Con la llegada de marzo, el país empieza a prepararse para la primera temporada de lluvias la cual históricamente se da entre mediados de este mes y mediados o finales de junio, llegando de manera paulatina a las diferentes regiones del territorio nacional.
Se esperan lluvias con mayor intensidad en las regiones Andina, Pacífica y Caribe, esta última presentando precipitaciones en la mayor parte de la zona durante el mes de abril, al igual que en las regiones Amazónica y Orinoquía.
Entre los efectos generados durante esta temporada, y dadas las actuales condiciones de los principales ríos se espera que estos tengan un recuperación lenta, sin embargo, es importante realizar monitoreo a fuertes lluvias las cuales podrían generar eventos como avenidas torrenciales (flujo rápido de agua y otros materiales que se desplazan a gran velocidad por un rio o quebrada), movimientos en masa, vendavales, inundaciones, tormentas eléctricas y granizadas.
“Habrá cambios repentinos de temperatura porque estamos culminando este fenómeno de El Niño, y al entrar en estos cambios se pueden presentar vendavales, el resecamiento de la tierra puede generar los deslizamientos, así que debe hacerse un trabajo preventivo con las comunidades”, afirmó Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
Con el fin de reducir la vulnerabilidad y prepararse para la respuesta ante una eventual situación generada por los posibles efectos de las lluvias, la Ungrd, recomienda a la comunidad en general:
-Elaborar o ajustar los planes comunitarios de gestión del riesgo.
-Revisar, asegurar, cambiar y limpiar los techos, canales y canaletas para evitar inundaciones en las viviendas.
-Organizar campañas de limpieza de bocatomas para que cuando lleguen las lluvias no afecten los acueductos veredales y municipales.
-No desviar ni taponar caños o desagües, y evitar el que el lecho de ríos y canales se llene de sedimentos, troncos o materiales.
-En áreas rurales, identificar alternativas de cultivos y autoabastecimiento.
-Conocer la señal de alarma establecida para su comunidad, si no existe acuerde con sus vecinos un sistema con pitos y campanas que todos reconozcan.
-Informarse permanentemente con las autoridades locales sobre las condiciones climáticas de su región.
Por su parte el Gobierno nacional mantiene activos los planes de contingencia desde los Consejos Departamentales y Municipales de Gestión del Riesgo, la articulación de las entidades técnicas y operativas del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sngrd), quienes estarán en alistamiento preventivo, así como las recomendaciones por sectores:
-Para alcaldes, gobernadores y Consejos Territoriales, se hace un llamado para definir dentro de sus Planes de Ordenamiento Territorial –POT-, y sus Planes de Desarrollo, programas, proyectos y recursos que permitan garantizar la reducción y control del riesgo existente. Así mismo, hacer monitoreo permanente de los ríos y de las zonas que especialmente han tenido eventos históricos de mayor recurrencia y magnitud. También es importante acelerar las obras civiles para el control de inundaciones y deslizamientos y garantizar la disponibilidad de los bancos de maquinaria.
-Para empresas de acueducto y alcantarillado, se recomienda hacer mantenimiento preventivo, limpieza y dragado de sistemas de drenaje de cauces de quebradas y ríos.
-A los agricultores y ganaderos, hacer uso provechoso de las lluvias para almacenar agua y darle uso adecuado en los meses siguientes y programar lo pertinente ante el desarrollo de plagas y enfermedades propias de la temporada.
Por su parte la Ungrd estará atenta al desarrollo de la primera temporada de lluvias, para brindar información y apoyo oportuno en caso de emergencias o desastres.