El mundo está pendiente de la reunión que celebrarán en pocos días. El presidente Vladimir Putin se ha distanciado de Donald Trump ante el envío de misiles que destruyeron la base aérea de Shayrat, en Siria, arriesgada operación que levanta ampollas, en respuesta al ataque con gas letal atribuido al gobierno que preside Bashar Al Asad, en el cual murieron ochenta y ocho personas.
El presidente Putin, así se le hubiera comunicado la decisión previamente y no se golpeara a miembros de las Fuerzas Armadas rusas en la zona, considera la acción flagrante violación del derecho internacional y ha suspendido el acuerdo suscrito con los Estados Unidos para evitar incidentes durante los vuelos que llevan a cabo las aviaciones rusa y norteamericana contra el grupo terrorista Estado Islámico.
Varios años lleva el enfrentamiento del gobierno sirio con la oposición armada y simultáneamente con los yihadistas. La situación es de horror, el gobierno recuperó lo que quedaba de la destruida ciudad de Mosul a sangre y fuego, Alepo se encuentra en ruinas, comete atrocidades, no existe respeto por los derechos humanos.
El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones (ONU) delibera, dicho cuerpo colegiado, en el cual unos Estados tienen el derecho a veto no logrará resolver el entuerto, en su seno no llegará a aprobarse ninguna determinación sin acuerdo entre Rusia y los Estados Unidos, concertado con el presidente sirio.
El autócrata debería aceptar la conformación de nueva administración con participación de adversarios, permitir la coordinación de las fuerzas contra el Estado Islámico que no cesa en sus actividades terroristas suicidas, tal el caso de la reciente en Estocolmo, Suecia, con el uso de un vehículo que de improviso arrolló a tranquilos transeúntes, insólito sistema utilizado en distintas ciudades de Europa.
Aun cuando vivimos a miles de kilómetros de Siria y esta columna de opinión difícilmente trascenderá fronteras, ratifico la certidumbre de que millones de pobladores del planeta, confían en la civilización. Trump y Putin tienen la obligación de impedir el hundimiento sirio, un conflicto mundial de impredecibles consecuencias. Que presenten sus argumentos, hay coincidencias, sobresale la de actuar de consuno hasta derrotar al Estado Islámico. La República Árabe de Siria no se encuentra divida entre comunismo o capitalismo, sus nacionales no se enfrentan religiosamente a pesar de ser musulmanes, merecen respeto, la opresión debe cesar, el camino es la apertura democrática, el trabajo por la convivencia, la comprensión y ayuda de la comunidad internacional. La escalada militar en Siria hace que la humanidad peligre, sería pésimo el incremento de diferencias entre Estados Unidos y Rusia.