Se cumplió la primera ronda electoral en el país, cuyo objeto principal era la elección del nuevo Congreso de la República, la misma que quedó eclipsada por las consultas presidenciales que se robaron el protagonismo en la jornada.
Sin duda, el gran acontecimiento es la arremetida de la izquierda, representada principalmente en el Pacto Histórico, que adquiere 16 curules en el Senado y 15 en la Cámara de Representantes. En el Congreso en general, el Partido Conservador queda con 16 senadores y 25 representantes; el Partido Liberal logró 15 curules en Senado y 32 en Cámara. El Centro Democrático, con 14 en Senado y 16 en Cámara; además, los 25 parlamentarios del Partido de U, con 10 senadores y 15 representantes; y Cambio Radical, con 11 senadores y 16 representantes. Los cristianos, cuatro en Senado y cuatro en la Cámara. La izquierda, mal contados podría llegar a un total de 37 curules en el Senado y 55 para los partidos de derecha.
¿Esto que significa? Que para la toma de decisiones que requieran una mayoría cualificada, como las reformas constitucionales o leyes estatutarias, van tener que buscar concertaciones. Esto se verá reflejado en las decisiones sobre temas neurálgicos, como eutanasia o aborto que han polarizado las dos tendencias que quedan representadas en el Congreso. Grandes reformas como la de la Justicia van a quedar en veremos; si el gobierno saliente, que tenía más juego, no pudo hacerla, ahora será más difícil llegar a acuerdos sobre los temas cruciales en el Congreso. La izquierda va a pasar de su papel de dejar mera constancia, que cumplía en el pasado, para tener un poder de veto para las grandes reformas en el Congreso. Esta es una nueva realidad en el legislativo colombiano.
Ahora sigue el debate por el poder ejecutivo. El país tendrá que definirse entre los candidatos que quedan en la contienda: por una presidencia de izquierda con Gustavo Petro, o por un escenario de continuismo con Federico Gutiérrez, o un gobierno de centro con Sergio Fajardo; además, de las perspectivas de los que no estaban en pactos; por un gobierno de derecha con Rodolfo Hernández o con Ingrid Betancourt más al centro. Hay otros que siguen en la contienda como Luis Gilberto Murillo, Enrique Gómez y Luis Pérez, que hasta ahora no despegan en los sondeos.
Las coaliciones comienzan a perfilarse. El Centro Democrático fue el primero; se retiró de la contienda su candidato que no había participado en el Equipo por Colombia, por haber sido tratado en forma descortés; ahora, sorpresivamente, se inclina por Federico Gutiérrez, el triunfador en dicha coalición. Sin duda este acontecimiento le suma votos, pero también reacción en contra de los que prefieren un cambio, aún en la derecha. Si los participantes del pacto cumplen, el conservatismo y Alex Char de Cambio Radical, deben aglutinarse con el triunfador. El Partido Liberal se convierte en decisivo para definir las cosas en primera vuelta. Apenas comienza el reacomodo.