredosis.

En Nueva York, el número de sobredosis mortales en 2021 se elevó a 2.668, un 80% más que en 2019, a consecuencia del fentanilo y la pandemia, que disparó los riesgos debido al aislamiento de los toxicómanos, con mayor incidencia entre las poblaciones de afroestadounidenses e hispanos.

La ciudad y las asociaciones confían en la naxolona, ​​un antídoto en spray nasal, para revertir la sobredosis de fentanilo. Pero la xilacina, que ralentiza la respiración y el ritmo cardíaco, lo complica.

Autorizada para animales, esta droga no tiene el estatus de "sustancia controlada" a nivel federal, como las drogas duras, lo que complica la labor de los investigadores, según la fiscal especial para estupefacientes de Nueva York, Bridget Brennan.

"Aunque encontremos una gran cantidad, no podemos perseguir a nadie" lo que imposibilita "llegar al origen" ni saber cómo "se distribuye en grandes cantidades", explica.



"Veneno"

El personal de St. Ann's achaca la aparición de nuevas mezclas a las políticas que criminalizan a los toxicómanos.

"Seguiremos encontrando este tipo de sustancias mientras no se ataque al verdadero problema, que es no tener un producto seguro", explica el jefe del equipo Steven Hernández.

"En esta situación, la gente se está envenenando", lamenta.

El centro participa en un programa de la ciudad de Nueva York que permite a los consumidores probar su droga para conocer los riesgos. La iniciativa permitirá también a los servicios de salud de la ciudad seguir en tiempo real la evolución del mercado ilegal.

"Todavía es posible evitar la xilacina, todavía no prolifera en el mercado", explica Leonardo Domínguez Gómez, investigador del Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York.

“La forma en que la ciudad transmita los mensajes y lleve a cabo campañas de salud pública tendrá un impacto en la situación”, advirtió.

Fentanilo en pastillas

Tras la heroína y el fentanilo en polvo, las organizaciones criminales amplían el mercado de las drogas ilegales en Estados Unidos con pastillas de fentanilo, advirtió preocupada la fiscal antidrogas de Nueva York, Bridget Brennan.

Destaca, con visible preocupación, que “lo que estamos viendo son mezclas mortales. La xilacina se mezcla ahora con fentanilo. Y la xilacina no es un opioide, es un sedante, un tranquilizante para animales (...) Esta mezcla no solo es mortal, sino también muy destructiva. Ahora vemos que el fentanilo se fabrica también en pastillas, a menudo en México, a veces en Estados Unidos. Vemos una auténtica explosión de pastillas confiscadas”

El año pasado en Nueva York, solo la oficina de esta fiscal incautó de cerca de un millón de comprimidos de fentanilo (425% más que en 2021) y el fenómeno sigue extendiéndose. 

Brennan se refiere a una situación cada vez más común y preocupante, como es que muchas personas compran por internet drogas recetadas (legales) creyendo que es más rápido y seguro, pero pueden estar adquiriendo imitaciones de las mismas mezcladas con el peligroso opioide.

“Dichas pastillas se distribuyen por las redes sociales e internet. Pueden imitar la marca del Xanax, la oxicodina, el Adderall (medicamento contra el déficit de atención). Es una forma para las organizaciones criminales de ampliar su mercado. Me preocupa porque pueden pensar que están comprando una droga confiable pero lo que están adquiriendo es fentanilo o el medicamento mezclado con ese éste”.

La fiscal de la “gran manzana” señala que lo mejor que se puede hacer ante esta grave crisis de opioides y fentanilo es retirar la mayor cantidad de droga posible del mercado, tratar de impedir el envío de dinero a México, y que ahora también vuelve a China (países que Estados Unidos considera como el origen del tráfico) y, sobre todo un amplio y eficaz programa de prevención, toda una campaña educativa con lenguaje sencillo y claro.

Finalmente, la fiscal Brenan destaca que otra de sus mayores preocupaciones es que “parecemos incapaces de trabajar eficientemente con México para controlar la producción y distribución de estas drogas…Nos gustaría echar toda la culpa a México, pero somos nosotros, aquí en Estados Unidos, los que consumimos drogas; somos nosotros los que hemos reducido el número de programas de tratamiento, y ya no vemos muchas campañas de prevención. Por tanto, no nos concentramos sobre todos los aspectos del problema”.