El fútbol colombiano, que pasó en los últimos años de ser uno de los grandes protagonistas en el continente a convidado de piedra, tendrá grandes retos en este 2022 que está comenzando, tanto a nivel de selección como de clubes.
Clasificar al Mundial de Catar es la principal tarea, pero para lograrlo el representativo nacional tiene que empezar por dejar de depender de sus rivales y para ello deberá hallar la forma de marcar goles.
A nivel de clubes, la exigencia no es menor. Las copas Libertadores y Suramericana, torneos en los que desde 2016 difícilmente se ha superado la fase de grupos, son el gran objetivo.
Al campeonato de clubes más antiguo del planeta están clasificados Tolima y Cali a la fase de grupos, así como Millonarios y Nacional al repechaje. En la Suramericana estarán Junior, América, Equidad y Medellín.
Además, la liga local, catalogada como muy buena por la forma como se clasifican los últimos equipos a la liguilla o por la final, debe mejorar su nivel para que los oncenos que clasifiquen a torneos internacionales no dejen ver la pobreza del rentado.
¿Cuáles son los retos que debe afrontar el fútbol colombiano este año?
1. Clasificatorio.
La Selección Colombia inicia el año en el cuarto lugar, lo que le da cupo directo al Mundial, pero al lado está Perú con las mismas 17 unidades. Chile, Uruguay (16 unidades) y Bolivia con 15, le respiran en la espalda. Al representativo nacional le quedan los enfrentamientos contra un rival directo, Perú, el 28 de este mes; Argentina, que ya está clasificada; Bolivia, que se metió a la pelea y cierra frente a Venezuela, que siempre le complica los partidos y que ahora tiene un aliciente más, la presencia de José Pekerman en el banco técnico. Los dirigidos por Reinaldo Rueda deben ganar mínimo nueve de los 12 puntos en contienda y tienen que empezar por hacerlo ante los incas.
2. Los goles.
El gran problema de la Selección Colombia hoy es que, a pesar de que en sus filas tiene a grandes goleadores, como Duván Zapata y Luis Fernando Muriel, figuras en la Serie A de Italia, o Falcao García en España; Miguel Borja, de regreso al Junior, por solo citar cuatro, le cuesta hacer goles. El técnico Rueda tendrá que diseñar una nueva estrategia que le permita generar opciones de gol y convertirlas. Hasta ahora, a los delanteros se les ve muy solos en punta y les toca tirarse atrás a buscar el balón porque no les llega. Sobre el papel, Colombia juega con un punta y dos extremos, lo que supone le da volumen de juego. Sin embargo, quienes ocupan los puestos por los costados tienen la tarea de ayudar a marcar y, por lo mismo, se alejan del área rival. Tal vez con el regreso de James Rodríguez se gane en mayor generación de juego ofensivo, bien sea con pases milimétricos o pelotazos, pero habrá qué ver si se cambia el sistema y se opta por uno verdaderamente más ofensivo o si se continúa en la misma tónica y se apuesta por esperar a que los rivales le sigan dando una ayuda a l onceno criollo, como ha sucedido hasta ahora.
3. Repechaje.
A Colombia, en caso de no lograr el cupo directo (que lo puede conseguir si el técnico Rueda no es timorato en sus planteamientos), le queda la posibilidad del repechaje pero es muy riesgosa. Así como Perú, Chile, Uruguay o Bolivia pueden entrar a pelear uno de los tiquetes que quedan sin escalas, pueden entrar a hacerlo por el medio pasaje. Y, no es solo eso, sino que la modificación que introdujo la FIFA aumenta el peligro. Ya no hay partidos de ida y vuelta, sino uno en campo neutral, así es que si Colombia quiere estar en Catar a finales de este año, debe apostar por ganar tres de los cuatro partidos y sacarle por lo menos un empate a Argentina, que no contará con Lionel Messi.
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4. Los clubes.
Salvo lo hecho por Nacional en 2016, los clubes colombianos no han tenido figuraciones importantes en la Copa Libertadores y tampoco en la Suramericana. Para este año la responsabilidad de demostrar que el fútbol colombiano continúa siendo competitivo recae sobre el campeón de la liga I, Deportes Tolima y el de la II, Deportivo Cali, que entran directamente a la fase de grupos. Además, otros dos elencos, el bicampeón del torneo, Atlético Nacional, y Millonarios, pueden empezar por superar el repechaje. No será fácil para los azules porque tienen que verse las caras nada menos que con el brasileño Fluminense, pero es hora de que el técnico Alberto Gamero demuestre con su grupo que el trabajo que viene realizando desde hace dos temporadas va creciendo y que los jugadores formados en la cantera y que han recibido su oportunidad en el primer equipo, se consolidaron y tienen condiciones para darle a la hinchada satisfacciones.
El otro reto es la Suramericana, torneo en el que, a pesar de que han caído equipos colombianos desde la Libertadores, no se han tenido buenas actuaciones en los últimos años. Junior, por la forma como se está armando, parece ser el llamado a sacar la cara por Colombia, seguido por América y en menor medida por La Equidad y Medellín. No obstante, no hay que olvidar que los aseguradores fueron los últimos en tener una figuración importante en este certamen. Sea como sea, los ocho clubes nacionales que estarán en los dos torneos, tienen la tarea de ser protagonistas de primer orden y no seguir como simples convidados de piedra.
5. A nivel local.
Los retos para este año no son únicamente a nivel internacional con la Selección y las copas Libertadores y Suramericana, sino que también involucran la liga. La misión es mejorar el nivel competitivo y despejar mantos de duda dejados por resultados como el del partido del ascenso entre Llaneros y Unión Magdalena. Por el momento todo parece indicar que no habrá resultados en esa investigación y que el cuadro samario jugará la liga, pero hechos como este ponen al fútbol colombiano en la mira mundial. Otro aspecto para tener en cuenta es que no es suficiente que al final de cada torneo haya drama, suspenso y emociones a granel para considerar que el nivel es muy bueno. No. Está demostrado que en general los equipos que disputan el torneo local tienen un rendimiento mediocre y eso se refleja en los torneos internacionales. El nivel de la liga es muy bueno dentro de la casa pero no por fuera y eso hay que revertirlo.
También se debe pensar en mejorar el torneo de ascenso y volver, bien sea, al campeonato de reservas o a que la 1C tenga ascenso y descenso, con el fin de promover más jugadores y que los equipos tengan un incentivo.
Finalmente, habrá que esperar cómo evoluciona la pandemia y la incidencia que pueda tener, tanto en el desarrollo de los campeonatos como en la presencia del público en los estadios. Ya en Europa se están tomando decisiones y si se hacen necesarias medidas restrictivas en Colombia y Suramérica, estas podrían ir ligadas al cierre de estadios o la limitación de aforos.