“Lograr que el modelo de justicia restaurativa -que es novedoso en Colombia y es parte esencial de la JEP- satisfaga las expectativas de las víctimas y de la sociedad en general a la verdad, justicia y reparación”, es el particular desafío que tiene el Estado colombiano, consideró Jeroen Roodenburg, embajador del Reino de los Países Bajos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es su balance de la implementación de los acuerdos de paz con la guerrilla de las Farc y cuáles han sido los principales aportes del gobierno de los Países Bajos en este proceso?
JEROEN ROODENBURG: Pocas semanas después de comenzar mi trabajo en Colombia, tuve el honor de ser testigo de la firma del Acuerdo de Paz en Cartagena, el 26 de septiembre de 2016. Siempre recordaré el sentimiento de esperanza en el Centro de Convenciones y de hecho, en el país. Obviamente, la paz no se logra con una firma en papel. Ese día comenzó una ruta ardua, que hay que caminar entre todos para poder confiar, remediar, perdonar y construir.
Como Países Bajos hemos tenido un compromiso fuerte con el acuerdo desde su firma. En temas como justicia transicional, desarrollo rural, administración de tierras, desminado humanitario, proyectos de derechos humanos, entre otros.
Hay muchos retos por delante, de los cuales la pandemia del Covid-19 es lo más urgente. Estoy convencido de que Colombia tiene los recursos para superarlos: una población trabajadora y resiliente que quiere la paz en sus territorios.
ENS: ¿En qué aspectos se han visto avances y en cuáles deben fortalecerse la gestión nacional y cooperación internacional?
JR: Gracias al continuo compromiso de Gobierno y Farc, hay avances importantes en el proceso de reincorporación de muchos excombatientes quienes en una gran mayoría, han elegido la vida civil en vez de la armada. La pandemia de Covid-19 plantea retos a ese proceso. Los desmovilizados requieren garantías de seguridad y apoyo con proyectos productivos para poder ganarse la vida.
Asimismo, observo avances en el trabajo sustancial de la JEP, la Comisión de la Verdad y la Unidad de Búsqueda. Es importante que esas entidades se puedan enfocar en ejecutar sus mandatos cruciales.
Los desafíos los veo sobre todo en las zonas rurales. Aunque unas zonas se estabilizaron, otras siguen siendo el lugar donde grupos ilegales constituyen una amenaza para los líderes sociales y la población civil en general. Un tema clave para el desarrollo rural del país es la formalización de tierras.
Oportunidad
ENS: Considerando las polémicas frente a la actuación del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición, ¿ha sido efectiva la administración de justicia?
JR: Considero la Justicia Especial como una gran oportunidad para Colombia de lograr justicia para los más graves crímenes que tantas personas sufrieron a causa del conflicto y una oportunidad para que la sociedad en general conozca la verdad de lo acontecido en más de 50 años de confrontación.
La tarea de la JEP es enorme, pero está haciendo un trabajo valioso y cuidadoso; la apoyamos política y financieramente.
ENS: ¿Cómo considera que ha sido el desarrollo de la Justicia Especial y cuáles han sido sus principales logros y qué desafíos tiene por delante?
JR: Permítame enfocarme en un desafío en particular: lograr que el modelo de justicia restaurativa -que es novedoso en Colombia y es parte esencial de la JEP- satisfaga las expectativas de las víctimas y de la sociedad en general a la verdad, justicia y reparación. Veo que en Colombia muchos ciudadanos conciben la justicia penal como un sistema fundamentalmente punitivo y de privación de la libertad, de manera que es un reto comprender y aceptar que el sistema puede funcionar de otra manera: que se pueden otorgar unas sanciones distintas a las tradicionales en el marco de un sistema integral, en el cual los responsables de graves delitos asumen compromisos en la construcción de la paz. Esto no debe ser visto como impunidad. La jurisdicción fue diseñada para garantizarles a las víctimas que no habrá impunidad. Se sancionarán a quienes han cometido delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra en el marco del conflicto.
Tierras
ENS: ¿Qué opinión le merece el proceso de implementación de políticas de formalización de tierras que apoyan?
JR: El tema de formalización de tierras es clave para alcanzar un mayor desarrollo rural en el país. Los habitantes de las zonas rurales, incluyendo campesinos y comunidades étnicas, necesitan seguridad jurídica sobre sus predios para poder acceder al sistema financiero formal más fácilmente y así adquirir créditos, seguros u otros instrumentos que les permitan invertir en proyectos productivos.
Las metas en el acuerdo son bastante ambiciosas: implementar un catastro multipropósito en todo el país y formalizar 7 millones de hectáreas. Mi país está apoyando al Gobierno colombiano en lograr esta meta. En buena colaboración con la Presidencia, el IGAC, la Agencia Nacional de Tierras y la Superintendencia de Notariado y Registro, el Catastro holandés trabaja para agilizar los procesos. Por medio de una metodología denominada ‘Fit for Purpose’, se utilizan nuevas tecnologías costo-eficientes y participativas para el levantamiento de información predial que sirve como insumo del Catastro Multipropósito y los procesos de formalización.
Ya hemos realizado, junto con las entidades colombianas, varios pilotos exitosos. Nunca olvidaré los rostros de felicidad de los beneficiarios cuando mi primer ministro Mark Rutte, durante su visita a Apartadó en 2018, entregó los primeros títulos de propiedad resultado de esa metodología.
A propósito del desarrollo rural, otro aspecto de nuestro trabajo bilateral apunta al crecimiento inclusivo de pequeños productores. Hemos desarrollado una agenda bilateral de agricultura circular en la cual se priorizan iniciativas de manejo eficiente del agua en algunas cadenas productivas, la sustitución de importaciones de alimentación para animales por una producción local, el manejo integrado de plagas a través del control biológico, entre otros.
ENS: En su opinión, ¿cuáles son las motivaciones del asesinato de líderes sociales y cuál ha sido la reacción de su gobierno y del Gobierno nacional?
JR: Los líderes comunitarios y sociales de Colombia son un capital humano de enorme valor para cualquier sociedad. Son ellos y ellas quienes luchan para defender el medio ambiente y denuncian violaciones a los derechos humanos, quienes insisten en la sustitución de cultivos ilícitos, en sus reivindicaciones sobre las tierras y en la implementación del acuerdo de paz. Es un trabajo que se opone a intereses de sectores al margen de la ley, lo que a mi juicio también es la motivación de estos preocupantes asesinatos.
El Reino de Países Bajos está comprometido en mejorar la situación de seguridad de los líderes sociales. Trabajamos de la mano con el Gobierno, las Naciones Unidas y organismos de control en este tema. También apoyamos socios de la sociedad civil para diseñar estrategias de autoprotección, de incidencia y orientación a las comunidades. Como Estado miembro de la Unión Europea, impulsamos campañas con líderes y defensores, hacemos visible su labor y les acompañamos en sus regiones cuando necesitan respaldo público.
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Para el embajador neerlandés Jeroen Roodenburg, “Colombia tiene los recursos” para superar sus retos: “una población trabajadora y resiliente que quiere la paz en sus territorios”. /Embajada de Países Bajos
Recuperación europea, un plan histórico
ENS: Finalmente, ¿qué opinión le merece el plan de recuperación aprobado por la Unión Europea y qué tan afectado se ha visto su país por la pandemia?
JR: El plan de recuperación de la UE es histórico. No fue fácil, pero después de cuatro días y noches, con 27 países hemos logrado ponernos de acuerdo sobre un paquete financiero de €1,8 billones para proteger nuestros empleos y el comercio en tiempos difíciles, a la vez acordando cambios estructurales en la macroeconomía y el manejo de las finanzas públicas. Esto muestra una de las muchas ventajas de estar juntos en una Unión: la solidaridad entre países en tiempos de crisis, para asegurar el bienestar del otro, y así permitir también que nuestra propia economía y bienestar, tan vinculados con los aliados europeos, prospere.
En los Países Bajos hemos aprendido mucho de esta pandemia, por supuesto tuvimos momentos muy difíciles en abril donde estuvimos casi al borde de copar la capacidad de las unidades de cuidados intensivos (UCI). Hoy, cuatro meses después, hemos ampliado la capacidad de camas en UCI y de pruebas de Covid-19. Al mismo tiempo, hemos apelado a la propia responsabilidad, autocuidado y solidaridad entre las personas. Pero seguimos alerta, somos conscientes que mientras este enemigo invisible no sea derrotado, hay que tener las alarmas encendidas.