El milagro de los gorriones | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Junio de 2024

Es admirable el avance de la tecnología para leer e interpretar manuscritos antiguos como el recientemente hallado en la Biblioteca Universitaria de Hamburgo, que parece ser el más antiguo conocido del Evangelio Apócrifo de Tomás, sin saberse si era del Apóstol o de Tomás “El Israelita” -un gentil, ciudadano no romano- fechado por allá en el Siglo IV, y que no figura en nuestra Biblia. Pensaban que se trataba de una carta privada, intrascendente, pero un análisis exhaustivo con herramientas digitales detectó la palabra “Jesús” y lo remonta a su más tierna infancia, en un fragmento que hace alusión a la “vivificación de los gorriones” episodio en que el Niño Jesús, jugando con otros niños cerca de un arroyo, les muestra doce gorriones de arcilla por él fabricados -como lo habría aprendido en la carpintería de su casa- y les da vida al mismo instante de ser reprendido por San José, dizque por trabajar en día sábado, como si jugar y hacer milagros fuera un trabajo.

Pero el evento es tan tierno y sublime que amerita, por su bondad intrínseca, ser “canonizado” e inserto en la Biblia, porque nada de ilusorio o de falso tiene, y daría información de las actividades “extracurriculares” del Niño Jesús, adicionales a las muy escuetas tradicionalmente reconocidas de “dictar cátedra” a los maestros en el templo, y también dan cuenta de otros milagros, como la resurrección de un amigo suyo malogrado al caer de un tejado y la sanación de otro, cuyo pie se había chocado contra un hacha.

Pero bueno, con la sola “vivificación de los pajarillos” sería suficiente para engrandecer más la figura de nuestro Niño Jesús y debemos interceder ante el Papa Francisco para añadirla a los textos sagrados, cosa que no creo que haya sido objeto de conversación en la reciente visita al Vaticano del señor David Name, Presidente del Senado- en su actual viacrucis, enredado en los vericuetos del apoyo pecaminoso a las reformas petristas- ni menos en las reiteradas visitas de la señora Verónica Alcocer y no entendemos, en su particular viacrucis, qué tanto habla con el Sumo Pontífice.

Post- it 1. Enorme el triunfo de los Búcaros, luego de 75 años de hacer fallidos tiros al arco. Gran equipo, representando a una “ciudad bonita”, con gente cálida y hermosas mujeres, que yo podía visitar todos los fines de semana en mi temporada de trabajo en las palmeras de San Alberto, Cesar; merecido premio, tanto como el que lograra el “Grande Matecaña” hace un par de años, luego de 78 años de lucha infinita por alcanzar una estrella.

Post- it 2. En días pasados celebramos los logros en materia de movilidad de la nueva alcaldía de Cali y por haber rescatado los carriles del MIO que estaban siendo “privatizados” por los descarriados motociclistas. Pero ahora debemos reclamar que los agentes de tránsito parecen estar “haciendo su agosto”, parando a todo cuanto carro ven, por violar unos nuevos avisos prohibitivos de giros - casi imperceptibles- y por rodar a más de 50 km/h por amplias avenidas, medida absurda, legal pero injusta, porque parece que a lo que apuntan, a toda costa, es a golpear el patrimonio de los ya suficientemente aporreados conductores con esas maniobras “confiscatorias” en plena época del deterioro abismal de la economía, en una ciudad donde campea el atraco, la extorsión, el secuestro y la incertidumbre existencial.