Durante la campaña electoral el candidato Trump sorprendía, como presidente nos declaramos atónitos ante sus determinaciones.
Confirmadas a México en conversación telefónica con su presidente a quien ratificó la decisión de construir el muro para separar a los Estados Unidos de América Latina; impuesto del veinte por ciento a productos aztecas; prohibición de ingreso a ciudadanos musulmanes de siete Estados; restricción de visas; advertencia de suspensión de ayuda económica a la Universidad de Berkeley en represalia por una protesta; críticas a Israel ante la extensión de asentamientos en área de conflicto con Palestina; insistencia en desmantelar la Organización del Atlántico Norte (Otan) lo cual condujo a reunión extraordinaria informal de la Unión Europea; declaración que revive el antagonismo entre las dos Coreas; regaño a periodistas que cubren las noticias de la Casa Blanca y despido de latinoamericanos en sus oficinas; orden de eliminar información del sitio Web oficial referente a derechos de la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual; ultimátum a Irán por el disparo de un misil balístico de ensayo, – “los iraníes deben estar agradecidos con el terrible acuerdo que hizo la administración de Obama”-; instrucción de apagar secciones de internet en el empeño de impedir el extremismo islámico; no cumplimiento del pacto contra el calentamiento global, ”ese es un invento Chino”; salida del convenio Transpacífico (TPP), telefonazo y colgada al primer ministro de Australia, “es la peor conversación de lejos que he tenido hoy,” antes había hablado con Putin.
Respecto de Australia, país continente aliado de los Estados Unidos, la furia se debe a que su interlocutor el señor Turnbull, le preguntó si cumpliría el acuerdo migratorio suscrito con el gobierno anterior tendiente a acoger 1.250 refugiados que se encuentran provisionalmente en un centro de ayuda. El mandatario increpó a su interlocutor: “Usted lo que quiere es exportar al próximo terrorista de Boston,” en referencia al atentado contra la maratón efectuada en esa ciudad en el 2013 perpetrado por dos hermanos de origen checheno.
En el desayuno Nacional de Oración, cita religiosa anual que se celebra en Washington, señaló: “Virtualmente todos y cada uno de los países se han aprovechado de nosotros, eso no va a seguir sucediendo, yo arreglo cosas” y anunció la abolición de la enmienda aprobada en 1954, iniciativa de Lyndon B. Johnson que evita el proselitismo político religioso.
Comparto lo consignado en el editorial del periódico El País de España: “Se consuma una brutal sacudida a los pilares sobre los que descansa el orden internacional.” Cada día crece, con la ola del gobierno espectáculo, el diagnóstico de pronóstico reservado para el gobierno Trump que desequilibra, desune y alarma.