El nuevo liderazgo de Trump | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Marzo de 2017

Siete de cada siete de diez estadounidenses se declararon satisfechos por la presidencial intervención que el pasado martes hizo Donald Trump ante las dos cámaras legislativas .Durante sesenta minutos trazó la hoja de ruta de su mandato, que insinúo durará dos períodos al invitar para que dentro de nueve años se haga el balance de su gestión. En todo moderado pero inspirador, prometió traer de nuevo la grandeza a su país y hacerlo más seguro y próspero. Fue tan satisfactoria la reacción, que los índices bursátiles rompieron todos los récords de optimismo.

Constituyó además un mensaje de unidad. Varias veces invitó a sus adversarios demócratas a forjar una  unión política para poder llevar a cabo sus promesas y sus aspiraciones. Aunque éstos se mostraron desconfiados de sus intenciones, terminaron por reconocer que, al menos, su estilo de confrontación lo había dejado de lado en esta ocasión. De todas maneras los analistas coincidieron en que este discurso habría  sido, de lejos, el mejor que él ha pronunciado en su corta carrera partidista. Y demostró una vez más que sabe aprovechar al máximo las grandes oportunidades para poder lucirse.

Su foco central fue emocional, al punto que su clímax oratorio lo logró elogiando el heroísmo de un combatiente americano en Yemen, haciendo que durante dos largos minutos todos congresistas de pie aplaudieron rabiar a su viuda, en el hemiciclo parlamentario. Fue también parte de su  homenaje a las fuerzas armadas de su país, a las que le prometió aumentar significativamente sus recursos presupuestales. Y complementó con una exaltación a la policía en su lucha contra el crimen.

El eje de su nuevo liderazgo se basará en formalizar la migración y acentuar la deportación  de ilegales. Prometió que sólo el mérito medirá las calificaciones para ser admitido dentro de unas fronteras más seguras, resguardas por su famoso muro a lo largo de los límites con México. Una y otra vez dignificó a la clase trabajadora y exaltó la educación como la gran niveladora de sus empeños por hacer grande de nuevo a la Unión. Reiteró que su mejor esfuerzo lo dedicará a la reconstrucción de toda la infraestructura pública y a la reconciliación política y cultural de todos sus gobernados.

Fue, sin sombra de dudas, un exitoso esfuerzo del mandatario por mostrar su voluntad de cambio. Quienes lo conocen saben que está decidido a dejar honda huella de su paso por el Salón Oval. Se esforzó por establecer que está más que capacitado para cumplir su misión. Para nosotros, en lo personal, nos ratificó nuestro  convencimiento de que será un buen presidente, uno muy parecido a Reagan, que como él tuvo que luchar en su momento contra la desconfianza y la indiferencia del mundo político, al que ambos ignoraron para poder lograr sus objetivos.

Adenda

¿Hasta cuándo los medios seguirán haciendo eco del rencor de Petro y sus secuaces hacía nuestro alcalde Peñalosa y sus programas de reconstrucción bogotana?