Ganadores y perdedores
Se suele decir que después de la tempestad viene la calma, pero en tratándose de temas tan contenciosos y controvertidos como es el cambio de tajo del régimen de las regalías la borrasca no amaina. Cunde la preocupación entre las entidades territoriales que verán menguados en mayor o menor medida sus ingresos por este concepto, al tiempo que las demás, que dispondrán a partir del año entrante con recursos para inversión con los que antes no contaban, están de plácemes. A ello ha dado lugar el Acto legislativo 05 de 2011, así como también la expectativa que despertó el trámite en el Congreso de la República del proyecto de ley que lo reglamenta y desarrolla.
Como es obvio, la Ley no puede ir más allá del alcance del Acto legislativo que reglamenta, en consecuencia los errores u omisiones en que se haya podido incurrir en su concepción y en su texto no se podrán corregir a través de la misma. No se puede pedir peras al olmo. En este orden de ideas, para las entidades territoriales productoras y portuarias el daño está hecho: su participación en el monto de las regalías que se causen a partir del primero de enero del año entrante se reducirán ostensiblemente, al pasar de 78% en promedio que reciben actualmente con el régimen vigente hasta el 31 de diciembre de este año a sólo 9.6%, si nos atenemos al Acto legislativo. Este porcentaje, según el Decreto-Ley que lo desarrolla se reduce a sólo 8.6% (¡!). Y, claro, lo que pierden unos departamentos lo ganarán otros, precisamente aquellos que no participaban de las regalías directas y que ahora accederán a ellas.
Se aduce por parte del Ministerio de Hacienda que los menores ingresos por concepto de participación directa serán compensados por el acceso al que también tendrán derecho estas entidades a los distintos fondos que se crearon. ¡Es decir, que los que pierden saldrían ganando! Pero, la verdad sea dicha, los únicos recursos ciertos que recibirán serán aquellos que le corresponden por participación directa, el complemento corresponde sólo a la posibilidad de acceder a los fondos mencionados, lo cual estará en función de los proyectos que estén en capacidad de estructurar. Como se dice coloquialmente, el que tenga más saliva tragará más harina.