ANDRÉS FELIPE RANGEL GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Mayo de 2013

Perdonar es posible

EN  Sudáfrica, Nelson Mandela fue perseguido y recluido en la cárcel debido a su lucha por la inclusión racial. 27 años tuvo que estar preso. Cuando obtuvo la libertad, lideró a su partido para promover una democracia multirracial y la reconciliación entre los blancos de origen holandés y los negros nativos. Logró ser el primer presidente elegido democráticamente y durante su mandato la reconciliación fue una de sus principales banderas.

Mandela, luego de ser perseguido escogió el perdón y la reconciliación, antes que el odio, el rencor y la violencia.

Colombia ha sufrido por más de 60 años la violencia producida por la guerrilla y su confrontación con el Estado. La maldad, crímenes y heridas producidas a la sociedad colombiana por la violencia durante estos años han significado la muerte de miles de inocentes  y el desplazamiento forzoso de millones.

Ahora el Gobierno y la guerrilla de las Farc están sentados buscando un acuerdo de paz. Este acuerdo implicará, en un momento dado, la discusión acerca de la manera en que la guerrilla se integre de manera definitiva a la vida social y política del país, abandonando la violencia como una opción para reivindicar sus posturas. ¿Habrá un perdón definitivo sin el pago de penas por los delitos perpetrados por la  guerrilla a cambio de su rendición absoluta, la dejación de las armas, la verdad, reparación a las víctimas y la no repetición?, O  ¿Se ofrecerán beneficios jurídicos, reducción de penas y, luego del pago de estas, una reintegración a la vida social y política del país? ¿Cuál de estos dos posibles caminos puede ser el más acertado? ¿Está el país dispuesto a perdonar a cambio de la paz?

¿Será que la sociedad colombiana se encuentra, como quizás lo estuvo en su momento Mandela, ante la encrucijada del perdón y la justicia? ¿Entre el odio, el rencor, y la venganza y el perdón  y la reintegración?

La historia de Mandela nos enseña que el perdón  y la reconciliación son posibles y que generan paz, desarrollo y reducen la violencia.

En el país podemos encontrar las diferentes posturas. Está la de algunos que no creen en este proceso de paz con la guerrilla y muchos menos en un perdón a cambio de la desmovilización y reintegración. Están por otra parte las voces de quienes desean que haya paz en el país y apoyan el proceso y un eventual perdón. Y están las voces de las víctimas, que han tenido que sufrir de cerca esta violencia y que solo claman por paz, justicia y una oportunidad para ser felices lejos de tanta maldad.

Perdonar es posible. El perdón nos permitiría avanzar hacia la tan anhelada paz. Es complejo, son muchos años de violencia atroz, si… pero es posible perdonar.

@feliperangel81

*Politólogo