EL NUEVO SIGLO: ¿Qué responder a los analistas que advierten que hay un grave pico de inseguridad urbana y rural en el país?

DIEGO MOLANO: Lo que ha venido sucediendo, especialmente en los últimos cuatro meses, es que se han dado tres hechos que han incrementado la violencia y la inseguridad. Primero, la situación que deja el covid, con el incremento de la pobreza y desempleo, lo que genera algunos comportamientos violentos.

Lo segundo, un fenómeno que ocurre no solo en Colombia sino en muchos países: después de 18 meses de encierro y aislamientos, se desarrollan comportamientos sicológicos y culturales de agresión y violencia después de que las personas salen de nuevo. Eso se evidencia en varios países.

Y lo tercero es que, en el caso de Colombia, los bloqueos y el vandalismo generaron una reconfiguración criminal que ha hecho también que se disparen, sobre todo en algunas ciudades, delitos como el homicidio y el hurto.

Por lo tanto, lo que hemos buscado es actuar contra esas tendencias crecientes con el fin de controlarlas y responder con la Fuerza Pública a esas nuevas dinámicas. Hemos desarrollado un plan especial de contención que viene siendo desarrollado por la Policía en varias ciudades, como es el caso de Bogotá, Barranquilla, Cali, Cúcuta y en los sitios en donde más incremento hemos tenido de homicidios y de hurto.

En la segunda fase de ese proceso, que se dio hace quince días, comenzamos también con la acción coordinada de control con el apoyo del Ejército. Adicional a Bogotá lo estamos haciendo en Barranquilla, con el “Plan San José” en Cúcuta, también hay una presencia de Ejército en Cali y en Medellín, en los anillos externos de la ciudad.

ENS: ¿Hasta qué punto ese incremento de la inseguridad y desorden público también se debe al accionar de las disidencias de las Farc?

DM: Lo que sí es evidente es que lo que está detrás de esa inseguridad es más que un fenómeno de búsqueda de rentas criminales, en lo cual influye mucho el fenómeno del microtráfico y otros delitos que se dispararon después de los bloqueos.

En algunas ciudades, como el caso de Bogotá, en Suba, en el Portal de las Américas o en Usme; o en Cali, en sitios como el Puente del Comercio, en Saneco o en Puerto Rellena… Allí lo que está claro es que esa disputa de rentas criminales es la que hizo disparar niveles de homicidio por los conflictos entre estas bandas, como lo que sucedió la madrugada del domingo en Tumaco, en donde las disidencias de las Farc, en disputas de rentas ilegales, generan un homicidio colectivo de cinco personas en una discoteca.

ENS: Al cumplirse cinco años de la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, no pocos analistas advierten que Colombia está registrando un reciclaje de la violencia y que los grupos “residuales” de las Farc, dado su tamaño y capacidad de daño, son casi una nueva guerrilla. ¿Qué opina?

DM: Después del acuerdo de las Farc, quedamos con tres Farc. Una que se convirtió en partido político, que está haciendo política y 13 mil desmovilizados a los cuales protegemos como Fuerza Pública. Otras son las disidencias de las Farc, que nunca renunciaron al negocio del narcotráfico, que nunca entraron al acuerdo o que si entraron, después lo traicionaron y continúan con el negocio. Y otras que son las disidencias de las Farc que están en Venezuela, como la ‘Segunda Marquetalia’, que desde allá, después de incumplir el acuerdo y seguir con el negocio, buscan afectar y generar planes que atenten contra Colombia.
Estamos combatiendo esas disidencias de las Farc en cualquiera de sus formas porque su esencia es causar terrorismo y manejar el negocio del narcotráfico.

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Lucha antidroga

ENS: La semana pasada la Cámara de Representantes de EU aprobó unos condicionamientos a la ayuda antidroga a Colombia. ¿Cuál es su alcance y cómo interpretarlos?

DM: Colombia y Estados Unidos tienen una alianza de cooperación en la lucha contra el narcotráfico sólida y desde hace muchos años. De hecho, hace un par de semanas fue recertificada por el gobierno del presidente Joe Biden.

La decisión del Congreso de EU hasta el momento es una de las cámaras, ya había sucedido en otros años, pero esperamos que con el respaldo del gobierno Biden y las discusiones en el Senado se pueda mantener ese apoyo y que no siga adelante esa enmienda.

ENS: A mitad de año, cuando se presentó la contradicción entre los informes sobre extensión de narcocultivos de la ONU y la Casa Blanca, el gobierno Duque anunció una mesa con EU para unificar los sistemas de medición, ¿en qué va eso?

DM: En el caso del Simci tuvimos una reducción del 7% en la extensión y el de EU presentaba unas cifras no comparables. Se iniciaron unas mesas con el fin de que el próximo año la unificación se dé.

Nosotros estamos trabajando en un sistema propio con la Policía, que nos permita tener nuestras propias informaciones y control sobre las mediciones, para que sean más certeras y más enfocadas en las realidades del país.

ENS: ¿Qué diferencias tendría ese sistema colombiano frente a lo que puede medir el Simci o la Casa Blanca?

DM: Los informes de la ONU y Estados Unidos tienen unas metodologías diferentes. En el caso de Simci se mide en el terreno y a lo largo del año. Otros se hacen con fotos aerosatelitales y solo se mide hasta más o menos la mitad del año anterior. Por eso no son comparables.

Lo que queremos nosotros es tener nuestro propio sistema, que mida todo el año, en punto georreferenciado, que sea comparable con cualquiera de los otros.

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¿Director civil en Policía?

ENS: El ex vicepresidente y exjefe negociador con las Farc, Humberto de la Calle, propuso que el director de la Policía debería ser un civil, ¿qué opina?

DM: En Colombia se está haciendo una movilización con el fin de deslegitimar a la Policía y sacarla de la órbita del Ministerio de Defensa. Me parece que eso desconoce lo que significa el Ministerio y que la Policía haga parte de este sector.

La Policía colombiana es única en el mundo. A lo largo de la historia se evidenció que cuando está en un sector político lo que se registró fue la lucha entre liberales y conservadores por controlar la Policía, y la violencia que vivimos en los años cuarenta, en donde la Policía tenía orientación política. Por eso cuando pasa al Ministerio de Defensa mejora de una manera notoria.

Además tenemos una Policía que tiene una disciplina muy forjada y esas características de un cuerpo único con unidad de mando.

Esta es una Policía que tiene múltiples funciones, que no solo cumple servicio de vigilancia en los barrios, sino que hace protección de la niñez, de lo rural, que combate el contrabando, que además tiene la dirección de Tránsito… Eso no lo tienen todas las policías en el mundo y además es unificada.

Por todo eso debe seguir en el Ministerio de Defensa. Además, ahora hemos empezado un proceso de profunda transformación institucional, con dos proyectos de ley relacionados con la profesionalización y un régimen disciplinario que están en discusión en el Congreso.

ENS: ¿Cómo evitar que el tema político y el trasfondo electoral afecten la reforma policial?

DM: El Gobierno está impulsando una discusión democrática, como debe ser, en el Congreso. Hemos hecho ya cuatro audiencias regionales en Cartagena, Medellín, Bogotá y vamos a Cali. Allí se ha discutido la reforma con todas las visiones y sectores del país, con el fin de aplicar una reforma integral a la institución, que la fortalezca, que le dé mayor reconocimiento ciudadano, que garantice su eficiencia y excelencia.