EN LA CALLE 26 No. 19B - 75, en el centro de la ciudad, está situado el Cementerio Alemán de Bogotá, perteneciente a la Asociación Cementerio Alemán. Esta entidad sin ánimo de lucro administra y conserva el camposanto desde 1912, año en el que fue fundado el Cementerio.
Dos años después se aprobaron los primeros estatutos de la Asociación Cementerio Alemán. La Personería Jurídica le fue otorgada mediante Resolución 16 de 1933 por el Ministerio de Gobierno. Fue declarado Bien de Interés Cultural, Categoría de Conservación Tipológica (CT) por la Resolución 1059 de diciembre 28 de 2007. Así lo explicó a EL NUEVO SIGLO Juan Camilo Suárez, administrador del lugar.
“El Cementerio Alemán (Deutscher Friedhofsverein) se fundó en el año de 1912; con lo cual, representa la institución más antigua de la colonia alemana en Bogotá. La constitución de este se da como una necesidad de los dolientes o familiares que no disponían de un lugar para que sus seres queridos fueran inhumados en los cementerios católicos, dado que en su mayoría profesaban el protestantismo. En su momento, también se extendió la invitación para los ciudadanos austriacos-húngaros, suizos, holandeses, daneses, suecos y noruegos”, explicó.
El protestantismo es una corriente religiosa cristiana que tuvo su origen en las ideas del alemán Martín Lutero en el siglo XVI; se caracteriza por creer que la salvación no depende de las obras, sino de la fe y por considerar la Biblia como la única fuente de todas sus enseñanzas; defiende la igualdad esencial de todos los miembros de la Iglesia y solo tiene dos sacramentos, el bautismo y la eucaristía.
En la actualidad, el Cementerio Alemán está determinado por la libertad de culto o de creencia.
¿Cómo reaccionaron los ciudadanos?
Según afirmó Juan Camilo Suárez, el recibimiento y aceptación de una comunidad extranjera, bien sea, alemana, danesa, suiza, polaca, entre otras más; ha sido bien recibida.
“Quizás, algunos años atrás, tal como relata la historia colombiana en los inicios del siglo XX, se evidencian algunas diferencias que tienen en su eje las guerras, pero que a través de los años culminan con un desarrollo social, empresarial y cultural que enriquecen al país”, sostuvo.
En el Cementerio Alemán descansan los restos de cientos de personajes relevantes para la historia alemana, colombiana y de otras nacionalidades. A partir de fragmentos tomados de la “guía de cementerios: británico, alemán y hebreo”, Juan Camilo Suárez compartió un poco de la historia de algunas de estas personas.
“Desde nuestra perspectiva, consideramos que todas las personas que han fallecido han dejado una huella y una marca en el tiempo; ahora, de las personas que allí fueron inhumadas y que tuvieron cierta influencia en el desarrollo e historia de Bogotá y Colombia, por mencionar a algunos, podemos encontrar al Coronel Herbert Boy (1897-1993), quien participó en la primera guerra mundial, en la guerra de Colombia - Perú, estuvo relacionado con los inicios de la aviación en Colombia (Scadta). En su honor se bautizó una población a orillas del río Caquetá, Puerto Boy”, relató.
Asimismo, mencionó a Oskar Binder (1911-1990); ebanista, ayudante de montaje de órganos tubulares en diferentes templos de Europa. Fue contratado para instalar el órgano de la catedral de Medellín en 1933. Elaboró aproximadamente 63 órganos que fueron dispuestos en diferentes lugares como la Universidad Nacional, el Cementerio San Pedro de Medellín, las iglesias bogotanas de Nuestra Señora De Lourdes, San Francisco, la Universidad de la Salle, la sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango, entre otros.
También descansa allí el Dr. Ing. Hermann Hoeck (1902-1980), ingeniero de minas y geólogo reconocido por su trabajo en minas de hierro y de cal, Rep. Firmas de minería alemanas y americanas; y antinazi / Nacionalizado Colombiano.
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Además, está sepultado Erwin Kraus (1911-1998), pintor, fotógrafo y joyero. Retrató y fotografió paisajes no conocidos de la geografía colombiana, hasta ese momento. Fue precursor en conocer las cimas de montañas como el pico el Castillo de la Sierra Nevada del Cocuy, Pico Bolívar de la Sierra Nevada de Santa Martha, entre otros. Sus obras han sido expuestas en galerías nacionales e internacionales.
De igual manera, descansan los restos del Cnel. de caballería Willy Hollmann (1912-1977). En los años 50 fue nombrado jefe del servicio de inteligencia de Colombia. Representó cargos diplomáticos: agregado militar en México y cónsul en Hamburgo. Fundador de la Policía Militar.
Por otro lado, allí descansan los restos de miembros de la Familia Buchholz como Karl Buchholz (1901-1992), personaje reconocido dentro de la cultura bogotana en la segunda década del siglo XX por ser propietario de una de las primeras y más reconocidas librerías de Bogotá: Librería Buchholz.
El Cementerio en la actualidad
Hoy por hoy, pese a la importante cantidad de personas sepultadas en el lugar, el Cementerio Alemán tiene espacios destinados para la inhumación de cuerpos y disposición de cenizas.
“Incluso, teniendo en cuenta las características naturales de este bello lugar, hemos optado por la prestación de servicios con un carácter más natural, sostenible y de gran significado para las personas que han decidido llevar allí las cenizas de sus seres queridos”, señaló.
La Asociación Cementerio Alemán, como persona jurídica, es quien administra y promueve el cuidado de dicho lugar. De igual manera, sus asociados, la junta directiva y demás colaboradores se han propendido a mantener el legado, historia y conservación de este espacio poco conocido.
Bajo esta premisa, el Cementerio mantiene bajo ingreso restringido por ser un espacio privado y dedicado a la prestación de servicios fúnebres; sin embargo, se han generado espacios de recorrido y reconocimiento en alianza con entidades como el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), colegios, universidades o entidades que promueven la cultura y el estudio de estos lugares de importancia histórica.
Un aporte a la historia de la ciudad
Como ya se mencionó, el Cementerio Alemán representa la institución más antigua de la colonia alemana en Bogotá, razón por la que cobra especial valor que hoy por hoy continúe en pie en la Capital.
“Consideramos que es una pieza importante del rompecabezas que se llama historia colombiana. No es solo un Cementerio, es el legado memorial de personas que influyeron en diversos campos. Ejemplo de ello es el Señor Leo Siegfried Kopp, quien fue cofundador del Cementerio Alemán y quien tuvo gran relevancia en el sector empresarial cervecero”, sostuvo Juan Camilo Suárez.
Asimismo, desde la Asociación Cementerio Alemán invitaron a los lectores de El Nuevo Siglo a conocer, conservar y profundizar en la historia e importancia de estos lugares como legado patrimonial y cultural de una nación.