El excandidato presidencial Rodolfo Hernández Suárez decidió posesionarse como senador el 20 de julio, curul a la que tiene derecho por el Estatuto de la Oposición, en virtud del procedimiento legislativo especial para la paz.
Precisamente ayer por medio de un comunicado del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción, dirigido a los magistrados del Consejo Nacional Electoral, el ingeniero escribió: “Reitero mi voluntad de ocupar la curul en el Senado de la República, a la que se tiene derecho por haber sido el candidato a la Presidencia que siguió en votos a quien resultó electo”.
A renglón seguido mencionó: “Con la posibilidad de intervenir en las opciones previstas en el artículo 24 de la ley 1909 de 2018. Incluida la libertad para declararse en oposición. Para lo cual, respetuosamente, solicito se me expida la respectiva credencial”.
De otro lado, fue enfático en recalcar que irá al Senado a enfrentar la corrupción. "Como saben todos los colombianos yo tengo ciertas habilidades en la ingeniería, pero vamos a ir al Senado a defender el tema que yo sé, que es enfrentar la corrupción, todos los trucos y manipulaciones que hacen en los pliegos tipo, los pliego sastres, cómo hacen interventorías, cómo hacen la supervisión. Tienen tres formas de robar a los colombianos, contratan para hacer una cosa y hacen otra", explicó Hernández.
También dijo que no sabía cómo iba a hacer el Presidente electo. “Ojalá le vaya bien con esa lepra que tiene Colombia que es la corrupción, son unos descarados, lástima grande. Ojalá me equivoque pero no siento un armazón administrativo real para poder controlar la corrupción, lo que lleva al país a seguir debiendo plata, y ajustar reformas tributarias por todos lados hasta que quedamos arruinados”.
Asimismo, expuso cómo será su trabajo en el Senado: "Uno tiene que concentrarse en una sola cosa, ayer tomamos la decisión de que nos vamos a posesionar el próximo 20 de julio y vamos a representar esos 10 millones de votos, a representarlos en el Legislativo".
La derrota
En cuanto a su derrota en las pasadas elecciones presidenciales, el santandereano concluyó: "Ese es el juego de competir, yo siento que hice todo a conciencia. Nosotros tenemos una manera diferente de hacer campaña, sobre todo como la han hecho en los últimos 30 años, todos esos votos son comprados. Pero eso ha generado un país en la ruina. Además, a la gente le gusta la gente que hace discursos. Pero, por lo general, ese contenido es estético".
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Sentencia condenatoria
Un caso que tuvo gran resonancia fue el llamado Vitalogic, por el cual Hernández se encuentra imputado por la Fiscalía General de la Nación por el delito de interés indebido en la celebración de contratos. Aunque actualmente no hay una sentencia condenatoria en su contra, para el 21 de julio está citada la etapa final del juicio oral.
Sobre este caso Rodolfo Hernández ha dicho que su hijo fue ingenuo y que le tendieron una trampa. El mismo Luis Carlos admitió haber firmado el documento, pero, según él, sin entender la dimensión del mismo. “Soy tan bobo, ingenuo o estúpido, como me quieran llamar, que no se me hizo malo haberlo firmado y haberlo entregado”, dijo ante la Procuraduría. Pero los chats, que son pruebas en el proceso, demuestran lo contrario. En su declaración, asegura que en una de las primeras reuniones entre los representantes de Vitalogic y el alcalde, su padre les dio “las pautas para que acondicionaran la oferta”.
No obstante, es posible que no se lleve a cabo la diligencia del 21 de julio ya que, al aceptar la curul Hernández, pasaría a ser senador de la República aforado, con el acto de posesión el 20 de julio. De manera que la competencia para conocer el caso sería de la Corte Suprema de Justicia, tal como lo establecen los Artículos 186 y 235 de la Constitución Política.
De acuerdo con lo anterior, sería la Sala de Instrucción de la Corte Suprema la que examine si recibe el caso y bajo cuál modelo, el inquisitivo o el acusatorio. En algunos casos, dependiendo del aspirante, algunos prefieren perder su curul para asegurar que su investigación quede en manos de jueces de menor jerarquía y no en el despacho de los magistrados de la Corte.