LOS PROCEDIMIENTOS para la admisión en las universidades basados en el color de la piel o el origen étnico de los solicitantes son inconstitucionales. Así lo estableció la Corte Suprema de Estados Unidos ayer al fallar en contra de la llamada discriminación positiva que operaba en esos centros educativos.
En otro histórico fallo, los seis jueces conservadores dictaminaron, en contra de la opinión de los tres de corte progresista, que "el alumno debe ser tratado en función de sus experiencias como individuo, no en función de su raza" y así, las universidades son libres de considerar la experiencia de un solicitante, por ejemplo si sufrió racismo, a la hora de sopesar su solicitud frente a otros más calificados académicamente.
“Pero decidir, principalmente en función de si es blanco o negro, no está permitido, es en sí mismo discriminación racial. Nuestra historia constitucional no tolera esa opción", explicó el presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
Tras el movimiento por los derechos cívicos de los años sesenta, varias universidades muy selectivas introdujeron criterios raciales y étnicos en sus procedimientos de admisión para corregir las desigualdades derivadas del pasado segregacionista de Estados Unidos.
Esta política, conocida como "discriminación positiva", permitió aumentar la proporción de estudiantes negros, de origen hispanohablante o indios estadounidenses en las aulas, pero siempre ha sido blanco de críticas por quienes la consideran opaca y racista.
Los jueces examinaron en concreto las prácticas de la Universidad de Carolina del Norte y de la Universidad de Harvard y, en ambos casos, entendieron que no cumplían con la ley, con seis votos a tres. El tribunal consideró que ello viola la cláusula de igualdad contemplada en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución.
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De esta forma puso ayer fin a una doctrina que comenzó a aplicar en 1978 y que consolidó en el año 2003, al avalar ahora una demanda interpuesta por un grupo conservador, Students for Fair Admissions, que alegaba que los protocolos actuales discriminan a los estudiantes de origen asiático. Esta sentencia previsiblemente afectará a las universidades más reclamadas, que veían en la discriminación positiva una forma de garantizar la diversidad de sus estudiantes.
El cambio fue aplaudido por la derecha. "Este es un gran día para Estados Unidos", “"Esta es la sentencia que todo el mundo estaba esperando y deseando y el resultado ha sido asombroso. Además, nos mantendrá competitivos frente al resto del mundo", dijo el expresidente Donald Trump, quien agregó “Nuestras mentes más brillantes deben ser valoradas y eso es lo que ha traído este maravilloso día. Vamos a volver a todo basado en el mérito ¡y así es como debe ser!".
En sentido contrario se manifestó el presidente demócrata, Joe Biden. "Estoy fuertemente, fuertemente en desacuerdo con la decisión del tribunal…Las universidades no deben abandonar su compromiso de garantizar que el alumnado tenga orígenes y experiencias diversas que reflejen todo Estados Unidos".
Agregó que "la discriminación sigue existiendo en Estados Unidos…La decisión de hoy no cambia eso. Es un hecho simple que si un estudiante ha tenido que superar la adversidad en su camino hacia la educación, las universidades deben reconocerlo y valorarlo…No podemos permitir que esta decisión sea la última palabra”.
Más comedido, Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, subrayó que "la discriminación positiva nunca ha sido una respuesta completa a la necesidad de construir una sociedad más justa". Pero "nos dio la oportunidad de demostrar que merecíamos algo más que un asiento en la mesa", añadió en Twitter./Redacción internacional con AFP