Cinco investigadores de la Universidad de La Sabana, Fundación Corona, Fundación Santa Fe de Bogotá y la Organización para la Excelencia de la Salud – OES, realizaron un estudio con 1.177 cuidadores de niños y niñas menores de 6 años, habitantes de Cundinamarca, con el propósito de identificar cuáles son las condiciones actuales de los menores que viven en la región, cómo se están alimentando, cuál es su estado de salud, qué tipo de educación están recibiendo y qué relación tienen con sus padres.
El informe y el trabajo de campo, que se desarrolló durante más de un año, arrojó preocupantes resultados, como por ejemplo que menos del 3% de los hombres participan en el cuidado de sus hijos.
Al indagar por los perfiles, se encontró que el 73% de los niños están al cuidado de la mamá pero que, como dato preocupante, solo el 2% son cuidados por el padre. “La mayor presencia femenina está relacionada con la cultura, pero también refleja la realidad económica de familias que dependen de un padre proveedor y poco incluido en la vida de los menores”, señaló el Doctor Francisco Lamus, director del Programa y docente de la Universidad de La Sabana.
A pesar de que el cuidado y el tiempo de apego de los menores en los primeros seis años de vida es muy importante, el 88% de las madres consultadas afirmaron que trabajan hasta seis días a la semana (35%) y de 5 a 8 horas diarias (63%).
Por eso, las alternativas que ofrece el Estado están muy presentes en la vida cotidiana de estas familias. El 47% de los menores asiste a jardines u hogares infantiles. De ellos, el 97% lo hace cinco días a la semana y entre cinco y ocho horas al día, el 34% va a guarderías o jardines privados, el 32% a guarderías o jardines oficiales y el 13% a los Hogares Comunitarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF.
Alarmantes prácticas de alimentación
Aunque el 97% de los cuidadores aseguró que su niño recibió leche materna y un 68% de ellos tuvo capacitación de lactancia, se encontró que el 43% de los menores de 6 meses ha comido golosinas o jugos de caja. Un hecho preocupante, pues durante esta etapa se recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo.
Sin embargo, un 32% de los encuestados reconoció la importancia de la leche materna hasta los 2 años, acompañada de alimentación complementaria balanceada.
En cuanto al cuidado de la salud y el desarrollo, se evidenció que si bien un 66% lleva al menor a una consulta médica preventiva por lo menos una vez al año y las coberturas de vacunación son altas (el 94% de los niños cuenta con carné), otras actividades preventivas como la suplementación con hierro se realizó solo en un 39% de los niños y niñas entre 6 meses y 5 años.
“Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que en Cundinamarca, la prevalencia de anemia por deficiencia de hierro está entre las más altas de todo el país (37%), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colombia (ENSIN) 2010”, dijo Lamus.
Otros datos para tener en cuenta, señalan que el 13% de los bebes nacen prematuros; uno de cada 10 nace con bajo peso y, como punto a favor del sistema de salud en la región, el 93% de los niños menores de 6 años tienen el esquema de vacunación completo.
Con relación al índice de embarazos adolescentes en estas zonas del país, la cifra asciende al 21%, es decir dos de cada 10 niñas menores de edad la región andina está o ha estado el algún momento embarazada. La cifra más alta, explica Lamus, se encuentra en Cundinamarca con un 26%, le sigue Boyacá con un 19%.
Poco juego y limitada lectura
Pese a que el juego es la actividad que ayuda a desarrollar las capacidades cognitivas y sociales durante los primeros años de vida, los pequeños en la región están jugando con juguetes comprados (93%) y en espacios cerrados como el interior de la casa (83%), que con sus cuidadores en espacios abiertos o con otros niños.
Aunque un 33% de los encuestados consideró que las canchas o centros deportivos abiertos de su comunidad son “buenos”, solo el 12% ha jugado tres veces o más por semana en una plaza o parque público con los menores y el 25% no fue ninguna vez.
Leer o contar cuentos a los niños tampoco es una actividad importante para los adultos consultados. El 72% nunca lee a los bebés entre 0 y 6 meses de edad, y solo el 7,8% de los cuidadores les lee a los niños entre 1,7 y 2 años.