Este lunes, John Tinniswood, quien ostentaba el título de hombre más viejo del mundo según los Guinness World Records, falleció a los 112 años en un hogar de ancianos en Southport, Inglaterra. Nacido el 26 de agosto de 1912, el mismo año del hundimiento del Titanic, Tinniswood vivió una vida extraordinaria que lo convirtió en un testigo privilegiado de dos Guerras Mundiales y diversos momentos clave de la historia.
Tinniswood había sido reconocido oficialmente como el hombre más longevo del planeta en abril de 2024, tras la muerte del venezolano Juan Vicente Pérez, quien había vivido hasta los 114 años. Sin embargo, Tinniswood nunca atribuyó su longevidad a un factor específico, describiéndola como “pura suerte”. En diversas entrevistas, compartió su visión sobre la vida y la salud, destacando la importancia de la moderación. "Si bebes demasiado, comes demasiado o caminas demasiado, si haces demasiado de cualquier cosa, eventualmente sufrirás", solía decir.
A lo largo de su vida, Tinniswood también dejó importantes lecciones de vida, especialmente para las generaciones más jóvenes. Uno de sus consejos más repetidos fue: “Haz siempre lo mejor que puedas, tanto si estás aprendiendo algo como si estás enseñando a alguien. Da todo lo que tienes. De lo contrario, no vale la pena molestarse."
Durante la Segunda Guerra Mundial, Tinniswood trabajó en el Royal Army Pay Corps y más tarde en Shell y BP, desarrollando una carrera que lo llevó a una vida profesional plena. Además, fue un apasionado seguidor del Liverpool FC y disfrutaba de su tradicional pescado con papas fritas todos los viernes.
La familia de Tinniswood recordó a este hombre como un ser querido "inteligente, decidido, valiente y un gran conversador". Le sobreviven su hija Susan, cuatro nietos y tres bisnietos, quienes le rindieron homenaje por su longevidad y sabiduría. "Agradecemos a todos los que lo cuidaron a lo largo de los años", expresó su familia, reconociendo el esfuerzo de los cuidadores y médicos que estuvieron a su lado.
Actualmente, el título de persona viva más longeva corresponde a la japonesa Tomiko Itooka, de 116 años, quien sigue siendo un referente en la historia de la longevidad humana.