CARLOS MARTÍNEZ SIMAHAN | El Nuevo Siglo
Sábado, 23 de Agosto de 2014

Retos de grandeza

 

Aún hay estremecimientos por el conformismo colectivo ante la “pérdida de Panamá”. Editorialistas de El Tiempo y El Nuevo Siglo han hablado de “…nuestra incapacidad histórica para emprender y concluir grandes obras…” y de la “ausencia de sentido espiritual de la historia y del propio sino...”. Es más, la resignación ante tamaño descalabro histórico nos ha conducido a desconsiderar nuestra posición privilegiada en el Istmo centroamericano y a olvidarnos de estudiar la conexión Atlántico-Pacífico. Años atrás, desde el Gobierno de Betancur, puntualizábamos así  nuestras ventajas:

Ø  Distancia corta entre aguas profundas;

Ø  Cerca del 80% de la distancia entre ambas costas es plana, al nivel del mar y seca, por lo tanto, dragable;

Ø  Solo una cadena montañosa separa la zona de llanura del Océano Pacífico;

Ø  Existe un gran número de sitios alternativos y cada uno podría ser desarrollado como un canal al nivel del mar, un canal de esclusas o un canal seco, en una variedad de tamaños e impactos;

Ø  Debido a la alta pluviosidad en Chocó todas las conexiones tendrán la ventaja de “cantidades ilimitadas” de agua y energía hidroeléctrica. Se frenaría la tendencia a hacer las hidroeléctricas donde hay plata, no donde hay agua.

Ø  Las condiciones para desarrollos industriales y canales de esclusas;

Ø  El noroeste colombiano no está desarrollado, y es obligación rescatar del atraso a la región pacífica.

Ø  No hay duda de que un canal de esclusas es técnicamente factible a través de la ruta Atrato-Truandó (así lo admitió la Comisión Norteamericana).

 

Anotábamos, en ese entonces, que una Comisión de alto nivel debía estudiar posibilidades como:

Ø  Alternativas de canal a nivel del mar;

Ø  Alternativas de canal de esclusas;

Ø  Alternativas de puentes de tierra o canal seco.

Ø  Análisis de todas las formas para complementar, mejorar y coordinar las alternativas con los desarrollos existentes y planeados en la hermana Panamá.

Ø  Considerar todas las alternativas industriales y económicas que se hagan posibles debido a la conexión interoceánica, y que incluya:

Ø  Superpuertos en el Atlántico y el Pacífico (Urabá y Humbolt, las Bahías de Octavia o Cupica);

Ø  Industria de transformación (minerales a metales) usando energía hidroeléctrica del Atrato;

Ø  Industrias de transporte marítimo que sirvan desde Colombia hacia el Atlántico y el Pacífico;

Ø  Industrias de almacenamiento, empaque y distribución;

Ø  Desarrollo agrícola para transportar al este o al oeste;

Ø  Nueva infraestructura de transporte al interior colombiano (por ejemplo, el viaducto de Urabá).

Como ahora se cuenta con datos más precisos, el tema debe ser considerado por el Gobierno Santos II. El fallo de la Corte de La Haya y las heridas latentes del pasado se deben contrarrestar con respuestas inspiradoras. Los saltos en la historia los han dado los pueblos con audacia y ganas de gloria. En nuestro tiempo, las autopistas del conocimiento facilitan la planificación avanzada y son murallas frente al fracaso. No se debe temer a los grandes retos. Ocupemos en el mundo el espacio que la geografía  nos ha concedido.