Podemos decir con gran euforia y esperanza que tenemos nuevo Código de Policía, herramienta muy, pero muy importante tanto para la institución policial como para todas las autoridades de policía, que veían en el antiguo decreto ley número 1355 de 1970 una serie de conceptos que en otros tiempos tuvieron la vigencia necesaria y fueron suficientes para controlar y mediar en las relaciones interpersonales, a más de permitir enfrentar conductas salidas de las buenas costumbres y el respeto, pero hoy, aunque lo recordemos con el mismo agrado que lo recibimos en su momento, entendemos que se trata de una norma desfasada de la realidad.
Por ello bienvenido el nuevo Código de Policía y Convivencia; es atractivo asistir a la divulgación que en los últimos días se ha hacho de la citada norma. La institución Policía Nacional se ha dedicado a promocionarla y hacerla conocer del país, porque entiende que de su divulgación y discernimiento depende su pronta aplicación, acatamiento e implantación. Por su parte, la policía al interior de sus filas viene desarrollado una pedagogía agresiva, con el fin de capacitar a todos los hombres que hacen parte de la institución en el conocimiento, interpretación y aplicación del código, que deben divulgar en todas las capas, culturales y económicas de la sociedad.
La primera expectativa que tienen las autoridades se basa en el entendimiento que de la norma debe tener los ciudadanos que habitan el territorio patrio, y cuando hablamos de entender estamos extendiéndonos a su comprensión y observación permanente, para identificar los derechos estipulados en la normatividad y que precisan ser ejercidos con responsabilidad y respeto, reconocido que frente a estos derechos, figuran ciertas obligaciones de imperativo cumplimiento, por enmarcar la vida en sociedad o comunidad.
A lo anterior debemos agregar la noción de las medidas sancionatorias que pueden ser objeto los ciudadanos, en casos de violaciones a las normas contempladas en el Código, información que les permitirá conocer el alcance de las autoridades en la aplicación de correctivos que disciplinan la sociedad.
Mucho podríamos hablar de la herramienta policial, pero por su extensión y complejidad solo puntualizaremos hacia algunos aspectos como el respeto a la vida, tan sobresaliente en el proceder policial, base fundamental de la filosofía institucional en el mundo, la defensa de los derechos de menores, extendiendo su protección mas allá de la propia familia, la igualdad ante la ley, principio que debe cobijar a los hombres en cada rincón del mundo, la solución pacifica de conflictos, elemento inevitable para demostrar la eficiencia, el profesionalismo y capacidad de las autoridades policiales. En fin, son variadas y prolijas las posibilidades que con el nuevo Código tienen las autoridades de policía en todo el territorio patrio. Lo más importante es el empeño institucional y el pacto ciudadano.