El Congreso de Ecuador empezó la noche de este sábado a debatir una moción presentada por la oposición para destituir al presidente derechista Guillermo Lasso, responsabilizado de la "conmoción interna" que dejan trece días de sangrientas protestas indígenas contra el elevado costo de vida.
El movimiento indígena y el gobierno sostuvieron un primer acercamiento, y horas después Lasso puso fin al estado de excepción que regía en seis de las 24 provincias del país, satisfaciendo una de las demandas de los manifestantes.
Al llamado de los 47 miembros de la bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) empezó a reunirse poco después de las 18H00 locales (23H00 GMT), y de manera virtual.
"135 (de los 137) asambleístas" estaban reunidos en esta sesión, anunció en Twitter el Parlamento.
La oposición, mayoritaria pero dividida en el Parlamento, acusa a Lasso, un exbanquero de derecha que asumió el poder en mayo de 2021, de la "grave crisis política y conmoción interna" que sacude al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios.
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"Los asambleístas (...) buscan desestabilizar la democracia", denunció poco antes del debate el secretario jurídico del presidente, Fabián Pozo.
Unos 10.000 indígenas marcharon por distintos puntos del país al grito de "¡Fuera Lasso, fuera!". En las noches estallaron disturbios y se dieron choques entre manifestantes y policías.
"Toda la canasta básica está muy cara y nuestros productos del campo (...) no valen nada", dijo a la AFP Miguel Taday (39 años), un agricultor de papa de Chimborazo (sur), a unos 200 km de Quito.
Aislado por covid, Lasso culpa del caos al líder de las manifestaciones, Leonidas Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
"La intención real del señor Iza es el derrocamiento del gobierno", dijo el viernes.
Ríos de indignados exigen reducir el precio de los combustibles entre otras medidas para aliviar la pobreza.
La prolongada movilización deja seis manifestantes muertos y cerca de 300 heridos, entre civiles, policías y militares, según diversas fuentes.
Quito exhibe numerosas hogueras con neumáticos quemados y barricadas con troncos en una ciudad semiparalizada y exhausta.
En la mañana cientos de mujeres organizaron un ritual en el norte de la capital y luego marcharon contra el gobierno. Algunas indígenas iban con sus ojos pintados con franjas rojas y portaban plantas medicinales.
"El paro continúa"
Tras dos jornadas violentas, jueves y viernes, indígenas y gobierno dieron el sábado un primer paso hacia el "diálogo" aunque sin "compromiso alguno", informó el Parlamento.
Más tarde, Lasso puso fin al estado de excepción que, regía en seis provincias. Esa medida permitió movilizar a los militares y ordenar un toque de queda nocturno en tres provincias, entre ellas Pichincha, cuya capital es Quito.
Ecuador ganó fama de ingobernable tras la salida abrupta de tres mandatarios entre 1997 y 2005 ante la presión social.
La destitución del presidente requiere 92 de los 137 votos posibles en el Congreso.
Después de los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar.
De ser aprobado, el poder lo asumiría el vicepresidente Alfredo Borrero y se llamarían a elecciones presidenciales y legislativas para el resto del período (hasta 2025).
"Presidente Lasso, no sea cobarde. Llame a elecciones anticipadas", lanzó Correa en Twitter.
Estallido violento
Las últimas dos noches Quito ha sido escenario de cruentos enfrentamientos entre la fuerza pública y los manifestantes con bombas molotov, cohetes pirotécnicos, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
Ecuador, cuya dolarizada economía empezaba a recuperarse de los efectos de la pandemia, pierde unos 50 millones de dólares diarios por las crisis, según cifras oficiales.
El gobierno asegura que reducir los precios del combustible como claman los indígenas le costaría al Estado más de 1.000 millones de dólares al año en subsidios adicionales.
"Aquí seguiremos luchando, hasta las últimas consecuencias. Las bases han dicho que no vamos a regresar sin resultados", dijo Wilmer Umajinga (35 años), que protesta desde el lunes en la capital.
Contraprotestas
Desgastada por la crisis, con comercios cerrados y desabastecimiento de algunos productos, Quito también es escenario de contraprotestas.
"¡Fuera Iza, fuera!", gritaban cientos de ciudadanos y caravanas de vehículos de alta gama recorrían zonas acomodadas retumbando sus bocinas y ondeando banderas blancas.
La industria petrolera, el principal rubro de exportación ecuatoriano, está produciendo al 54% de su capacidad, por la toma de pozos y los cortes de ruta.
Sin mayor respaldo político, Lasso cuenta por ahora con el apoyo de los militares, que cerraron filas en torno a su gobierno.
El presidente "solo quiere enfrentar con su armamento, solo quiere hacer daño, él no tiene un buen sentido hacia el pueblo indígena", lamentó María Luisa Maldonado (48 años), de la localidad de Cayambe (norte).