En su discurso inaugural, Gustavo Petro llamó a la concordia, a un Pacto Histórico, a la paz total. ¿En qué paró ese discurso al que todos quisimos darle una oportunidad?
Conociendo la trayectoria de Petro nunca pensé que fueran muy verdaderas las promesas de un hombre caracterizado por su discurso siempre divisorio, cargado de odios y rencores contra amplios sectores de la nación; bien conoce Colombia sus ardides y mentiras. ¿Cómo olvidar su trayectoria como guerrillero y lo que se dice él, incluso del maltrato que dio a los secuestrados del M19, grupo al que perteneció? Dicen que lo llamaban “el Cacas” ¿Por qué? Averigüen ustedes, es horrible.
Hoy el país presencia cómo sus propuestas se están convirtiendo en caos total, no paz ttal, ni mucho menos un Pacto Histórico, ni un gobierno de cambio. No hay semana que no se destapen escándalos relacionados con el presidente. Entre su equipo han abundado los exabruptos, estupideces incomprensibles, inclusive de ministros o ministras inexpertos e intransigentes, lo que ha forzado a Petro a salir de ellos. Desgraciadamente, también ha despedido a los mejores ministros con que contaba como José Antonio Ocampo, Alejandro Gaviria y Cecilia López, quienes gozan de experiencia y credibilidad. Entonces comprendimos que el barco se hundía y la gobernabilidad se había perdido.
Día a día aumentan los escándalos de corrupción, destapados por sus mismos aliados; oímos como su exnuera nos contó sobre los supuestos dineros recibidos por su hijo de parte de dudosos personajes como aporte su la campaña presidencial, además de los enredos de su hermano Juan Fernando en sus múltiples visitas a las cárceles por motivos “non sanctus”.
Ahora se destapa el escándalo “niñera”, que desborda la copa. Son acusaciones de chuzadas, polígrafos ilegales, amenazas y, lo peor, de la entrada de $15 mil millones ilegales a su campaña presidencial. Y, el que abre esta caja de Pandora no es su aliado y embajador en Venezuela (hoy despedido) Armando Benedetti. Pero no olvidemos los jugosos contratos que el joven enamorado de Ricardo Roa, nuevo presidente de Ecopetrol y extesorero de la campaña presidencial de Petro ha, supuestamente, recibido de su compañero sentimental.
“Fuego amigo”, está creando un caos total en este gobierno, pero Petro, astutamente, recurre a su obtusa mirada y su bien conocida estrategia de defensa: ¡mentir! Acusa descaradamente, desde balcones y trinos, a la prensa, los partidos tradicionales, los “oligarcas” y quien se oponga.
Y, mientras el presidente arenga a “su pueblo” contra el resto de los colombianos, su mujer pretende arreglar el caos bailando mapalé, en carnavales y embajadas.
Luigi Echeverry, exdirector de Ecopetrol, afirma en su contundente carta a los empresarios: “el país se subió a un bus sin frenos manejado por un conductor suicida y ebrio. (...) Nos llegó la hora de defender a Colombia de la ruina a la cual gobiernos populistas corruptos han llevado recientemente a nuestras naciones hermanas a situaciones de empobrecimiento y miseria” (Revista Semana 6/6/2023).
De la famosa paz total hoy solo nos queda un caos total.