CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Septiembre de 2014

Un recurso inexplotado

 

Ante la escasez de aguas superficiales, los depósitos de aguas subterráneas son un recurso inexplotado, pudiendo llegar a ser  la única solución en muchos lugares del país donde ni siquiera se han ocupado de estudiar su disponibilidad. Estos reservorios, a veces configuran grandes caudales que circulan bajo la tierra sin que nadie se dé cuenta, e incluso en muchas ocasiones brotan a manera de manantiales. Entre tanto, la mayoría de veces son acuíferos existentes a grandes profundidades que requieren de la perforación de pozos para su explotación.
Sin embargo, pareciera no existir la motivación suficiente por parte del Estado por promoverlos, reglamentarlos y administrarlos, lo cual ha llevado a que muchos particulares lo hagan sin la debida autorización y de manera desordenada. Agua hay en el subsuelo de casi todo el territorio nacional, inclusive en La Guajira.
Resulta imperdonable, entonces, que haya poblaciones sin el suministro, existiendo el ejemplo de ciudades del mundo que lo hacen desde muchos años atrás y en grandes cantidades, como, Sao Paulo y Buenos Aires, e inclusive México D.F., donde esta última extrae más de 40 m3/seg. Dicen los expertos también, que el 50% del agua potable en los EE.UU. es subterránea.


Igualmente, nos estamos privando de incorporar áreas a la producción de alimentos mediante la perforación de pozos para riego por aspersión o por goteo. Tal vez el Valle del Cauca es el que más utiliza este recurso; lo mismo la Costa Atlántica, los Llanos Orientales y el Urabá en el cultivo del banano. No obstante hay problemas por el abuso y la falta de buenas prácticas para garantizar su conservación.


De otro lado, en departamentos como el Tolima existen perforaciones aisladas y caprichosas promovidas por el sector privado, pero lo grave es que pareciera no existir la intención de parte de la Corporación Autónoma Regional de ponerles orden, organismo  que le compete el asunto; pues cuando nos comunicamos por escrito con el gerente del mismo hace algunos meses, para plantearle esa inquietud, simplemente nos manifestó que no había presupuesto. Mucho menos pensamos que haya sido considerada en la evaluación de proyectos de acueductos o de irrigación. 
Lo anterior, a pesar de que en ese departamento a finales de los 90 se contrató un estudio geo-eléctrico para identificar los acuíferos existentes en el valle del río Magdalena; y se propuso crear una sociedad de economía mixta para impulsar su uso. Han transcurrido más de 20 años y no ha pasado nada..
Un buen modelo para Colombia sería el utilizado en Europa donde la medición de los niveles del agua subterránea, así como el control de su calidad, se inició en los años 70 en muchos acuíferos por parte del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Ahora es la Dirección General del Agua (DGA) quien ejerce control de las aguas subterráneas de la mano de los organismos de cuenca, o sea el equivalente a las CAR en Colombia, y dentro de la Directiva Marco que expide el mismo gobierno sobre el particular.