¡Descarados! Vargas Lleras y Gaviria. Décadas en el poder sin arreglar nada. Evadiendo los problemas estructurales que ayudaron a crear. Ahora, sentidos porque no les llamaron al consenso para la reforma tributaria. Sabiendo de la gravedad de la crisis fiscal, su aporte es una postura intransigente ante la misma. ¿Merecen esa oportunidad? Como si haberlos llamado con antelación hubiera impedido que pidieran su característica tajada y evitado una irresponsable resistencia a una dura medida indispensable para el bienestar nacional.
¡Descarados Petro y su ‘Pacto Histórico’! Chavistas capaces de lo que sea con tal de hacerse al poder. Descarado. Mientras exige y destruye con sus secuaces pide más estado y más subsidios, impide una verdadera reforma fiscal lo que nos pone a todos y a las futuras generaciones en manos de los banqueros que tanto dice odiar.
¡Descarados los sindicalistas! ¿Dizque que volvieron a infiltrar la manifestación los vándalos? No me lo creo. La guerra del monte hace rato se pasó a las ciudades. Y en esas marchas siempre aparecen los bárbaros. Y ya sabemos que buscan. Más dinero para Fecode para seguir maleducando al futuro de Colombia. ¿Y quién paga? Seguro que ellos no. Quienes más se benefician, ¡los mismos políticos que las convocan! piden que la cuenta la paguen los niños a los que no les enseñan a leer.
Descarados los que se escandalizan con los desmanes, bloqueos de vías, policías heridos, ciudadanos afectados y propiedad pública y privada destruida. Lloran por la inseguridad y el desorden. Temerosos de unos cuantos degenerados que no solo afectan a los ricos, como algunos pretenden, sino que afecta particularmente a los pobres. Descarados que se oponen a la reforma tributaria que permitiría aumentar los pie de fuerza, los jueces y los cupos carcelarios.
¡Descarados los ciudadanos que aspiran a su pensión de prima media! Alegan y patalean para que se mantenga el subsidio y se niegan a pagar por ello y a tributar sobre sus mesadas.
Descarados los líderes de opinión y periodistas que, sin leer la reforma, formulan una postura superficial, alimentan la ignorancia colectiva e impiden cualquier análisis objetivo de la situación fiscal.
Descarados los que marchan, pero no pagan ningún impuesto y no tienen ningún ánimo de formalizarse. Reciben un sin fin de subsidios y beneficios ya sea en pensiones o demás programas del Estado, pero no los necesitan, como esos universitarios que no saben trabajar.
Descarados aquellos que maltratan y debilitan a nuestra fuerza pública, pero le exigen que nos cuide.
Descarados los congresistas de todas las vertientes que hoy, en vez de respaldar una reforma indispensable para el país y su futuro, prefieren proteger sus intereses electorales de 2022, conscientes de que nuestras finanzas son inviables.
¡Descarados los ministros! que, en lugar de defender a su jefe y su legado, se arrugaron ante una presión irracional e irresponsable.
Presidente, renunció usted a su legado. Nadie pasa a la historia por una reforma del estado que no fue. Retírela y únase a la mediocridad de los que lo precedieron.