Cae desembolso de microcrédito | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Alcaldía Mayor de Bogotá
Lunes, 13 de Febrero de 2017
Redacción Economía

Durante el cuarto trimestre de 2016 la percepción de la demanda por nuevos microcréditos se ubicó en niveles cercanos a cero, tanto para el mercado no regulado, 0,30% como para las entidades reguladas 0,25%, comportamiento que se presentó a lo largo de todo el año.

Así lo dio a conocer un estudio del Banco de la República en que se indica que aunque estos indicadores se ubicaron por encima del promedio del último año -1,9% para el mercado de microcrédito y -1,6% para las entidades reguladas, reflejan una caída significativa en la demanda con respecto al promedio de 2015, cuando se ubicaban en 14,4% y 29,0%, en su orden.

En cuanto a los factores que les impiden otorgar un mayor volumen de microcrédito, los intermediarios manifestaron que los principales siguen siendo la capacidad de pago de los clientes y el sobreendeudamiento, los cuales ganaron participación en los últimos tres meses.

El presidente del Fondo Nacional de Garantías, FNG, Juan Carlos Durán, dijo que la entidad avaló durante 2016 microcréditos por $1,28 billones, lo que muestra una leve disminución frente al monto garantizado durante 2015 que ascendió a $1,31 billones.

El financista dijo que este fenómeno se dio por el sobreendeudamiento de los microempresarios, que son quienes más recurren al microcrédito.

Lo grave de esta situación es que hay, en ocasiones agresividad de las entidades financieras para que los beneficiarios de los recursos tomen créditos que desbordan su capacidad de pago, lo que pone en aprietos a los deudores y obviamente aumenta la cartera.

 

Qué es un microcrédito

Son préstamos de monto reducido con condiciones especiales de tasa de interés y plazos de amortización, que sirven principalmente para financiar proyectos que ya están en marcha o para el mejoramiento de producción de microempresas.

Según la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria, se distinguen por ser mecanismos de financiación para empresas formales e informales.

La amortización o pago del capital depende de cada proyecto y puede ser de corto o mediano plazo.

En algunos microcréditos hay periodos de gracia o de no pago y en otros la devolución de los recursos depende del éxito o fracaso del proyecto.

Montos de financiación que se ajustan a las necesidades de la empresa.

La tasa de interés máxima no es la misma que la de los créditos de consumo y es fijada por la Superintendencia Financiera

Dependiendo de las políticas de la entidad se pueden asignar aun si el solicitante no ha tenido experiencia previa en el sector financiero.

Se pueden adaptar al número de empleados y activos de su organización.

 

A quién prestar

El análisis del Banco de la República señala que las entidades consultadas tienen preferencia por algún segmento en particular en el otorgamiento de microcréditos a nuevos deudores, 14 entidades manifestaron que sí la tenían.

Dentro de estas, el 21,2% opta por otorgar microcréditos a mujeres, el 12,1% a emprendedores o a clientes que participan en algún proyecto de capacitación para construir empresa, mientras que el 6,1% a clientes con negocios agropecuarios o campesinos.

Sobre el riesgo de los microcréditos al preguntar a las entidades acerca del riesgo de crédito asociado a estos deudores frente al de los antiguos clientes, se encuentra que la mayoría de entidades manifestó que lo consideran mayor, 51,5%, mientras que el 33,3% afirmó que era igual y el 15,2% restante consideró que los nuevos deudores cuentan con un riesgo de crédito inferior al de los antiguos clientes.

Al desagregar el análisis entre tipo de entidades, las vigiladas por la Superfinanciera consideraron en un 66,7% que el riesgo es mayor, mientras que el 33,3% respondió que es igual.

El tamaño de las entidades no parece ser un factor que mantenga una relación positiva o negativa con el porcentaje de nuevos deudores que adquieren su primera relación financiera; sin embargo, al desagregar el análisis por tipo de entidades, se observa que los porcentajes de inclusión suelen ser más altos para las que no son supervisadas por la Superfinanciera, las cuales en general son de menor tamaño. Lo anterior puede responder al hecho de que muchas de estas entidades tienen una mayor presencia en áreas donde tradicionalmente el acceso al crédito ha sido limitado.

 

Morosidad

A diciembre de 2016 el 67,6% de las entidades manifestó haber reestructurado parte de sus microcréditos vigentes en los últimos tres meses, cifra levemente inferior a la observada en la encuesta anterior 69,7%, aunque superior al promedio desde junio de 2014, 60,7%.

Asimismo, a partir de marzo de 2015 la proporción de entidades que reestructuran parte de sus microcréditos ha presentado una tendencia creciente; sin embargo, a la fecha de análisis la representatividad promedio ponderada de las reestructuraciones dentro de la cartera bruta fue de 1,3%, cifra superior en 70 puntos básicos a la registrada en septiembre de 2016.

Por su parte, los principales tipos de reestructuración fueron la extensión del plazo del microcrédito 87,0%, la reducción en el monto de los pagos 56,5% y la disminución de la cuota a solo el pago de intereses 34,8%.

Dentro de estas, se observó un incremento para las dos últimas frente a septiembre de 2016, y para los demás tipos de reestructuraciones se destaca la reducción del diferimiento del pago de interés.

Al calcular el indicador de calidad por mora, ICM, ponderado por la participación de la cartera de las entidades, se encuentra que la relación entre cartera vencida y bruta fue superior a la observada tres meses atrás 7,2% frente a 5,7% y al promedio para 2016, 6,7%.

Al diferenciar entre entidades supervisadas y no supervisadas, se observa que a diciembre de 2016 el indicador ponderado fue de 7,5% y 5,8% respectivamente, mientras que tres meses atrás era de 5,7% y 5,2%, en su orden.

Para el 73,5% de los consultados por el Emisor manifestó haber castigado obligaciones de microcrédito vencidas, siendo esta la cifra más alta registrada desde junio de 2014.

Esta práctica suele ser más común en el grupo de entidades supervisadas, donde el 88,9% de estas castigó obligaciones vencidas, mientras que en el caso de las no supervisadas la cifra se ubicó en 68,0%.

Como porcentaje de la cartera total de microcrédito, a diciembre de 2016 la representatividad de la cartera castigada se mantuvo constante frente a septiembre en 0,6%.

Para las entidades vigiladas por la proporción pasó de 0,7% a 0,3%, mientras que para el caso de las no supervisadas fue de 0,3% a 1,8%.

Lo anterior indica que aunque las entidades vigiladas castigan en mayor medida obligaciones vencidas que las no vigiladas, estas últimas lo hacen en una mayor cuantía con respecto a su cartera bruta de microcrédito.