La condición de académico visitante de Andrés Rugeles en la Universidad de Oxford, con el apoyo del Centro de Estudios Latinoamericanos, fundado en 1964 y que contó siempre con la orientación y las originales contribuciones del profesor Malcolm Deas, gran colombianista, le permitió elaborar un trabajo realmente único. No es fácil reunir las contribuciones de expresidentes, ex ministros, académicos y periodistas distinguidos, para, como lo dicen los presentadores de este libro, hacer una aproximación holística a la América Latina.
Se trata de un trabajo monumental, ambicioso y que me dificulta creer que haya sido posible realizarlo. La sola enumeración de los temas tratados por los diversos autores desbordaría el espacio asignado a esta columna, no una sino varias veces. Como nunca, se trata de un trabajo intelectual para darle una mirada, muy necesaria y oportuna, a las posibilidades de América Latina en un momento tan crítico, pero al mismo tiempo tan lleno de posibilidades.
Luego de una sugestiva iniciación del libro de Andrés Rugeles titulado "América Latina: la visión de sus líderes” (Planeta,) que consiste en una presentación breve de dos profesores de la Universidad de Oxford y otra sobre los retos del Sur Global, se incluyen dos prólogos, uno del apreciado expresidente de la CAF, Luis Enrique García y otro del excanciller Guillermo Fernández de Soto. Y, luego, vienen seis capítulos que integran las casi 1000 páginas de este libro con los siguientes temas: Pobreza y Desigualdad; Crecimiento Verde, Digital e Inteligente; Medio ambiente; Democracia; Integración Regional; Inserción Internacional.
Seis temas que son complementados con una sección académica que introduce José Antonio Ocampo con un ensayo que se titula "Los desafíos del desarrollo de América Latina". Esta parte consta de seis capítulos, a saber: economía y finanzas; aspectos sociales; medio ambiente y transición energética; democracia y asuntos políticos; integración y comercio y, el capítulo final, inserción internacional. El libro culmina con el ensayo de Andrés Rugeles, "El futuro de América Latina, al final de la tormenta" y con un epílogo denominado "Nuestra respuesta es la vida."
Imposible tratar de resumir un material intelectual, bien elaborado, por personalidades que se inspiraron en su experiencia, en su trabajo intelectual y, seguramente, en los anhelos que no lograron culminar.
Semejante esfuerzo merece ser correspondido con una cuidadosa aproximación al libro, porque no sé de otro intento que pretenda cubrir tantas dimensiones de la realidad latinoamericana con una preocupación por su desarrollo y por su comportamiento futuro. Y por autores experimentados. Luis Alberto Moreno con el privilegiado conocimiento que obtuvo sobre la región, recordó una frase muy diciente de José Ortega y Gasset: "no sabemos lo que nos pasa, y eso es precisamente lo que nos pasa" y ello para explicar cómo es que perdemos tantas oportunidades como las que ahora nos ofrece la inteligencia artificial. Como que no logramos sintonizarnos...
En estos días se está divulgando un enjundioso informe (Enrico Letta) sobre lo que debe ser el futuro de la actual Unión Europea, que recuerda sus orígenes, su desarrollo, su actual coyuntura y como ésta debe evolucionar para asegurarle a Europa un papel primordial en la nueva geopolítica mundial. Es que el futuro está preñado de oportunidades, pero también de riesgos, está dando lugar a reflexiones muy serias que reclaman una atención inmediata, que no se puede postergar. Vivimos un momento de la historia que desde hace un rato se caracteriza por la velocidad en todas sus dimensiones. El riesgo de quedarse atrás es muy grande. Recordemos el reciente discurso del presidente Macron en La Sorbona (25 de abril) y una importante entrevista en la revista The Economist en los cuales señaló en una forma apocalíptica el destino de Europa si no se adoptaban decisiones fundamentales prontamente.
Rugeles en la reflexión final hace muchas recomendaciones, recojo aquí una de ellas: "la región está en mora de acabar con la polarización y fragmentación política, fortalecer sus instituciones ante las redes criminales, superar la recesión democrática y populismos autoritarios que nos agobian, hacer respetar los derechos humanos, modernizar los partidos políticos y adecuarlos a las nuevas realidades del siglo XXI. Se necesita recuperar el apego a la democracia".