Es irrisorio ver esa mano de oportunistas peleándose el dominio de esa amplia y ambigua franja del nuevo espectro ideológico, la cual hoy denominan ‘centro’. Resaltan, como siempre, los personajes camaleónicos como Roy Barreras y Armando Benedetti. Que como el animal, gozan del cambio de color de piel, cuando les es conveniente. Lo curioso es que no son los únicos, varios sectores políticos están aplicando la misma estrategia.
Como Robledo, un declarado socialista que dirige el movimiento MOIR y ha sido fiel militante del ala radical del Polo Democrático, pero que hoy, también, posa de ‘centro’. Con los años, su elocuencia sobre la utopía marxista se ha atemperado como sus alianzas políticas. Como en las pasadas contiendas electorales, cuando abrazó a Fajardo y le tocó aceptar a regañadientes figuras del santismo. Sin lugar a dudas, un paso incómodo para el veterano senador´, quien ha sido y dice ser férreo opositor de ‘Juan Ma’ y todo lo que representa el establecimiento liberal bogotano. Pero como sucedió a muchos izquierdistas, el hambre de poder les mató a Marx y cedieron ante el establecimiento.
Por otro lado, en el ‘liberalismo’ se encuentra la misma cuerda ambivalente de los ‘delfines rojos’ (los Galán, Gaviria y Lara) junto con sus tíos políticos De la Calle, Lleras, Cristo y, posiblemente, los Char. Donde se harán llamar de ‘centro’ para maquillar el perpetuo establecimiento liberal junto con el fracaso del gobierno Santos. Ese mismo que logró endeudar a De la Calle en las elecciones pasadas. Logrando así, una verdadera renovación política al mejor estilo liberal, ¡los mismos, pero con nuevo logo! Como los señores de las Farc.
Y no podemos olvidar al Partido Verde, organización que se enorgullece de recibir a cualquier personaje con tal que sea viable electoralmente. Sin embargo, aquí el análisis cambia, Fajardo a diferencia de los anteriores, ofrece 4 millones de votos, que ni los más ilusionados santistas se imaginan obtener. Además, Angélica que ha logrado hasta ahora hermetizar el proceso de consulta interna para alejar a Petro y negociar con los demás, permitiendo una candidatura de Fajardo sin mayores contratiempos. La cual, sin duda, cumpliría la función de catapultar la futura aspiración de Claudia o de la misma Angélica. ¡Una verdadera pareja del poder!
Mientras tanto, el Centro Democrático y los conservadores se ven tentados a entrar en el juego del ‘centro’ o, como bien lo dijo Duque, del ¡Extremo Centro! Cuando afirmó que su victoria frenó a la extrema derecha. ¿Esa misma derecha que le dio la presidencia? ¿Fue cínico hacerse elegir con el ideario conservador y gobernar con otro? Posiblemente, pero la culpa es nuestra. Llevamos años siendo conservadores vergonzantes, arrodillados y en las sombras, ¡camuflándonos! Detrás de un establecimiento liberal que no nos quiere, pero que nos utiliza para el esfuerzo electoral. Bien lo manifestó el presidente Duque quién en campaña nos abrazaba y hoy nos radicaliza. ¡Basta ya! Despertar y salir a buscar un candidato digno de representar al conservadurismo.