Las reformas adelantadas por Efialtes y Pericles en el 460 A.C. contribuyeron al desarrollo de la democracia griega, al salir los atenienses victoriosos en las luchas contra las invasiones del Imperio Aqueménida.
Fueron estas victorias las que motivaron los estamentos más pobres de la población ateniense para exigir sus derechos con una mayor participación en el poder político.
El columnista Eduardo Posada Carbó, en El Tiempo, nos lleva a considerar la reflexión de Michael Ignatieff, líder de la oposición canadiense, en uno de sus ensayos, donde examina la compleja relación histórica entre violencia y democracia. Ignatieff expresa: “al reconocer la fragilidad de las democracias, tras observar el origen revolucionario de algunas de las pioneras democracias modernas (Estados Unidos y Francia), es tarea fundamental de ellas evitar que desemboquen en conflictos violentos”.
Ante este panorama, Gustavo Petro gana la presidencia, afianzando el camino de una nueva izquierda en el mapa geopolítico del subcontinente, siendo una de sus primeras ejecutorias restablecer relaciones con la dictadura de Maduro, cuestionado por la violación de los derechos humanos en su país.
Su propósito de lograr la paz total es plausible, pero no lo debe hacer descalificando a su antecesor, el expresidente Iván Duque, por no iniciar conversaciones con el Eln.
Es lógico que no podía entregar el Estado a una guerrilla que históricamente ha entorpecido toda negociación en torno a la paz.
Recordemos los frustrados intentos en el gobierno del presidente Ernesto Samper, después la reticencia del Eln en el gobierno de Juan Manuel Santos.
Para rematar el Eln estalla un carro bomba en la Escuela de Cadetes General Santander, asesinando a 22 jóvenes estudiantes e hiriendo a una decena más.
Claro que es importante iniciar conversaciones, pero nos encontramos frente a unas Fuerzas Militares debilitadas por el presidente Petro, mientras que ordena la libertad de la terrorista Violeta, autora del atentado al centro comercial Andino, convirtiéndola en gestora de paz.
Como expresa el abogado penalista Francisco Bernate: “se le está dando una bofetada a las víctimas”
Finalmente, conociendo las estrategias del presidente Petro para lograr mayorías en las próximas elecciones regionales, el gobierno radica con mensaje de urgencia el proyecto de reforma al Código Electoral.
Como el pueblo no es idiota, la representante Catherine Juvinao señala al gobierno de “pagarle favores” al registrador, logrando que el ministro del Interior retire el proyecto.
Otra de las estrategias populistas del presidente Petro para acabar con las EPS, es la de afirmar que Colombia tiene el peor sistema de salud del mundo, afirmación que controvierte enfáticamente la presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina (Acemi) y varios organismos internacionales.
Es nuestro deber, por tanto, aplicar las palabras de Mario Vargas Llosa: “El presidente Iván Duque Márquez fue respetuoso de la libertad y de la legalidad, que se desvivió por llevar las buenas ideas a Colombia y a quien los colombianos, estoy seguro, echarán mucho de menos. Su política frente al coronavirus, esa hecatombe que cayó sobre el mundo de manera inesperada, fue excelente y creo que los colombianos lo reconocerán”.