El daño antijurídico se refiere a la responsabilidad del Estado por sus hechos y omisiones y que terminan generando un daño injustificado al particular. Es decir, un perjuicio económico que debe ser resarcido por el Estado y los funcionarios que lo ocasionaron.
Pues ir diciendo lo que les dicte su ideologizado y activista cerebro tiene consecuencias legales derivadas del daño que han generado a miles de particulares y al mismo Estado y que no tienen por qué soportar.
Daños que incluso van más allá de lo económico alcanzando lo reputacional, causados por las decisiones de unas mentes ideologizadas, fanáticas y activistas que están transitoriamente en el poder ideologizando el futuro energético de Colombia.
Ecopetrol es una víctima sistemática de la ministra y viceministra de Minas y Energía. El daño que le han hecho los anuncios y declaraciones en contra de la industria extractiva y que han afectado la estabilidad jurídica y económica de dicha industria han desvalorizado esta compañía. Ni hablar del manoseo a su gobierno corporativo.
Tal vez las políticas de Estado no son más que eufemismos para disimular la causa real y es el odio personal a la fuente extractiva y de riqueza más importante que tiene Colombia al momento y que no tiene reemplazo a la vista ni plan B.
No entienden ni les importa que el mayor accionista de Ecopetrol es el mismo Estado. Y que entre otros accionistas están la mayoría de los fondos de pensiones y cesantías en los cuales muchos colombianos tienen puesto su futuro como Porvenir, Protección, Skandia y Colfondos.
Es decir que se llevan por delante los intereses y los ahorros de toda la vida de millones de futuros cesantes y pensionados en Colombia. Pues es mucho más importante materializar la ideología de unos funcionarios públicos transitorios y ser líderes en su activismo para que les den premios que los intereses económicos de millones de colombianos… Muy bien planteada la democracia…
Es innegable el deterioro económico de Colombia y los colombianos como resultado de la incertidumbre jurídica y económica que han generado los anuncios sobre el futuro energético del país.
Por ejemplo, y como resultado de la devaluación del peso colombiano frente al dólar, la deuda externa de Colombia es ahora más cara en un equivalente a 3.5 reformas tributarias (aproximadamente 75 billones de pesos). ¿Qué sentido tiene buscar 20 billones de pesos si ahora vamos a deber 75 billones más en deuda externa? Y la deuda ha subido por la incertidumbre general que causa entre otras la reforma tributaria. ¿O será que se pretende que le den un “indulto internacional” a la deuda externa de Colombia? Pues son hijos del indulto…La devaluación del peso no es como la pretenden caricaturizar en que solo va a afectar a los ricos que van a Miami en sus vacaciones…
Así cambien hoy las cabezas en el ministerio de Minas y Energía las que están actualmente deben responder por el daño antijurídico que le han causado a los particulares y al mismo Estado colombiano.
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