Sin anunciar nuevos compromisos, gobiernos de América Latina realizaron un encuentro virtual para unificar posiciones en política climática a dos meses de la cumbre climática de Naciones Unidas. Presidentes y ministros resaltaron los efectos de la crisis climática en la región y pidieron mayores fondos a países desarrollados y organismos.
El evento, convocado por Argentina, contó con la participación de representantes de Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá, Barbados, Ecuador, Paraguay, República Dominicana, Estados Unidos y Reino Unido, sede de la próxima 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobre cambio climático. Brasil y México, los dos mayores emisores de gases contaminantes de la región, no concurrieron.
El presidente de Argentina Alberto Fernández pidió “construir un nuevo paradigma del desarrollo” y “fortalecer lazos” entre los países de América Latina. Lograrlo requerirá un mayor “multilateralismo ambiental” y llevar adelante una transición justa que no “encubra proteccionismos y agigante las brechas del planeta”.
América Latina representa 5 % de las emisiones mundiales, en su mayoría procedentes del sector energético, la agricultura y el cambio de uso del suelo. Pero la proporción está aumentando a medida que los países siguen desarrollando los combustibles fósiles. Revertirlo requerirá compromisos más ambiciosos de los ya realizados de cara a la COP26.
La región será una de las más afectadas por el cambio climático, de acuerdo a un informe reciente de Naciones Unidas. 2020 fue uno de los tres años más cálidos de América Central y el Caribe, y el segundo año más cálido de América del Sur, provocando eventos climáticos extremos como sequías, olas de calor e inundaciones.
“Este evento representa el espíritu multilateral que necesitamos. Tenemos que actuar conjuntamente para superar el estancamiento. Muchos países de la región están mostrando un liderazgo para reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático”, afirmó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas.
La urgencia del financiamiento
Las intervenciones de los presidentes y ministros estuvieron marcadas por un denominador común, la necesidad de incrementar el financiamiento para reducir las emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático. A ello se sumó el reclamo de reducir las deudas soberanas, que en muchos casos aumentaron durante la pandemia.
El producto interno bruto (PIB) de América Latina cayó 7,7 % el año pasado y no volverá a los niveles anteriores a la pandemia hasta 2024, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU. Como en todo el mundo, se ha instado a los países a aprovechar la crisis como una oportunidad para iniciar una recuperación ecológica.
Sin embargo, lograrlo ha resultado dificultoso para América Latina. El año pasado, 33 países de la región asignaron 318 000 millones de dólares a medidas fiscales y de estímulo para aliviar la pandemia, de los cuales solo 2,2 % del total pueden ser catalogados como verdes, de acuerdo a un reciente informe de Naciones Unidas.
“Los canjes de deuda por acción climática, los mecanismos de pago por servicios ecosistémicos y el concepto de deuda ambiental son claves para la salida de esta crisis”, sostuvo Fernández. “Necesitamos que los organismos de crédito comprometan el 50% de sus carteras de préstamos en acciones ambientales”, añadió.
Del mismo modo, el presidente de Colombia, Iván Duque, pidió “herramientas más novedosas” de financiamiento por parte organismos de crédito y que los acreedores cancelen las deudas de los países cuando estos cumplan con sus metas climáticas. Además, sugirió crear un mercado regional de carbono en América Latina.
“Tenemos que endeudarnos para enfrentar las consecuencias del cambio climático, que aumenta cada vez más. Estamos en un ciclo perverso y a ello ahora se suma la pandemia. El cambio climático tiene emisores importantes y ellos tienen que poner su parte”, sostuvo el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.
Ambición climática
En sus discursos, los presidentes y ministros también abordaron los planes climáticos desarrollados por la región, también conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, en inglés). Desde las organizaciones ambientales se esperaban anuncios de compromisos más ambiciosos que finalmente no ocurrieron.
El Acuerdo de París, firmado en diciembre de 2015, tiene como objetivo limitar el calentamiento global para que no supere los 2°C. Para lograrlo, las emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar su pico lo antes posible y luego caer a cero en 2050. Hoy, la gran mayoría de los planes climáticos de la región no están en línea con esas metas.
Fernández resaltó que Argentina promueve el transporte sostenible y las energías renovables y adelantó que se está trabajando para erradicar la deforestación ilegal. Mientras que Duque reafirmó la reciente meta de Colombia de reducir 51 % sus emisiones y se refirió a un mayor impulso a la electromovilidad.
“Queremos ver la contraparte de esos anuncios. Los presidentes hablaron de cosas que suenan muy bien pero en la práctica no están ocurriendo”, sostuvo Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor sénior de política climática en la no gubernamental Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) de Argentina.
Contar con economías libres de emisiones es técnicamente posible en América Latina, de acuerdo a un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esto se lograría mediante la producción de electricidad con energías renovables, la electrificación de la industria y el transporte y la eficiencia energética.
La región se ahorraría hasta 261 000 millones anuales si los sectores de energía y transporte lograran la neutralidad de emisiones para el 2050, generando además 7,7 millones de nuevos empleos, de acuerdo a un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Costa Rica sigue siendo el único país de América Latina que ha presentado oficialmente, y comenzado a aplicar, una estrategia de descarbonización a largo plazo, que incluye el sector energético. Otros países como Chile y Argentina están trabajando en ello y podrían presentar sus respectivos planes en la COP26.
“El evento es una señal política importante sobre la necesidad de América Latina de coordinar mejor su participtación en espacios multilaterales”, sostuvo María Laura Rojas, directora ejecutiva de Transforma en Colombia. “Mayor y mejor financiamiento climático para la región es urgente para mitigación y adaptación”, añadió.