Este marzo se cumplen veinte años de la invasión de Estados Unidos a Irak. Algo crucial que merece recordarse centrados como lo estamos en la guerra con Rusia, algo anacrónica en esta época de metaversos y comunicación inmediata.
Tendemos a olvidar, gracias a la propaganda, el contexto. Que puede fijarse en la implosión de la URSS, y el mundo unipolar liderado por Estados Unidos en las últimas tres décadas. La, digamos, “izquierda” no dio una explicación de esa implosión. Su punto de ojo fue supeditado de forma rígida por la instancia económica, olvidada del plano individual.
Mientras Estados Unidos prefirió centrarse en el individualismo y en la economía de consumo. Utilizó su predominio para desatar (como lo hizo Roma en su larga decadencia) guerras en el oriente. Invadió a Irak con dos pretextos: que esta tenia supuestas armas de destrucción peligrosas para la seguridad mundial y que su gobernante (a quien mataron) estaba aliado con el terrorismo de Al qaeda.
Ambos pretextos han resultado ser falsos según lo reconoce hoy, el ex primer ministro británico Tony Blair, quien entonces se apresuró a apoyar los bombardeos. Blair, recientemente convertido al catolicismo romano, asume su responsabilidad histórica, pero advierte que fue engañado por el gobierno de Bush Jr., para apoyar la masacre. El politólogo de Harvard Stephen Walt dijo en entrevista para la DW, que el gobierno de Bush ya había tomado la decisión de invadir, y que la supuesta “inteligencia” era una manipulación, que se utilizó para engañar a sus socios Gran Bretaña, Australia y Polonia en esa aventura agresora.
La invasión según expertos en Derecho Internacional: “no tenía ninguna base en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Aparte de eso solo existe la posibilidad legal del uso de la fuerza, mediante la legitima defensa según el artículo 51 del estatuto de la ONU, lo cual no era evidentemente el caso.” USA, como los rusos, también se valieron de paramilitares Blackwater que a dos años de la invasión ametrallaron ¡a diez y siete personas! Pero antes en el año 2005, los marines habían fusilado a 24 civiles desarmados en Hadhita.
USA lanzó casi treinta mil bombas que exterminaron entre doscientos mil y un millón de personas según varias fuentes. El actual sangriento disparate ruso en Ucrania es en comparación un paseo silvestre. Tras la invasión Estados Unidos y el Reino Unido disfrutaron del petróleo a su gusto. Y sus noticieros lo celebraron como la llegada de la sensatez económica y la libertad. Si bien no pudieron disimular las torturas en el infame centro de Abu Ghraib en imágenes que escandalizaron al mundo. Estados Unidos se aseguró de que el petróleo siguiera cotizándose en dólares, algo que les preocupaba mucho.
La consecuencia de esas agresiones que se dieron en Afganistán, Libia, Siria, tuvieron la intangible pero grave consecuencia para Estados Unidos de haber perdido el liderazgo moral del planeta. De haber perdido el prestigio que tuvieron al fin de la segunda guerra mundial.