Feliz cumpleaños, Batuta | El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Noviembre de 2021

Hace treinta años, un grupo de gente extraordinaria se atrevió a soñar un sueño, Batuta. Con más valentía aún, convenció a otros de sumarse a la utopía de enseñar música en todos los rincones del país. Varias ciudades capitales se sumaron y, junto a la Fundación Nacional Batuta, nacieron algunas corporaciones departamentales. La idea era formar muchas orquestas sinfónicas y enlazarlas en un gran sistema nacional. Así empezó todo.

A finales de los años 90, cuando los músicos quisieron extender el programa y empezaron a recorrer otros territorios, se encontraron con un panorama desolador: pueblos destrozados, comunidades enteras desplazadas y personas atemorizadas. El enfrentamiento entre los grupos armados estaba arrasando con las zonas rurales y los municipios más pequeños. Ante la magnitud de esta tragedia, el equipo de Batuta entendió que era allí donde tenía que actuar y que la formación musical debía ayudar a curar las heridas de un país roto por la guerra.

En el año 2001, Batuta selló una alianza con la Red de Solidaridad Social (hoy Prosperidad Social) que se ha prolongado hasta el presente. El propósito era llevar formación musical a las poblaciones más afectadas por el conflicto armado. Después, muchas otras instituciones se sumaron a este empeño y han permanecido al lado de la Fundación hasta hoy. Nada lo han hecho solos.

Además de resolver cómo enseñar música en contextos vulnerables, donde no había instrumentos, ni experiencias previas, la Fundación tuvo que aprender cómo brindar acompañamiento psicosocial a las comunidades. Fue así como nació esa manera Batuta, única e irrepetible, de desatar el poder transformador de la música. Alrededor de los centros musicales se tejió una inmensa red anudada entre los docentes de música, las profesionales psicosociales, el equipo administrativo, los estudiantes, sus familias y sus comunidades. Un tejido sonoro y colorido que ha abrigado, en estas tres décadas, a millones de personas en todos los territorios del país.

Para el año 2012, Batuta ya había consolidado sus áreas de formación musical y gestión social. Además, a estas alturas, el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Colombia ya era una realidad que vinculaba a muchas escuelas y la Fundación jugaba un rol destacado en ese universo. Su tercera década estuvo marcada por el empeño de construir paz y reconciliación, en medio de los esfuerzos del gobierno por acabar con una guerra de más de medio siglo con las Farc.

Pasaron treinta años. Fiel a sus principios fundantes, Batuta ha encarnado los anhelos de la Constitución de 1991 y ha hecho de este, un país más democrático, incluyente y respetuoso de la diversidad cultural. En este tiempo, casi un millón de niños, niñas y jóvenes han disfrutado de la inmensa alegría que es tocar y cantar con otros. Muchos hoy son músicos profesionales destacados; otros, que escogieron rumbos diferentes, han hecho de la música una manera liberadora de estar en el mundo. Qué fortuna para todos. Por más música y músicos en Colombia y por más sueños por soñar, feliz cumpleaños, Batuta.

@tatianaduplat