Los países exportadores de petróleo de la OPEP+ decidieron el miércoles aumentar levemente el ritmo de producción, pese a la presión de Estados Unidos para que abrieran el grifo del crudo con el objetivo de contener el aumento de los precios.
La OPEP+, formada por 23 países liderados por Arabia Saudita y Rusia, acordó un aumento para el mes de septiembre de "100.000 barriles diarios".
Un número claramente inferior al aumento de 648.000 barriles diarios anunciados tanto para julio como para agosto y de 432.000 en meses anteriores.
Los precios del crudo subieron de inmediato, "para decepción de presidente estadounidense", dijo a la AFP Tamas Varga, analista de PVM Energy.
Edward Moya, de Oanda, se refirió con ironía "al menor aumento de la historia de la OPEP+", que "ayudará poco a superar la actual crisis energética global".
"La administración de Biden no estará contenta”, agegó, prediciendo "un revés en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita".
Otros expertos, como Stephen Brennock de PVM Energy, lo vieron, en cambio, como "una medida simbólica para apaciguar" a Biden.
Intentos infructuosos
Los 23 miembros del cartel petrolero debían decidir una nueva estrategia, en momentos en que los niveles de producción han vuelto a sus niveles previos a la pandemia de coronavirus.
En la primavera boreal de 2020, el grupo optó por dejar bajo tierra millones de barriles de petróleo, para no inundar el mercado con crudo que no pudiera absorber por un desplome de la demanda.
Las discusiones técnicas comenzaron por videoconferencia a primeras horas de la tarde en Viena sede del cartel, seguidas de una reunión ministerial.
Biden se reunió a mediados de julio con el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, para intentar convencerlo de volver a producir a gran ritmo y así frenar la disparada del precio del carburante.
Esa entrevista obligó de hecho a Biden a desdecirse de su promesa previa de tratar el reino saudita como un Estado "paria", tras el asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi.
La decisión de la OPEP+ demuestra que se mantiene unida y sirve en los hechos a los intereses de Rusia, diametralmente opuestos a los de Estados Unidos.
En su nota de prensa, el cartel petrolero insiste en "la importancia de mantener los consensos imprescindibles para la cohesión de la alianza".
La semana pasada, el presidente francés, Emmanuel Macron, también se entrevistó con el líder saudita, pese a las protestas de grupos de derechos humanos. Macron argumentó el objetivo de "atenuar los efectos en Europa, Oriente Medio y el mundo" de la guerra en Ucrania.
No obstante, es "poco probable que la OPEP+ anuncie un aumento significativo de la producción, dados los crecientes temores de recesión" económica mundial y la caída de los precios del petróleo desde principios de junio, señaló Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management.
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La sombra de la recesión
Independientemente de cuestiones geopolíticas, la relativa caída de los precios del crudo y la amenaza de una recesión global han podido llevar a la OPEP+ a jugar sobre seguro.
Desde que en marzo alcanzaran máximos desde la crisis financiera de 2008, los precios de los dos crudos de referencia han perdido más del 26% de su valor.
Además los países de la OPEP+ se está viendo beneficiados por la situación actual: Arabia Saudita registró un fuerte crecimiento en el segundo trimestre de 2022, impulsado por el oro negro.
Y otro elemento a tener en cuenta: las bajas reservas de sus países miembros, a excepción de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
En realidad, a los miembros del grupo de 23 países ya les cuesta cumplir con sus respectivas cuotas, debido a las crisis políticas, a la insuficiencia de las inversiones y de las obras de conservación de sus infraestructuras.
Sin olvidar que, bajo el yugo de las sanciones occidentales por la invasión de Moscú en Ucrania, la producción rusa también se ha visto reducida.