¿Entregarán las armas? | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Junio de 2017

Qué bueno que las Farc se desarmen, así lo siente toda Colombia sin distingos ni sesgos. Qué las armas que hasta ahora habían sido utilizadas para asesinar, extorsionar, secuestrar, cuidar cultivos ilícitos, atentar contra el Estado de Derecho y contra tantos colombianos se depongan, es y será siempre un motivo de esperanza.

Sin embargo, tenemos el deber de estar muy atentos a este proceso. Santos y su Gobierno pagaron un precio demasiado alto por esas armas: la impunidad, los premios a los terroristas, las curules sin votos, el despliegue y ensalsamiento de unos terroristas que ahora fungen de próceres, son sólo el principio de la larga lista de beneficios que se otorgaron a cambio de esas armas, y solo eso.

El Gobierno no exigió en el acuerdo la liberación de los secuestrados, ni de los niños reclutados. No los obligó a desvelar las rutas del narcotráfico y sus socios. Tampoco fue contunde en exigirles la entrega del dinero, pues -tal como sucede con las armas- la entrega depende de la buena voluntad de los terroristas. Si las entregan bien, si solo entregan parte también. Los acuerdos no prevén ninguna sanción, ninguna pérdida de beneficios para las Farc en caso de incumplimiento. Es más, pese a que la Ley de amnistía expresamente preveía que sólo aplicaría una vez hubieran entregado las armas, ya 52 guerrilleros de esa guerrilla fueron liberados utilizando esa figura.

Igual destino correrán los recursos de las Farc. Si entregan el dinero bien, si no lo entregan no hay consecuencias salvo la pérdida misma del dinero, si es que nuestras autoridades lo encuentran.

No sabemos el número de armas entregadas ni mucho menos conocemos las especificaciones. Sorprende que el Gobierno no tuviera un estimado real de lo que aspiraba que fuera depuesto. Se habla de 7000 armas, una ridiculez que ni siquiera alcanza los 10 mil fusiles AK47 que les vendió Montesinos. Deja por fuera al menos otras 7 mil según las cifras iniciales que había dado el Gobierno Santos. Y eso que la inteligencia militar durante el gobierno Uribe calculaba 40 mil armas.

¡Qué decir de las 910 caletas! Una de las que encontró el Ejército tenía 54 fusiles y seis ametralladoras, entre otras cosas. Así que por pequeña que sea una caleta debe contener al menos 20 armas, lo que significaría qué hay 18.200 armas adicionales -en el mejor de los casos-. ¿Se entregaron los misiles tierra aire?

 

A las Farc no se les puede creer. Dijeron que no tenían secuestrados y 569 personas figuran hoy como secuestrados de las Farc pendientes de regresar. Dijeron que no tenían niños reclutados, luego que nos liberarían y seguimos esperando. Dijeron que no tenían recursos y el Fiscal General ha develado que las investigaciones mostrarían una fortuna superior al billón de pesos. Ahora dicen que no son narcotraficantes cuando han sido uno de los más poderosos carteles de droga del mundo. ¿Cómo creerles que entregarán las armas?

Si esa entrega fracasa, todo fracasa. Como lo dije es la única obligación real de las Farc. Si como se rumora las armas están en manos de la disidencia o están siendo vendidas a otros grupos ilegales o simplemente guardadas como seguros contra eventuales incumplimientos del gobierno -como se justificar la exclusión de importante armamento-, el esfuerzo de Santos y su Gobierno habrá superado su propia negligencia sobre esta negociación. Terminaremos con las mismas armas en otras o en las mismas manos y habiendo dotado de toda suerte de beneficios a unos terroristas.