El viaje | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Octubre de 2017

Acaba de estrenarse  una de las mejores producciones cinematográficas de la Gran Bretaña en los últimos años, sobre un episodio extraordinario acaecido allá por el año 2006 y que permitió coronar, con pleno éxito, el accidentado proceso político que selló en forma definitiva la paz en la por entonces convulsionada Irlanda del Norte.

El feroz enfrentamiento  duró muchos años  e involucró a protestantes y católicos - divididos casi por mitades-  en ésta pequeña provincia del Norte del Reino Unido. Pero el final hubo acuerdo. Las geniales cámaras de Nick Ham recrean este histórico recorrido de 86 kilómetros, en todo su esplendor emocional. El episodio involucra  a los dos líderes de la contienda fratricida, el nacionalista Martín McGuinness, comandante del IRA e Ian Paisley, máximo líder de los conservadores.

Enemigos mortales que jamás se había dirigido la palabra, ambos protagonistas se encuentran cara a cara viajando juntos y en solitario, víctimas al parecer de una "encerrona" de dirigentes de ambas fracciones que buscaban un acuerdo final, que comenzó a fraguarse en 1992 y logró un cese al fuego de hostilidades en 1998, después de tres mil muertos y cincuenta mil víctimas, en diversos atentados que llegaron a involucrar a miembros de la familia real.

El viaje se inicia bajo negros augurios y avanza en medio de frondosos paisajes irlandeses, en medio de un clímax de tremenda hostilidad recíproca,  que el espectador llega a captar en toda su intensidad,  gracias a la genial interpretación de los dos formidables protagonistas: Timothy Spal y Calm Meany,  Un sarcástico diálogo de mandobles a diestra y siniestra, que hace presagiar lo peor pero que, quizás gracias a la tradicional flema británica, encuentra reposos intermitentes. Una escena memorable que se transforma en el punto de inflexión del duelo: sucede cuando el excomandante del IRA es incapaz de terminar con la vida de un ciervo herido que se encuentran en el bosque, en espera de que el chofer repare el carro que se ha averiado.

Es para nosotros la recreación de una lección política que nos debe ser útil  en medio de este proceso accidentando que estamos viviendo. Lo es porque se trata de deponer antagonismos y prejuicio por un bien mayor que nos conviene a todos, una pacificación total de espíritus y armamento. El conflicto irlandés conocido como "The Troubles" es, además, un pertinente llamado de atención a los que anteponen sus intereses personales a los de la nación entera.

Lo decimos a raíz, por ejemplo, del manejo que figuras como Rodrigo Lara, de Cambio Radical, le están dados a nuestro proceso, a su paso por el Congreso.  Da verdadera  grima ver cómo un líder joven, tan promisorio, acude a las mismas artimañas de una clase política sin clase. Un censurable comportamiento tan condenable como ha sido el de los miembros del Centro Democrático, que a cada rato ponen en serio peligro nuestro frágil entendimiento.

Adenda

 

La corrupción rampante es peor entre los que manejan nuestras cárceles que entre los que están recluidos en ellas...