El eje cafetero | El Nuevo Siglo
Domingo, 4 de Julio de 2021

Como en muchas circunstancias de la vida, existen dilemas que definen el rumbo de la misma, algunos afectan la vida de las personas en forma individual y otros afectan colectividades; el desarrollo, necesario por demás, genera uno de los dilemas más grandes entre “progreso” y “supervivencia.”

Cada región del país tiene su propia vocación de desarrollo y sus propias necesidades ambientales. Lograr la consolidación de una economía con un medio ambiente compatible con la cultura y ecológicamente estable, es quizá el mayor de los retos para cualquiera de nuestros territorios.

Ante la dificultad de abordar el conjunto del país como un todo, quisiera centrarme a manera de ejemplo en el eje cafetero, en ‘el aparecen tres grandes núcleos urbanos; Manizales, Pereira y Armenia. Estas tres urbes generan cerca del 79% del PIB de la totalidad del llamado “Eje Cafetero”

Surgen entonces dos preguntas claras; ¿Por qué se concentra de tal manera el PIB? Y ¿Cómo se podría lograr una mejor redistribución del mismo?

La primera pregunta tiene una sencilla respuesta, la desigualdad del ingreso entre los campesinos y los trabajadores de las ciudades están aún muy altas (fácilmente en el campo se pagan 2/5 de los salarios promedio de las capitales), además se ha perdido la articulación entre dichas ciudades dejando la especialización de cada una en una competencia abierta por entrar en los terrenos de las otras; mientras otrora Manizales se distinguía por la industria y la educación, Pereira por el comercio y Armenia por el agroturismo, hoy todas pretenden competir.

La segunda pregunta es un poco más compleja de responder, si bien es cierto que el cultivo del café ha generado un dinamismo histórico de la economía de la región, incluyendo el desarrollo del agroturismo, también es cierto que los problemas ambientales tienden a que en un corto tiempo dichos cultivos desaparezcan, debido principalmente al cambio de las condiciones ambientales de la región; el cambio climático está variando de tal manera las condiciones de humedad, pluviometría y temperatura, que la economía tendrá que migrar por sustracción de materia.

Debemos entonces actuar de inmediato en dos frentes: el primero es una educación integral que incluya los temas ambientales como temas fundamentales y el segundo en acciones ambientales concretas que, o bien demoren el cambio o bien lo controlen de alguna forma. Para el caso específico de nuestro querido Eje cafetero, debemos avanzar muy rápidamente en la ordenación de las cuencas hidrográficas, el control de las variables ambientales de la minería, la reforestación de grandes áreas, la creación de cercas vivas en los predios de la región y en un gran impulso al desarrollo de condiciones laborales de equidad entre el campo y la ciudad.

Tal vez en lo que todos los colombianos podremos estar de acuerdo es en que la belleza del Eje Cafetero es inmensa y en que nos gustaría que nuestros nietos pudieran disfrutar de este territorio.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255