Al actual presidente del Directorio Nacional Conservador, Omar Yepes Álzate, le oí decir, al visitarlo junto con el exministro y exembajador Carlos Martínez Simahan, lo que sigue: Mejor que decir que el glorioso Partido Conservador está lleno de problemas -divisiones, subdivisiones, clientelismo, mermelada etc, etc-, hay que gritar que nuestro partido nos está presentando oportunidades, desafíos y retos para luchar con coraje y salir adelante ¡Son los retos los que piden energía, optimismo y espíritu mesiánico para llegar a las más encumbradas metas del triunfo y la victoria! ¡Los escollos son para que uno se supere y de la medida de su alma! No puede haber vida estéril, cuando la tierra esta sedienta de creación. Es el momento de soportar, de sembrar, de entregarnos al combate con fe de iluminados. El hombre de acción, el hombre de pensamiento, el labriego, el escritor, el educador, el adolescente, todos, tenemos que hundir nuestra energía hasta la empuñadura. Es lo que el país espera y lo que el momento que vivimos anhela y desea.
La historia de liberales y conservadores es maravillosa. Claro que hemos tenido épocas de sombra, dolor y tragedia. Pero también hemos sabido de la grandeza. El conservatismo le ha dado a la nación altivos programas de principios y valores. Hemos dicho que una comunidad no descansa sobre individuos, sino sobre familias fuertes y bien conformadas. Napoleón decía, “dadme familias vigorosas y os daré una patria vibrante e invencible”.
El conservatismo le dio fuerza constitucional a la salud de los compatriotas con los seguros sociales, seguridad en el empleo al ciudadano con el código del trabajo, riqueza, con la nacionalización de Ecopetrol, destreza y habilidad al operario con el Sena, educación técnica al profesional con el Icetex, crédito barato al campesino con la Caja Agraria. Civilización y convivencia constructiva con la Constitución del 86, hoy reproducida en lo esencial por la Constitución del 91.
La concepción del Estado del conservatismo consiste en defender un ejecutivo fuerte. Ahí lo tenemos. Según las constituciones del 86 y del 91, el presidente es un monarca. Estas instituciones acabaron con las guerras civiles, las guerras religiosas, los parlamenticos regionales, los presidenticos de zona, los ejércitos pueblerinos, que en sus extravíos produjeron 15 guerras civiles y 38 revoluciones.
Esperamos revivir épocas espléndidas del pasado. Tenemos a Omar Yepes lleno de mística, de fervor, de voluntad de servir. El pasado nos obliga a no ser inferiores al momento difícil que vivimos.
Omar Yepes prefiere dar el impulso a recibirlo. No le teme a la competencia, le teme a no ser competente. Donde no hay mística, si metemos mística, sacamos mística. Donde no hay fervor, si metemos fervor, sacamos fervor.
El conservatismo hará relucir su pujante perfil histórico. Creemos en Omar Yepes. Tenemos glorias comunes con el pasado, una voluntad común en el presente. En Colombia están los huesos de quienes merecieron nuestra cuna. Estamos atados a la patria común, por todo lo que procede y por todo lo que sigue, por lo hecho y por lo que haremos.