integral de todos los Manuales de Convivencia en el país para determinar que los mismos sean respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes y para que incorporen nuevas formas y alternativas de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes, que permitan aprender del error, respetar la diversidad…..”, nace la idea entonces de una cartilla educativa, “Ambientes escolares libres de discriminación” que pudo ser declarada espuria, pues la Ministra Parody negó que fuese un documento oficial. Sin embargo, se demostró que el documento fue construido por convenio con Naciones Unidas, Colombia Diversa, que trabaja en favor del bienestar y reconocimiento legal y social de la comunidad LGBTI.
Pero como toda norma puede ser adornada con un mico para cumplir sus objetivos, hay que ser pilo. La idea fue “construir una nueva teoría para enseñar a los niños que hay un conjunto de normas que se imponen sobre los cuerpos y que no dependen del sexo del sujeto, se empieza a entender que no se nace siendo mujer u hombre, sino que se aprende a serlo, de acuerdo con la sociedad y época en la que se crezca…”
¿Qué ocurriría si en el colegio un niño protagoniza el papel de una mujer en una obra teatral?
Si se aplicara el manual de convivencia, al niño le dirán que su representación femenina le permitió descubrir su nueva identidad, por tanto se le protegerá y respetará su libre desarrollo de la personalidad.
Se cumplirán así fielmente las palabras de nuestra reina: “hombre con hombre, mujer con mujer”. Consecuencia de ello, una orientación equivocada que lo hará miembro activo de la comunidad LGTBI.
Bien lo advierte el Cardenal Rubén Salazar: “se debe rechazar esta nueva ideología de género, que destruye al ser humano, que le quita el contenido fundamental a la relación complementaria entre varón y mujer”.
Una cosa es inducir a una identidad de género equivocada, y otra cosa orientar con valores para lograr una personalidad digna.
Para ser homosexuales, bisexuales o heterosexuales no se llega en una obra de teatro con una cartilla, por ejemplo. La conducta sexual de los homosexuales se asocia con alteraciones de los genes, según investigaciones científicas, por lo cual no necesitan orientación, pero sí modelos de solución de conflictos en la institución educativa, que les asegure a ellos una convivencia y un respeto entre sus contradictores. Lo fundamental es la educación que reciban en el hogar, a la que tiene derecho una familia bien constituida.
La ministra Gina Parody, cuyo propósito era acatar el fallo de la Corte Constitucional, quedará en la historia como la que abrió las puertas a la comunidad LGTBI en todo el país. Buena huella la que deja a su paso por el Ministerio.