CAMILO HERRERA MORA* | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Enero de 2014

Soy colombiano

 

“Tenemos muchos motivos para tener la frente en alto”

 

En estas fechas de reflexiones sobre lo que pasó durante el año y mientras se acumulan nuevas esperanzas, cabe reflexionar que el país ha cambiado mucho.

Yo nací en 1975, y el país tenía serios problemas en indicadores económicos, cobertura en salud, educación y tasas de pobreza importantes; se comenzaba a dibujar el mundo de los carteles y la consolidación de las guerrillas, y globalmente éramos conocidos como los que producíamos el mejor café del mundo.

Casi 40 años después, mis hijos nacieron en una sociedad con gratuidad en educación, cobertura en salud, una inflación baja, una pobreza decreciente y un país que cada día mejora más.

Sin duda el cambio de la Constitución, los gobiernos  que han pasado, la lucha antinarcóticos, los procesos de paz, los cambios en los partidos políticos y la independencia del Banco de la República, entre otras cosas, han transformado a Colombia.

Quedan muchos problemas por solucionar en infraestructura, calidad de servicios públicos, educación financiera, redistribución del ingreso y, sobretodo, en cultura ciudadana, pero el país por el que hoy camino me da un enorme orgullo.

Desde hace muchos años he tenido la oportunidad de dictar conferencias en diversos países y las preguntas han pasado de ser enfocadas al mundo de las drogas y el terrorismo, a buscar comprender cómo hemos logrado salir adelante pese a todos nuestros problemas, y la única respuesta que me queda es que somos colombianos.

Hoy ser colombiano tiene un significado distinto. Es un motivo de orgullo en el mundo, en los negocios, en los deportes, en la ciencia y hasta en el arte; ser colombiano es sinónimo  de ser exitoso, profesional, ético y creativo. Ya no da pena mostrar el pasaporte y no pasamos por las molestias anteriores de ser tratados como sospechosos continuamente.

El mundo reconoce que Colombia comienza a insertarse en el concierto internacional de manera importante, pero por alguna razón aún los colombianos no nos creemos esto; seguramente se debe a que como somos parte del cambio no vemos lo que ocurre a nuestro alrededor, porque pasa a una velocidad mucho más baja de lo que deseamos. Pero lo cierto es que mi niñez no es comparable con la que tienen mis hijos y es enormemente diferente que la tuvieron mis padres.

Por eso, en estas fiestas recuerde su niñez y mire a su familia hoy. Se dará cuenta que tenemos mucho para tener la frente en alto y decir con todo orgullo: soy colombiano.

 Colombianada: Nuestra resiliencia, paso de ser resistencia a ser persistencia.

*Presidente de Raddar