En una operación coordinada entre miembros del Ejército Nacional y el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación en contra de organizaciones criminales transnacionales, se logró la captura de Luis Alberto Obyrne Botia, quien según las autoridades es el principal integrante de una red de crimen transnacional organizado dedicada al narcotráfico.
Este duro golpe se materializó a través de una labor de meses de inteligencia y seguimiento militar en un sector de Cali en el Valle del Cauca, donde se ubicó al narcotraficante.
Para realizar las actividades ilícitas, al parecer, se hacía pasar como integrante del gremio de transportadores, con el fin de no ser identificado por la Fuerza Pública.
Obyrne Botia, condenado por la justicia brasileña, era el cabecilla de una red del crimen transnacional organizado dedicado al tráfico de sustancias sicoactivas, principalmente de cocaína, utilizaba rutas a través del continente, entre ellas Perú, país por el cual introdujo según informaciones un cargamento de cocaína a Brasil.
Al parecer Obyrne se valía de su estatus de turista, para ingresar y distribuir cocaína en Brasil, actividad que desarrollaba desde lujosos hoteles en los cuales se hospedaba.
Sobre el sujeto recaía una orden de captura, circular roja de Interpol solicitada por la justicia de Brasil por el delito de tráfico de drogas.
Esta captura se le suma a la realizada en el municipio del Ortega, Tolima, donde soldados del Ejército Nacional y funcionarios del CTI detuvieron a Rogelio Marulanda Marín, requerido por la Justicia de la República Bolivariana de Venezuela por la presunta comisión de los delitos de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes y psicotrópicas y asociación para delinquir.
Según las autoridades, la organización a la cual pertenece este sujeto, estaba dedicado a la producción transporte y distribución de cocaína desde territorio venezolano hacía el continente Europeo, y tenía como modus operandi el empleo de empresas fachadas de mármol, las cuales eran utilizadas para camuflar la droga en bloques de granito los que eran trasladados por tierra hasta la Ciudad de Puerto Cabello, Venezuela, para posteriormente ser enviados vía Marítima hacia el Continente Europeo.
El Ejército Nacional mantendrá su ofensiva contra el narcotráfico, desarrollando permanentes operaciones en todo el territorio nacional.