Aguinaldos | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Diciembre de 2017

EL mejor regalo que podrían recibir esta Navidad y Año Nuevo los colombianos más necesitados: un empleo digno, estable y bien pago.

Otro buen aguinaldo para las familias pobres: acceso a crédito bancario barato y oportuno.

Una tercera sorpresa de Niño Dios que le sentaría bien a la población más vulnerable: vivienda propia.

Se podrían agregar otros ‘regalos’ que Gobierno y empresarios le podrían dar a los hogares de menores recursos para despedir el año 2017. Veamos:

Inversión social focalizada en áreas como acueducto y alcantarillado, agua potable, caminos vecinales, adecuación de calles y avenidas, mejoras en tramos para acceder a fincas y zonas de producción agropecuaria, más hospitales en municipios, escuelas y colegios al alcance de pueblos y veredas.

Recortar en más de 800 mil millones este año la inversión para cumplir con la regla fiscal, no fue sano para las gentes pobres.

En 2018 será preciso aplicar nuevos recortes al presupuesto general para acoplarse a requerimientos del Fondo Monetario Internacional y calificadoras de riesgo.

Colombia, como el resto de economías del continente, no se manda sola. Depende en alto grado de conceptos que dictaminen organismos extranjeros que nos avalan o nos rajan.

La reforma tributaria no fue suficiente, tampoco era necesaria.

Lo que provocó fue más pobreza, deterioro de la inversión, caída del consumo y angustias en hogares.

El IVA fue el peor de los caminos. IVA del 19% marchitó recuperación de economía nacional.

Cuando economía se resiente y consumo es pobre, hay menos dinero en circulación y no se mueve la inversión.

Esta situación lleva a mayores problemas para que las empresas puedan crear nuevos puestos de trabajo, el mayor drama nacional, junto a corrupción y  pobreza.

Si cuando economía crecía a tasas del 3, 5 e incluso 7% anual no se pudo levantar el empleo, ahora será más complicado.

Para remarcar: el Banco de la República redujo los tipos de interés para incentivar el consumo y reanimar inversión. En el fondo buscó reactivar el crédito bancario mediante una reducción de las tasas de interés.

Ni lo uno ni lo otro. El costo del dinero no ha bajado como se esperaba y como requieren empresas y consumidores.

Algo han mermado las tasas de interés del crédito, pero no lo suficiente.

Reducción de las tasas que fijan los bancos para créditos de libre inversión no coincide con el recorte que ha efectuado el Banco de la República a sus tipos de interés.

Si los banqueros fueran tan activos para disminuir los costos del crédito como lo son para pedirle al Emisor que baje las tasas de intervención, otra sería la situación.

 

Una mano que le podrían dar los bancos del país a usuarios y clientes para comienzo del 2018, sería una disminución sustancial en las tasas de interés.

Prestarle a un pequeño emprendedor $10 millones a una tasa cercana al 30% efectivo anual es un descaro.

Un crédito a un artesano, tendero o microempresario por $30 millones a $40 millones a un interés que ronda entre 12 y 15% efectivo anual, es de locos.

Los bancos alegan que a menos valor del crédito mayor la tasa por el riesgo. Si esa es la consigna pues entonces préstenle solo a los pudientes.

Si esa es la respuesta pues entonces denle crédito millonarios a los millonarios y olviden el segmento de los de abajo.

Como usted es pobre, pague más caro, ¡qué tal!

Por ello la dificultad para bancarizar. Falta educación financiera, pero también hace falta una banca humana, cercana y al alcance de los emprendedores.