Malestar expresaron Corea del Sur y China por el envío de ofrendas del primer ministro japonés, Fumio Kishida, al santuario de guerra de Yasukuni, que alberga a criminales de la Segunda Guerra Mundial.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores surcoreano ha manifestado su "profundo pesar" por el gesto, que pone de manifiesto los desafíos que quedan para mejorar las relaciones bilaterales, dos días después de que los líderes de ambos países acordaran el fortalecimiento de la cooperación.
Por su parte, la agencia de noticias oficial china, Xinhua, ha informado de que Pekín ha emplazado al Gobierno nipón a "afrontar su historia de agresiones, abrir una profunda reflexión y distanciarse del militarismo para volver a ganarse la confianza de sus vecinos" y de la comunidad internacional.
Es la primera vez que Kishida envía una ofrenda al santuario, que es visto como un símbolo del pasado militarista del país, desde que tomó posesión a principios de este mes. Aunque Kishida no visitó el lugar en persona, su predecesor inmediato, Yoshihide Suga, se presentó en el santuario horas antes.
"El Gobierno surcoreano expresa una profunda decepción y lamenta el hecho de que los líderes japoneses volvieron a enviar ofrendas o repetir sus visitas al santuario Yasukuni", añade la nota, recogida por la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.
El Ministerio pide a los líderes japoneses que se enfrenten la historia "honestamente" y muestren con acciones su "humilde introspección y genuina autorreflexión" sobre su pasado militarista.
Inesperadamente el premier Kishida envió ayer una ofrenda ritual al polémico santuario. Fue el árbol "masakaki" como ofrenda para celebrar el festival bianual del santuario, celebrado en primavera y otoño, dijo una portavoz del templo.
El santuario en el centro de Tokio rinde homenaje a los 2,5 millones de muertos en las guerras, en su mayoría japoneses, desde finales del siglo XIX.
Pero también consagra a altas figuras militares y políticas condenadas por crímenes de guerra en un tribunal internacional.
Dos ministros del gobierno de Kishida también enviaron los árboles sagrados como ofrenda al templo.
Meses atrás, tres ministros japoneses acudieron al santuario por el aniversario de la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial.
Pero ningún primer ministro japonés lo ha visitado desde 2013, cuando Shinzo Abe acudió y desató la furia de China y Corea del Sur, al tiempo que fue criticado por su aliado Estados Unidos.
El antecesor de Kishida, Yohihide Suga, visitó el santuarioayer , dijo la portavoz, y la televisora pública NHK mostró imágenes de su visita.
Suga había evitado acudir al templo desde 2012, cuando se convirtió en portavoz del gobierno de Abe, y solo envió ofrendas al asumir el año pasado como primer ministro.
Las visitas de autoridades al santuario han enojado a los países que sufrieron a manos de los militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, en especial Corea del Sur y China.