La semana pasada opinábamos aquí que los problemas de Oscar Iván Zuluaga con Odebrecht podrían dejar sin candidato al Centro Democrático. Sin embargo no sería raro que el expresidente Uribe, como tal, puede guardar un as bajo la manga: apoyar una candidatura conservadora en cabeza del ex goberndor Luis Alfredo Ramos, una vez este sea absuelto definitivamente por la Corte Suprema de sus falsos cargos de paramilitar.
La situación aunque compleja no deja de ser viable y atractiva para el conservatismo, si decide correr con candidatura propia, frente a las ya prácticamente cantadas de Vargas Lleras, de Cambio Radical; De la Calle, del liberalismo; Robledo, del Polo; López del Partido Verde y muy seguramente de Petro por el progresismo.
Hay tres godos que aspiran: el ex procurador Alejandro Ordóñez, la ex ministra Martha Lucía Ramírez y muy probablemente el exgobernador Luis Alfredo Ramos. Si la Corte Suprema termina absolviendo a este último es claro que se volverá una carta muy fuerte de la baraja azul y una opción muy cercana para el expresidente Uribe. Es prematuro vaticinar, pero son catorce meses con mucha agua bajo el puente.
Otro aspirante fuerte es el exministro y ex negociador Humberto De la Calle. Él, como Vargas Lleras, tiene un amplio reconocimiento mediático y una muy vasta experiencia en el manejo de la cosa pública. Puede terminar apoyado por la U, que no tiene claro a quien escoger y es más que evidente que si llega a la segunda ronda puede concitar nuevas y poderosas alianzas.
Una cosa es segura. Todos los candidatos tratarán de tomar distancia del gobierno. Un apoyo del presidente Santos, bajo las actuales circunstancias de cuestionamiento popular, puede terminar siendo un abrazo del oso. A pesar de sus esfuerzos, Santos no ha podido configurar un legado político, con Nobel incluido. Ni siquiera la venida del Papa Francisco le será de utilidad para reconstruir su muy maltrecha imagen.
Como telón de fondo, la gigantesca sombra de la corrupción está haciendo estragos. Su larga sombra acompañará al país hasta el mismo día de elecciones. Gracias a Dios, con tres Catones de la categoría de Fiscal, el Procurador y el Contralor, hay certeza de que hay guardia en la heredad y se seguirán descubriendo muchas porquerías. Afortunadamente, por los lares de la guerrilla de las Farc, sus conexiones narcas le van impedir un protagonismo importante de cara a los comicios.
Por lo concierne a los partidos políticos, su rol cada día es menos protagónico en la movilización política. Los tentáculos de Odebrecht y de otras grandes aventuras criminales seguirán omnipresentes en cuanto peculado se vaya descubriendo. De esta manera la sinvergüencería seguirá campeando a lo largo y ancho de nuestra maltratada Colombia