Si bien cualquier esfuerzo por prevenir o resistir el virus puede ser válido, lo cierto es que autosuplementarse también puede provocar la hipervitaminosis que, en palabras de Adriana Ruiz, coordinadora del programa Equilíbrate de Sodexo, “no es más que la ingesta descontrolada de multivitamínicos provocando signos como fatiga, pérdida de peso, dermatitis, formación de cálculos renales, afectación del colón, entre otros”.
Un reciente estudio realizado frente al consumo de vitaminas para disminuir los síntomas del covid-19 lo advierte: “Ni el Zinc, ni la vitamina C reducen los efectos del virus y por el contrario su ingesta en dosis altas sí causa algunos efectos secundarios desagradables en los pacientes que los toman”, afirmaron especialistas del Hospital Houston Methodist.
Es por esto que Sodexo, como experto en nutrición y calidad de vida, consciente de la crisis sanitaria que atraviesa el país, que lo ubica en el top 10 del mundo dentro de los países con mayores contagios, ha diseñado dentro de su programa de salud procesos que invitan a sus colaboradores a consultar a un profesional cualquier consumo ya sea de medicamentos o de multivitamínicos, y no autosuplementarse.
¿Las vitaminas también enferman?
“Si bien es cierto que las vitaminas se pueden usar para tratar síntomas menores como déficit energético, fatiga muscular, cansancio, calambres, falta de apetito, o algún resfriado común, tomarlas sin que el cuerpo las necesite puede causar consecuencias. Muchas veces una sana alimentación rica en el consumo de vegetales de hojas verdes, puede ser la respuesta”, indica la nutricionista Adriana Ruiz.
Estos alimentos además de ser ricos en vitaminas y minerales son bajos en el índice glicémico, favoreciendo la respuesta inflamatoria. De igual manera, el consumo de frutas de colores intensos favorece al sistema inmunológico. Así mismo, consumir grasas saludables, (yema del huevo, aguacate, aceite de oliva), y aumentar el consumo de los ácidos Omega-3 evita el riesgo cardiovascular.
“Existe una larga lista de riesgos asociados a estos tipos de suplementos que en muchas ocasiones son innecesarios y son recomendados por personal no certificado. Se destaca la carga renal, intoxicación hepática, alteraciones de la mucosa gástrica, alteraciones biliares hormonales, alergias, síndrome de colon irritable, así como dependencias que pueden afectar la salud integral de la persona”, ratifica Ruiz.
Si bien las vitaminas A, C, D, E, B6 y B12, entre otras, son necesarias por las personas desde los seis meses, estas solo se deben tomar después de ser evaluadas sus necesidades fisiológicas o fisiopatológicas como son las alteraciones metabólicas que están a la orden del día tales como la resistencia a la insulina, sobrepeso, síndrome metabólico o alteraciones hepáticas. De lo contrario, la alimentación puede suplirlas.
Mitos frente al consumo de vitaminas:
- Las debo tomar porque no hago ejercicio: Falso. El consumo de suplementos en personas que no son físicamente activas no es necesario ya que las necesidades de macronutrientes pueden ser cubiertas mediante la alimentación variada y balanceada siempre y cuando se traten de individuos sanos.
- Las debo tomar porque tengo bajos los glóbulos blancos: Falso. Cuando se tiene deficiencia de glóbulos blancos se deben consumir alimentos ricos en vitaminas A, C y de complejo B, sin olvidarnos de minerales como el zinc, magnesio y selenio. Todos estos nutrientes los encontramos en vegetales y frutas de colores intensos, frutos secos, huevos, hongos y yogurt.
- Consumiendo frutas con vitamina C, y el consumo de vitamina C alcanzo la dosis que mi cuerpo necesita: Falso. Esto lo debe evaluar un profesional de la salud. Recuerde que con un correcto consumo de frutas y verduras podemos alcanzar nuestro requerimiento diario de vitaminas C, el cual se ubica en un rango entre 60 y 95 mg. Incluso se ha demostrado que con una alimentación variada podemos alcanzar los 500 mg de vitamina.
- Como ya tuve covid, no necesito consumir vitaminas: Falso, pues en estos casos puntuales sí es conveniente suplementarse según Ruíz. El consumo de vitaminas C, D, Zinc, Selenio, Omega 3 y ácido fólico bsuplementarseajo prescripción y supervisión médica, son imprescindibles para enfrentar la enfermedad sin complicaciones y potencializar la inmunidad.
Recuerde que cuando existe una deficiencia que no se pueda cubrir mediante alimentación variada y balanceada según el requerimiento de micronutrientes, se deben consumir vitaminas. Además, de tener en cuenta otros indicadores que podrán ser identificados mediante la evaluación clínica y bioquímica. ¡No improvise!